viernes, 19 de mayo de 2017

LOS RETOS DEL PENSAMIENTO CRÍTICO. LA IZQUIERDA QUE LA DERECHA NECESITA.

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Como Profesional Sociólogo – en la línea de la Investigación Política – y como Intelectual, trabajo los últimos años, dentro del Pensamiento Crítico Latinoamericano – con Sociólogos y Científicos Sociales, de todo el Continente – Brasil Uruguay, Argentina, Chile, Bolivia, Ecuador, etc. – todos como Profesionales, en la Escuela Política, forjada y construida en América latina, desde los tiempos del Gran Amauta José Carlos Mariátegui. Respeto – soy un crítico convencido, de los postulados, principios o fundamentos – que hoy divulgan en todo el mundo y en especial en Nuestra América, la “Nueva Izquierda” Progresista, Democrática,  para nosotros, se quedó en el camino Político, se dejó obnubilar por dos cuestiones centrales, el éxito de las Políticas Sociales y el No Construir Partido Político, para transformar y Modernizar el Estado – situación que real y objetivamente generó, fuera fácilmente capturado por las mil formas de la corrupción -. Pero el Pensamiento Crítico Latinoamericano, también nos conduce a realizar un deslinde político ideológico – en tiempos de Democracia,  con la “Nueva Izquierda Liberal”, (Respetamos su trabajo social y Político) aquel conglomerado de  “Colectivos Sociales”, que trabaja por mejores condiciones sociales de Vida de los sectores que representa dentro del propio sistema capitalista – No cuestiona el Capitalismo, menos el Estado, (modelo de organizaciones, representaciones y movilizaciones muy activas desde la década de los 80’ del siglo XX en todo Europa y Estados Unidos (Ambientalistas, Derechos Humanos, Derechos Civiles, Feminismo, Minorías sexuales, Consumidores, Pacifistas, Niños. Culturalistas, etc.) – tiempos históricos y políticos – cuando la globalización neoliberal, destruía todos los derechos sociales de los trabajadores. Lo interesante, lo importante, es que deben ser tiempos políticos de grandes polémicas – la batalla de las ideas – con la finalidad de conocer  con profundidad y libertad, hasta donde van en realidad nuestros Programas de Gobierno. Ahora ponemos a disposición de Ustedes. Distinguidos amigos (as) dos textos en relación a la Izquierda en el Perú y América Latina.


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LOS RETOS DEL PENSAMIENTO CRÍTICO.
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Emir Sader.

ALAI martes 16 de mayo del 2017.

Las grandes trasformaciones – en general de carácter regresivo – de las últimas décadas se han constituido en grandes desafíos para el pensamiento crítico. Verdades consideradas establecidas fueron desmentidas rotundamente, una de ellas la idea de que la historia tenía una tendencia evolutiva de tipos de sociedad, por lo cual después del capitalismo nos aguardarían el socialismo y el comunismo. Aunque no se orientara estrictamente por esa visión, había un sentimiento evolutivo de los procesos históricos. Un gran tema de los años 1970 era sobre el fin del capitalismo, considerado ineluctable, la discusión se centraba en cómo y cuándo ello se daría.

Otros temas, como el rol positivo del Estado, los rasgos retrógrados y conservadores de la derecha, la centralidad de la clase obrera, constituían un conjunto de referencias para el pensamiento social, que se han disuelto en el aire. La comprensión del nuevo período histórico se ha vuelto el más grande reto para el pensamiento de la izquierda. Incluso porque ese reto se planteaba bajo la influencia de un nuevo auge del liberalismo y de desprestigio del socialismo y de corrientes teóricas que siempre habían girado alrededor de ese tipo de sociedad.

La vida académica se ha vuelto más burocratizada, las modas de ruptura con la izquierda y adhesión a nuevos modelos ideológicos, el aislamiento de la fuerzas de izquierda y de sus corrientes de pensamiento,  fueron rasgos del nuevo período, globalmente caracterizado por tendencias conservadoras. El mismo pensamiento crítico no ha dejado de sufrir consecuencias de las grandes trasformaciones de las relaciones de poder en escala mundial.

En su seno corrientes han adherido a la idea de rechazo del Estado, en nombre de la “sociedad civil” o hasta a plantear que sería posible trasformar el mundo sin acceder al Estado, todos bajo influencia del liberalismo. Del otro lado del espectro ideológico, en el marco de pensamiento sectario, se consideraba que, como el neoliberalismo es el supra suma del capitalismo, solo se saldría de ese modelo hacia el socialismo.

Demostraba las dificultades del pensamiento social para comprender un cambio de período hacia uno de carácter regresivo, pero que se presentaba como innovador, rechazando al Estado, al socialismo, a la política, a las soluciones colectivas, a los movimientos sociales, a los partidos, a las mismas ideologías y a la izquierda, como conservadores, superados, agotados.

Un nuevo período histórico profundamente contradictorio, solo puede ser comprendido valiéndonos de la máxima de Lukacs: lo único que hay de ortodoxo en el marxismo es el método, esto es, la dialéctica. Porque ese nuevo período ha representado, a la vez, un inmenso retroceso, con el fin del socialismo y el desgaste de un conjunto de referencias progresistas, con el advenimiento de un mundo unipolar bajo hegemonía norteamericana. Pero, a la vez, esa hegemonía no trajo aparejada ni la reactivación de un ciclo de expansión económica del capitalismo, ni un período de paz mundial, bajo la acción del imperialismo norteamericano.

La globalización del modelo neoliberal ha significado el paso a un ciclo largo recesivo del capitalismo, que ya dura varias décadas y no tiene plazo para terminar. La multiplicación de focos de guerra es otro rasgo del nuevo período. Lo cual, a su vez, ha permitido el surgimiento de gobiernos antineoliberales en América Latina y de los Brics, en escala mundial, como contrapuntos a la hegemonía norteamericana y del modelo neoliberal.

La comprensión contradictoria de esos factores es indispensable para que el pensamiento crítico se ponga a la altura de los desafíos presentes, especialmente en América Latina, donde ese pensamiento necesita recuperar la capacidad de análisis creativa que tuvo en el pasado, para poder contribuir a la superación de los problemas que la lucha anti neoliberal plantea. No habrá superación del neoliberalismo sin una participación activa y creativa del pensamiento crítico, en estrecha relación con la práctica política de las fuerzas del campo popular, porque se trata de desafíos nuevos, en un período histórico nuevo, que requiere no repetir las formular esquemáticas del pasado, ni tampoco adherir a las formas superadas del liberalismo.

No por casualidad el pensamiento crítico latinoamericano tiene en Mariátegui uno de fundadores, porque fue uno de los que más ha renovado el pensamiento social del continente, echando raíces en nuestra propia historia.  Es hora de que pensamiento crítico latinoamericano agarre un nuevo vuelo, a partir de la comprensión de nuestra realidad específica y aprendiendo de los avances y los errores cometidos en este siglo.

 - Emir Sader, sociólogo y científico político brasileño, es coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad Estadual de Rio de Janeiro (UERJ).



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LA IZQUIERDA QUE LA DERECHA NECESITA.
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Enrique Fernández–Maldonado Mujica.

Otra Mirada.

Miércoles 17 de mayo del 2017.

El escenario político peruano no puede ser más complejo y enrevesado. Enfrentamos varios problemas gravísimos convergentes entre sí. Por un lado, el caso de corrupción Lava Jato salpica a tres ex presidentes, y sienta sospechas sobre el actual, generando una crisis moral con implicancias políticas y sociológicas. Por otro, la gobernabilidad es tensada por una mayoría fujimorista en el Congreso, cuyo único leit motiv pareciera ser arrinconar y someter al gobierno. La ciudadanía asiste a esta pulseada “en las alturas” entre perpleja y hastiada. La desaprobación de las principales instituciones públicas supera en todos los casos al 70% de los encuestados. Así las cosas, la posibilidad de una crisis política se incrementa ante la falta de reflejos del presidente y su entorno para enfrentar una oposición desleal y golpista. Transcurridos los momentos más graves de la emergencia nacional por el Niño Costero, el escenario de la vacancia –advertido tempranamente por Rosa María Palacios– adquiere nuevamente vigencia.

Pero la izquierda peruana, la parlamentaria, no quiere, o no parece, darse cuenta. Su accionar estos últimos meses proyecta una imagen contraria al abc de la política progresista: acumular fuerzas. El Frente Amplio ha ido en contra de su razón de ser: agregar voluntades. Amplificar la capacidad de arrastre de los partidos y movimientos que lo conforman. Nada de eso ha sucedido. Sus integrantes han hecho todo lo contrario. Una vez alcanzada la curul, se dividen. Lo que es peor: se pelean entre sí. Su incapacidad para enfrentar al adversario y anteponer este objetivo a sus discordias personales, es un problema que ya les está pasando factura.

¿A quién favorecen con esta conducta? Sin duda, no al electorado que los eligió e hizo posible que la izquierda alcanzara –después de casi cuatro décadas– casi el 20% del electorado en los últimos comicios generales. 

La tensión entre Tierra y Libertad y el Movimiento Nuevo Perú (que llegó a un punto tragicómico con las disputas públicas entre los congresistas Marco Arana y Richard Arce), no hacen sino erosionar la ya débil capacidad de representación política de la izquierda política. De continuar así, es más que seguro que antes del 20121 vuelvan a la marginalidad absoluta, superados por liderazgos radicales tipo Antauro Humala u otros parecidos.




¿Cómo debe encarar el escenario que viene la izquierda política? ¿Cómo salir en el marasmo en que se encuentra? Considero que hay dos banderas cruciales que podrían asumir en los próximos meses. La primera: denunciar firmemente el pacto de impunidad que vienen operando las organizaciones políticas con mayor influencia en las últimas décadas –el Apra y el fujimorismo–. Pacto que es funcional, hay que decirlo, a la continuidad del Estado corrupto y del neoliberalismo económico. 

En segundo lugar, la izquierda debe cerrar filas por una reforma electoral inclusiva, y no excluyente, como pretende el aprofujimorismo en el Congreso. Para ello deberá tender puentes con otras fuerzas (incluido el centro político), si lo que buscan es abrir el sistema político para competir en él democráticamente. En tiempos de crisis de la representación política, quedarse en el regodeo ideológico y la querella personal los condena inevitablemente a la desaparición.

Como han planteado algunos analistas recientemente , la izquierda política debe apuntar hacia la “convergencia”, más que a la unidad. Ubicarse en un campo político sobre la base de las coincidencias, para desde ahí confrontar al adversario común: en estos días, el autoritarismo parlamentario fujimorista y la ofensiva ultraconservadora. 

Solo así se podrá tener un rol protagónico como alternativa de gobierno, proponiendo un nuevo quehacer y liderazgo político. 

* Sociólogo

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