lunes, 24 de julio de 2017

ESPAÑA. LOS FONDOS BUITRE CORROÑEAN CON LO MÁS BÁSICO: TECHO, PAN Y LUZ.

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“Buitres a la espera del rescate de autopistas de peaje en quiebra. Los buitres no le hacen ascos a nada. Por ejemplo, a las autopistas de peaje que se construyeron también en la era Aznar, hoy en quiebra. En total, nueve. Cuatro buitres (Taconic, Kingstreet, Strategic Value y Atlestor) se han quedado con la mayor parte de su deuda financiera, que asciende, junto con la que está en manos de bancos como Deutsche Bank, JP Morgan, Goldman Sachs o Bankia y concesionarias, a cerca de 6.000 millones de euros, que pretenden que asuma el Gobierno. Los fondos han contratado a la firma especializada Houlihan Lokey, conocida por su intervención en Lehman Brothers o Abengoa”.

“Los citados fondos compraron la deuda a bancos españoles y extranjeros que habían participado en la financiación de las obras y que decidieron irse ante la dificultad de llegar a un acuerdo. Lo hicieron con pérdidas, ya que en algunos casos los cobros se aproximaron al 10% del valor nominal. Entre los bancos que vendieron están Santander, BBVA, Popular, Natixis, Société Générale, ING y Bank of Tokyo-Mitsubishi…, informa ‘El País’. La cifra, cualquiera que sea, iría contra el déficit del Estado, lo cual compromete el cumplimiento de los objetivos impuestos por Bruselas”.

“Los buitres tampoco le hacen ascos a otros activos inmobiliarios llamados “alternativos”, como los sanitarios, residencias de ancianos o de estudiantes. En estas últimas hozó Oaktree, con residencias en Madrid y Barcelona cuya venta ha complicado la llegada a las alcaldías de Madrid y Barcelona de Manuela Carmena y Ada Colau. Oaktree, que lo mismo se da un atracón de ladrillo merendándose el banco malo del Deutsche Bank en España o zampándose las promociones fallidas en la costa que heredó el Sabadell con la compra de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), también es capaz de hincar el diente a Panrico, empresa de pan de molde y bollería, cuyos trabajadores no han parado de sufrir, incluso un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), desde que el buitre puso en ella sus garras. Finalmente, se la vendió al grupo mexicano Bimbo por 190 millones de euros, 89 millones más de lo que aportó.  Oaktree también ha querido sacar tajada de la fábrica de productos cárnicos Campofrío.

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Los oscuros personajes de los Fondos buitres - banqueros - especialistas en llevarse miles de millones de sus inversiones - cobro de acciones  a largo plazo e intereses - hoy presentes - no les interesa si es la VIDA de la gente : techo, pan y Luz y con la colaboración de Presidentes que muy fácil, "venden o hipotecan la Soberanía de una Nación se convierten en verdadros aliados y sirvientesde los poderosos buitres del capital.
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ESPAÑA. LOS FONDOS BUITRE CORROÑEAN CON LO MÁS BÁSICO:
TECHO, PAN Y LUZ.
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Fátima Martín.

CADTM.

Lunes 24 de julio del 2017.


Los fondos buitre  carroñean con lo más básico en la ‘Finca España’: Con el techo, con el pan y con la luz, entre otras necesidades. En la España postburbuja inmobiliaria, los buitres, a menudo alimentados por conocidos bancos nacionales e internacionales y guiados por los serviles córvidos políticos estratégicamente situados en las Administraciones Públicas, tal que el ministro de Economía, el banquero de inversión Luis de Guindos, devoran los despojos de un pueblo esquilmado. El resultado son cientos de miles de familias desahuciadas y con deudas de por vida en un país con un gravísimo problema de vivienda irresuelto; unos productos agroalimentarios menos saludables y más caros producidos por empresas que han adelgazado sus plantillas y precarizado a sus trabajadoras; y una cadena de demandas por una gestión energética que ha pasado de las primas envenenadas a las renovables de Zapatero a la imposición del impuesto al sol de Rajoy. En esta fase del saqueo, tras la socialización de las pérdidas, buitres privados engordan a costa de lo público, sacando tajada de una deuda pública estratosférica ilegítima que pagaremos con sangre, sudor y lágrimas durante generaciones si no logramos impedirlo.

El sector inmobiliario es, sin duda, uno de los preferidos por los buitres en un país donde entre 1997 y 2007 se permitió construir al año, “más viviendas que Alemania, Francia, Italia y Reino Unido juntos”. Las consecuencias de aquella exuberancia irracional las seguimos pagando las mismas.

Entre los objetivos de los buitres hay hoteles, oficinas, activos logísticos, hipotecas y viviendas, muchas viviendas. Las de protección oficial protagonizan algunos de los casos más sangrantes. Como las 1.860 viviendas de alquiler social que Blackstone compró a la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo de Madrid (EMVS) siendo alcaldesa Ana Botella, la mujer de José María Aznar, por 127,5 millones de euros, a una media de 69.000 euros por vivienda. Las consecuencias de la gestión buitre para los inquilinos no se hizo esperar: Subidas de las rentas, condiciones abusivas, arbitrariedades y desahucios indiscriminados. Hasta que en mayo de 2017, el Tribunal Supremo cortaba las alas al buitre Blackstone (a través de su filial Fidere) protegiendo los derechos de las inquilinas de esas viviendas sociales. En junio, la EMVS, dependiente del Ayuntamiento de Madrid de Manuela Carmena, ha propuesto declarar nula la venta.

En una operación similar, en junio de 2017, el Tribunal Supremo ha admitido a trámite un recurso presentado por los afectados por la venta de 2.935 viviendas públicas del IVIMA, dependiente de la Comunidad de Madrid, a los buitres Azora-Goldman Sachs por 201 millones de euros. Afectados y la Asociación Corruptil han pedido a los tribunales que investiguen posibles “acuerdos entre tres fondos de inversión (Goldman, Blackstone y Cerberus) para adjudicarse cada uno las operaciones inmobiliarias de envergadura realizadas en Madrid por administraciones del PP”. Otra de esas operaciones fue la concesión de la SAREB (banco malo) de 52.000 préstamos de Bankia a Cerberus. Casualmente, el hijo del ex presidente del Gobierno, José María Aznar, y la ex alcaldesa de Madrid, Ana Botella, José María Aznar Botella, es consejero de Cerberus a través del córvido local Poniente Capital.

El top ten de inversores en deuda ‘distressed’ (en dificultades) inmobiliaria en Europa en el segundo trimestre de 2015, según el informe ‘From Puerto Rico to the Dublin Docklands; vulture funds and debt in Ireland and the global south’ ha sido, por este orden: Cerberus, Deutsche Bank / Apollo, Lone Star, JP Morgan, Oaktree Capital, Fortress / Eurocastle, Sankaty, Blackstone, Goldman Sachs y Otto Group. La gran mayoría de ellos se ha puesto las botas en la hiper endeudada España tras el descalabro del ladrillo. 

El buitre que acorraló a Argentina, Paul Singer, huele la sangre de los despojos del Popular.

El especulador buitre por antonomasia, Paul Singer, que acorraló a Argentina, también quiso pillar cacho en España. Uno de sus fondos buitre, Elliott, se hizo en 2015 con pisos de Bankinter por 60 millones de euros. Previamente, adquirió 1.354 millones de euros en créditos fallidos de Bankia (junto con Cerberus y la empresa noruega de recobros Lindorff) y 300 millones del Santander, con unos descuentos del 95%. A partir de ese momento, Lindorff acosa a sus clientes vía telefónica, presencial y judicial y los maltrata con frases como ésta: “Estás hablando por teléfono, alguien te lo pagará. Quien te paga el teléfono, que te pague la deuda. En algún sitio vivirás. Quien te acoge, que te pague la deuda”.

Elliott también compró la firma de recuperación de deudas doméstica Gesif para convertirla en su base de operaciones en el mercado español. Su directora general era Melania Sebas­tián, ex responsable de Ges­tión de Información de Banca Co­mercial de Caja Madrid, quien seguiría en la usurera Gesif. Nótese cómo una exdirectiva de Caja Ma­drid hace de intermediaria entre la ya nacionalizada Bankia y el fondo buitre Elliott.

Paul Singer no ha sido el único en ponerse las botas en el muladar ibérico. Ni mucho menos. A finales de 2014, 41.200 millones de euros de los 50.000 del banco malo o SAREB pasaron a ser gestionados por tres fondos oportunistas estadounidenses: Cerberus (Haya Real Estate),TPG y Apollo, que se hicieron con las plataformas inmobiliarias de algunos de los principales bancos españoles: Bankia, CaixaBank y Santander, respectivamente. Los tres fondos más Solvia, del Sabadell, desembolsaron inicialmente 600 millones de euros por 126.000 activos, entre préstamos e inmuebles. Fuera del banco malo, Blackstone se adjudicó la plataforma inmobiliaria de Catalunya Caixa, Cerberus la de Cajamar, Centerbridge la de BMN, Lone Star la de Kutxabank y Värde-Kennedy la del Popular.

La tendencia sigue a día de hoy. Unos meses antes de que el Santander comprara el Popular por un euro en junio de 2017, éste vendió una cartera de deuda de 220 millones de euros de principal aportando como colateral activos hoteleros. También colocó 400 millones de euros con activos colaterales de viviendas, plazas de garaje y trasteros. Los compradores fueron Apollo y Blackstone, respectivamente.
 


El saqueo de las arcas de un país - con la complicidad de sus gobiernos -los buitres se llevan miles de miles de millones, mientras al pueblo le aplican los paquetazos - ajustes y reajustes - y aumneto o privatización de los servicios públicos, la desocupación masiva y a los pocosque quedan en el trabajo los salarios de sobrevivencia.
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Las pérdidas ocasionadas por el colapso del Popular han provocado decenas de demandas, entre ellas, por parte de la estadounidense Pimco, una de las mayores gestoras de fondos del mundo, que baraja demandar desde al Santander hasta al Banco Central Europeo ( BCE ), o al fondo de rescate europeo. El propio Paul Singer, a través de Elliott Management está sondeando el mercado para comprar antiguos bonos del Popular a precio de saldo (valorados en menos del 5% sobre su valor nominal) y negociando con otros fondos un frente común para pleitear contra el proceso de resolución del banco. También a través de su filial Bentham Ventures, «explora oportunidades en relación a Popular con vistas a una actuación coordinada», según fuentes cercanas a la entidad citadas por ‘Expansión’. El fondo pagaría los gastos legales de los fondos en el proceso, y en caso de éxito se llevaría una parte de la potencial compensación.

Hasta marzo de 2017, la inversión inmobiliaria en España superaba los 3.400 millones de euros. Sus protagonistas, conocidos fondos que operan como buitres: GreenOak, Värde, Blackstone… A la altura de abril de 2017, sólo Bankia, Sabadell, Deutsche Bank y BBVA habían colocado 1.600 millones de euros a Blackstone, Grove u Oaktree.

Buitres a la espera del rescate de autopistas de peaje en quiebra.

Los buitres no le hacen ascos a nada. Por ejemplo, a las autopistas de peaje que se construyeron también en la era Aznar, hoy en quiebra. En total, nueve. Cuatro buitres (Taconic, Kingstreet, Strategic Value y Atlestor) se han quedado con la mayor parte de su deuda financiera, que asciende, junto con la que está en manos de bancos como Deutsche Bank, JP Morgan, Goldman Sachs o Bankia y concesionarias, a cerca de 6.000 millones de euros, que pretenden que asuma el Gobierno. Los fondos han contratado a la firma especializada Houlihan Lokey, conocida por su intervención en Lehman Brothers o Abengoa.

Los citados fondos compraron la deuda a bancos españoles y extranjeros que habían participado en la financiación de las obras y que decidieron irse ante la dificultad de llegar a un acuerdo. Lo hicieron con pérdidas, ya que en algunos casos los cobros se aproximaron al 10% del valor nominal. Entre los bancos que vendieron están Santander, BBVA, Popular, Natixis, Société Générale, ING y Bank of Tokyo-Mitsubishi…, informa ‘El País’. La cifra, cualquiera que sea, iría contra el déficit del Estado, lo cual compromete el cumplimiento de los objetivos impuestos por Bruselas.

Los buitres tampoco le hacen ascos a otros activos inmobiliarios llamados “alternativos”, como los sanitarios, residencias de ancianos o de estudiantes. En estas últimas hozó Oaktree, con residencias en Madrid y Barcelona cuya venta ha complicado la llegada a las alcaldías de Madrid y Barcelona de Manuela Carmena y Ada Colau.

Oaktree, que lo mismo se da un atracón de ladrillo merendándose el banco malo del Deutsche Bank en España o zampándose las promociones fallidas en la costa que heredó el Sabadell con la compra de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), también es capaz de hincar el diente a Panrico, empresa de pan de molde y bollería, cuyos trabajadores no han parado de sufrir, incluso un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), desde que el buitre puso en ella sus garras. Finalmente, se la vendió al grupo mexicano Bimbo por 190 millones de euros, 89 millones más de lo que aportó.  Oaktree también ha querido sacar tajada de la fábrica de productos cárnicos Campofrío.

Con las cosas de comer no se juega, dice el refrán. A los buitres eso les da igual. PJT Partners, una escisión de Blackstone, es una firma especializada en servicios de asesoramiento a la banca de inversión. Entre sus consejeros cuenta con James Costos, ex embajador de EEUU en España bajo la administración Obama. Y entre sus operaciones en España, buitreras como la reestructuración de Isolux o la citada venta de Panrico a Bimbo.

PJT Partners también han participado en la venta de la mayor panadería de España, Berlys Corporación Alimentaria, anteriormente conocida como Panaderías Navarras (Panasa). Artá Capital, la firma de capital riesgo participada por Corporación Financiera Alba, y N+1, ahora rebautizada como Alantra, decidieron poner a la venta Panasa, la empresa líder en fabricación, distribución y comercialización de pan, bollería y pastelería fresca y congelada de España.

Del pan, al aceite.

Y del pan, al aceite. Resulta que la mayor productora mundial de aceite de oliva español está en manos de un fondo de capital riesgo británico, CVC Capital Partners, que opera con la lógica buitre: se hizo con la aceitera tras el fortísimo endeudamiento, que llegó a los 1.500 millones de euros, al que llevó a la compañía la irregular gestión de SOS Cuétara (germen de Deóleo), por parte de los hermanos Salazar, hoy en el banquillo por múltiples delitos societarios. Desde que el fondo de capital riesgo manipula Deóleo, que cotiza en bolsa , ha italianizado la cúpula de la compañía, los precios del oro líquido no paran de subir, alcanzando precios máximos en una década, y las condiciones tanto de la empresa como de los trabajadores no paran de empeorar. A principios de 2017, aprobó un ERE que afectó a un centenar de trabajadores, después de ir vendiendo las plantas a trozos. “El objetivo del fondo CVC es desguazar la empresa”, se temen los minoritarios, que sospechan que su objetivo es no poder pagar la hipoteca para ejecutar la deuda y quedarse con los activos a precio de saldo. CVC está presente actualmente en España en otros sectores como el textil (Cortefiel), el geriátrico (Vitalia Home), o el energético (CLH).

Precisamente, los mismos fondos buitre que encarecen el aceite de oliva español o echan de sus casas a familias enteras no tienen empacho en chupar la sangre también al sector energético. Los fondos CVC, KKR y Blackstone sobrevuelan la eléctrica que fuera española y pública Endesa para hacerse con su control, actualmente en manos del Estado italiano a través de Enel. Troceada y amputada su pata latinoamericana, los italianos destinan el 100% de los beneficios de la segunda eléctrica española a dividendos.

La propia Endesa negocia la compra de Renovalia Energy a Cerberus, que compró la renovable en 2015 a los ex dueños de los quesos Forlasa. Algo debió de ver Cerberus en las renovables españolas pese al impuesto al sol del Gobierno Rajoy, porque en 2015 adquirió cuatro parques eólicos y varios fotovoltaicos. Por su parte, también en 2015, Oaktree compró la empresa de renovables Eolia. Son sólo dos ejemplos. Hay muchos más.

Recientemente, a primeros de mayo de 2017, España perdió su primer arbitraje ante la Corte Internacional de Arreglo de Diferencias del Banco Mundial , el Ciadi , por los recortes aplicados desde 2010 a las ayudas a las renovables. El laudo dio la razón a la británica Eiser Infrastructure Limited, fondo ligado a ABN Amro, y su filial luxemburguesa Energia Solar Luxembourg y condenó a España a pagar 128 millones de euros más intereses. Esta Corte del Banco Mundial considera ilegal la transformación radical del marco regulatorio renovable español, con Zapatero primero, a finales de 2010, con Rajoy después, en 2013 y 2014.

Sobrevolando las renovables.

Detrás de ésta, hay esperando otras 27 denuncias pendientes de empresas que invirtieron en renovables.

Se trata principalmente de fondos de renta variable privados que entraron en el mercado después de que la crisis hubiera comenzado, según el informe publicado por las ONG Transnational Institute y Corporate Europe Observatory”, cita Juan Hernández Vigueras, miembro del Consejo Científico de ATTAC España, que ha escrito el libro ‘Los fondos buitre. Capitalismo depredador’.

En un artículo titulado ‘Fondos buitre en España: De la especulación a los pleitos’, Hernández Vigueras explica que estas demandas se basan en el Tratado de la Carta de la Energía, un convenio multilateral que proporciona protección a los inversores en el sector energético, reconociéndoles derechos similares a los de los tratados bilaterales de inversión (TBI) y que también permiten a las empresas demandar a los gobiernos ante los tribunales internacionales de arbitraje.

Llama la atención que muchos de estos demandantes están asesorados por la firma de abogados Allen & Overy, que casualmente ha asesorado a Eiser, la que ha ganado el primer arbitraje ante el Banco Mundial. Otro aspecto que destaca el informe citado por Hernández Vigueras en su artículo es cuándo invirtieron estos fondos:

“Cuando llegó la mayoría de estos inversores extranjeros, España estaba en plena crisis económica y ya habían comenzado las restricciones a las subvenciones a la energía solar. Lo que permite pensar que estas firmas practicaban estrategias especulativas similares a los fondos buitre, buscando la rentabilidad en la garantía del Estado que lograrían vía pleitos”.

De este modo, vemos cómo los mismos buitres son capaces de especular con la vivienda, con la alimentación y con la energía. Han picoteado en muchos otros sectores, como el de las apuestas deportivas (Blackstone jugó en Codere) o las clínicas dentales, como la polémica Vitaldent, donde opera Javier Botín, de la familia que preside el Santander. En muchas ocasiones, los buitres vienen de la mano de presuntamente prestigiosos bancos nacionales e internacionales, que aunque se escondan tras cambios de nombre y se protejan en paraísos fiscales, tienen igualmente las garras manchadas de sangre.

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