viernes, 19 de agosto de 2016

FRANCISCO Y HOLLANDE ROMPEN EL HIELO. BRASIL: "LA DEMOCRACIA TIENE QUE TRIUNFAR".

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Urgente, con el debido respeto, ponemos a su disposición dos valiosos Documentos, con relación a dos realidades diferentes y que hoy marcan parte de la historia política mundial. El Primero relacionado, como se lograron "romper los hielos políticos", el distanciamiento que se presentó entre el Vaticano y el Papa Francisco y el gobierno francés del Presidente Hollande. U n texto muy importante. El segundo relacionado con un Mensaje sobre la Democracia de la Presidenta Dilma Rousseff, - hoy separada de la Presidencia, escenario político latinoamericano y mundial, donde la Democracia no puede ser derrotada por el golpismo, la corrupción política y las mafias enquistadas en el Congreso -.demostrada por todos los organismos internacionales -. Dos documentos muy importantes, para todos ustedes. Gracias.

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El Papa y Hollande se reunieron a solas durante casi dos horas.


FRANCISCO Y HOLLANDE ROMPEN EL HIELO.
Luego por la tensión por el rechazo papal a un Embajador Francés homosexual.
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Las diferencias entre ambos jefes de Estado alcanzaron su punto más alto cuando Francisco no aprobó como embajador a un diplomático abiertamente gay. La brecha empezó a cerrarse cuando el Papa se solidarizó por el asesinato del cura de Rouen.

Elena Llorente
Página/12 En Italia
Desde Roma jueves 18 de agosto del 2016.
El presidente francés François Hollande fue recibido en visita privada ayer por el papa Francisco en su estudio de la Sala Paulo Sexto del Vaticano.
No es la primera vez que Hollande y Francisco se ven. La primera fue en 2014. Pero este encuentro tiene un particular significado, luego de varios meses de malos entendidos entre el gobierno francés y el Vaticano por el rechazo de parte de la Santa Sede de un embajador y después del acercamiento a partir del llamado del Papa solidarizándose con el pueblo francés y enviando sus condolencias por el asesinato, hace tres semanas, del sacerdote Jacques Hamel, párroco de Rouen.
Al salir de la iglesia San Luis de los Franceses –la iglesia oficial francesa en la capital italiana– donde había una imagen del padre Hamel y donde Hollande rindió homenaje a las víctimas del terrorismo poco antes de ir al Vaticano, el presidente dijo a los periodistas que con Francisco quería conversar sobre “libertad religiosa, secularismo y unidad con respeto hacia cada uno”. Y agregó que el “mensaje francés de secularismo tiende a unir, no a provocar heridas. La República debe defender el derecho de creer pero también de no creer” de sus ciudadanos. “Cuando una figura religiosa es asesinada, también la República ha sido profanada”, agregó el presidente. Hollande indicó además que estaba en Roma también para agradecerle al pontífice su “solidaridad” por el asesinato del anciano sacerdote. “Las palabras del Papa fueron muy reconfortantes”, dijo el presidente, que en ocasión de aquella desgracia recibió una llamada telefónica de Francisco desde el Vaticano. “Me confió que se sentía como un hermano de todos los franceses”, contó.
La audiencia duró en total cerca de una hora y 45 minutos y el coloquio privado fue de unos 40 minutos, informó la Santa Sede. Fue un momento importante después de los malos entendidos del último año, entre otras cosas por el rechazo por parte de la Santa Sede de un embajador homosexual francés. No salieron a relucir decisiones específicas del Vaticano diciendo, por ejemplo, que no concedía el placet, que por otra parte la Santa Sede –como cualquier Estado– debe dar para que un embajador pueda tomar posesión de su cargo. Pero el silencio decía todo, pese a que se trataba de un diplomático que había sido el número dos de la embajada francesa ante el Vaticano de 2001 a 2005.
Al final, en abril el gobierno de Hollande decidió nombrar a otra persona como embajador, Philippe Zeller, que ayer acompañó al presidente junto al ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, en el primer momento de la audiencia privada. Las divergencias sobre el embajador marcaron ciertas distancias entre los dos Estados. Y si bien ahora hubo un acercamiento, persisten diferencias entre los dos jefes de Estado, entre otras cosas, a nivel religioso-político.
A diferencia del Papa, que insiste en decir que “no es verdad y es injusto afirmar que el Islam es terrorista”, exponentes del gobierno francés no parecen muy convencidos de que la región musulmana sea igual a las otras y pueda tener su identidad. Al menos eso dio a entender el primer ministro francés Manuel Valls, que aplaudió la prohibición de algunos municipios franceses, como medida antiterrorista, del burkini (de burka y bikini), una especie de vestimenta completa, incluida la cabeza, que usan las musulmanas para meterse al mar o a las piscinas. El burkini, según Valls, es la “expresión de una ideología basada en la servidumbre de la mujer”. Para el ministro del Interior italiano, Angelino Alfano, en cambio, una prohibición como ésa “podría provocar nuevos atentados”.
Hollande, que luego del Papa se encontró con el número dos de la Santa Sede, el secretario de Estado vaticano, cardenal Pietro Parolin, estará de nuevo en Italia el lunes para un encuentro en la isla de Ventotene –famosa porque en el período fascista por su cárcel pasaron grandes personajes de la historia italiana como el ex presidente socialista Sandro Pertini–, con el primer ministro Matteo Renzi y la premier alemana, Angela Merkel. Los temas candentes son terrorismo, brexit e inmigración, en un clima enrarecido luego de que el Estado Islámico lanzara una nueva amenaza por Internet contra varios países europeos, Italia entre ellos. Los tres mandatarios harán una rueda de prensa en una nave de la marina militar a última hora del lunes.
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Un Mensaje a la Nación de la Presidenta Dilma, en defensa de la Democracia, seriamente atacada por la corrupción política, los nefastos poderes judiciales y el poder de poderes hoy de las corporaciones de los medios de comunicación.
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"LA DEMOCRACIA TIENE QUE TRIUNFAR".

Mensaje al Senado federal y al pueblo brasileño leído 

en Brasília el 16 de agosto de 2016.

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Traducido del portugués para Rebelión por Alfredo Iglesias Diéguez

Me dirijo a la población brasileña y a las señoras senadoras y a los señores senadores para manifestar una vez más mi compromiso con la democracia y con las medidas que sean necesarias para superar este impasse político que tantos perjuicios está causando al país.

Mi vuelta a la Presidencia, por decisión del Senado federal, significaría la reafirmación del Estado de democrático de derecho y contribuirá decisivamente al surgimiento de una nueva y prometedora realidad política.

Mi responsabilidad es grande. En el camino que llevo andado para defenderme del impeachment me aproximé más al pueblo, tuve la ocasión de escuchar su agradecimiento y de recibir su cariño. Escuché también duras críticas hacia mi gobierno, a errores cometidos y a medidas e políticas que no fueron adoptadas. Recibo esas críticas con humildad y determinación para que podamos construir un nuevo camino.

Necesitamos fortalecer la democracia en nuestro país y, para eso, es necesario que el Senado cierre definitivamente el proceso de impeachment en marcha, reconociendo, ante las pruebas irrefutables, que no cometí ningún delito, que soy inocente.

En el presidencialismo previsto en nuestra Constitución, no es suficiente la desconfianza política para destituir a un Presidente. Se tiene que probar un delito. Y es evidente que no hubo tal delito. No es legítimo, como quieren mis acusadores, separar al jefe de Estado y de gobierno por el “conjunto de la obra”.

Quien separa al Presidente por el “conjunto de la obra” es el pueblo, sólo el pueblo, en las elecciones. Por esa razón, afirmamos que, si se confirma el impeachment sin delito, estaríamos ante un golpe de Estado. El colegio electoral de 110 millones de electores estaría siendo substituido, sin la debida base constitucional, por un colegio electoral de 81 senadores. Sería un inequívoco golpe seguido de elección indirecta.

Al contrario, entiendo que la solución para las crisis política y económica a las que nos enfrentamos pasa por un voto popular en elecciones directas. La democracia es el único camino para la construcción de un Pacto por la Unidad Nacional, el Desarrollo y la Justicia Social. Es el único camino para salir de la crisis.

Por eso, la importancia de asumir un claro compromiso con el Plebiscito y la Reforma Política. Todos sabemos que estamos en un momento de impasse generado por el agotamiento del sistema político, ya sea por el excesivo número de partidos o por las prácticas políticas cuestionables, que está exigiendo una profunda transformación de las reglas vigentes.

Estoy convencida de la necesidad y daré mi apoyo incondicional a la celebración de un Plebiscito, cuyo objetivo será consultar a la población sobre la convocatoria anticipada de elecciones y, también, sobre la reforma política y electoral. Debemos concentrar nuestros esfuerzos en la realización de una amplia y profunda reforma política, estableciendo un nuevo cuadro institucional que supere la fragmentación de partidos, moralice la financiación de las campaña electorales, fortaleza la fidelidad partidaria y de más poder a los electores.

La restauración plena de la democracia requiere que la población decida cuál es el mejor camino para ampliar la gobernabilidad y perfeccionar el sistema político electoral brasileño. Debemos construir, por lo tanto, un amplio Pacto Nacional, basado en elecciones libres y directas, que agrupe a todos los ciudadanos y ciudadanas brasileños.

Un Pacto que fortalezca los valores del Estado Democrático de Derecho, la soberanía nacional, el desarrollo económico y las conquistas sociales. Ese Pacto por la Unidad Nacional, el Desarrollo y la Justicia Social permitirá la pacificación del país.

El apaciguamiento del los espíritus y de las pasiones deben sobreponerse a cualquier sentimiento de desunión. La transición hacia ese nuevo momento democrático exige que se abra un amplio diálogo entre todas las fuerzas vivas de la Nación brasileña con el claro convencimiento de que lo que nos une es Brasil.

Diálogo con el Congreso Nacional para que, conjunta y responsablemente, busquemos las mejores soluciones para los problemas a los que se enfrenta el país, Diálogo con la sociedad y los movimientos sociales, para que las demandas de nuestra población sean plenamente satisfechas por políticas consistentes y eficaces.

Las fuerzas productivas, empresarios y trabajadores, deben participar de forma activa en la construcción de propuestas para la recuperación del crecimiento y para la mejora competitiva de nuestra economía.

Reafirmo mi compromiso con el pleno cumplimiento de la Constitución ciudadana de 1988, principalmente con los derechos y garantías individuales y colectivos que reconoce. Nuestro lema seguirá siendo: “ningún recorte de los derechos” [1].

Las políticas sociales que transformaron la vida de nuestra población, garantizando oportunidades a todas las personas y promoviendo la igualdad y la diversidad, tendrán que ser mantenidas y renovadas. La riqueza y la fuerza de nuestra cultura tienen que ser puestas en valor como elementos fundadores de nuestra nacionalidad.

Crear más y mejores empleos, fortalecer la salud pública, ampliar el acceso y mejorar la calidad educativa, asegurar el derecho a la vivienda y extender la movilidad urbana, son inversiones prioritarias para Brasil. Todas las variables de la economía y los instrumentos de la política necesitas ser reconducidos para que el país vuelva a crecer y a generar empleo.

Eso es necesario porque, desde el inicio de mi segundo mandato, las medidas, acciones y reformas necesarias para que el país necesitaba para hacer frente a la grave crisis económica, fueron bloqueadas y se impusieron las llamadas ‘pautas-bomba’ [2], a la sombra de la irresponsable lógica del “cuanto peor, mejor”.

Se realizó un esfuerzo obsesivo para desgastar al gobierno, importando poco los resultados dañinos que causaba a la población. Podemos superar ese momento y, juntos, buscar el crecimiento económico y la estabilidad, el fortalecimiento de la soberanía nacional y de la defensa del presal y de nuestras riquezas naturales y minerales.

Es fundamental la continuidad en la lucha contra la corrupción. Este es un compromiso innegociable. No aceptaremos cualquier pacto a favor de la impunidad de quienes, después del ejercicio de legítima defensa, se compruebe que han realizado prácticas ilegales o actos ímprobos.

 Pueblo brasileño, senadoras y senadores,

Brasil vive uno de los momentos más dramáticos de la historia. Un momento que requiere coraje y claridad de miras de todos nosotros. Un momento que no tolera omisiones, engaños o falta de compromiso con el país.

No debemos permitir que una eventual ruptura del orden democrático basada en el impeachment sin delito debilite nuestra democracia, sacrificando los derechos garantizados en la Constitución de 1988. Unamos nuestras fuerzas y propósitos en la defensa de la democracia, el lado correcto de la Historia.

Tengo el orgullo de ser la primera mujer electa presidenta de Brasil. Me siento orgullosa de poder decir que, en estos años, ejercí mi mandato de forma digna y honesta. Honré los votos que recibí. En nombre de esos votos y en nombre de todo el pueblo de Brasil, lucharé con todos los instrumentos legales de que dispongo para garantizar la democracia en Brasil. En este momento ya todo el mundo sabe que no cometí ningún delito, que no hay fundamento jurídico para el impeachment, pues no hay delito.

Las actuaciones que realicé fueron actuaciones legales, actuaciones de gobierno, actuaciones necesarias. Actos idénticos fueron cometidos por los presidentes que me precedieron. No era un delito en su momento y no lo es ahora.

Jamás se encontrará en mi vida ningún acto deshonroso, de cobardía o traición. Al contrario de quienes iniciaron este proceso injusto e ilegal, no tengo cuentas secretas en el exterior, nunca desvié un único céntimo del erario público para mi enriquecimiento personal o de terceros y nunca recibí sobornos de nadie.

Este proceso de impeachment es débil, jurídicamente inconsistente; es un proceso injusto desencadenado contra una persona honesta e inocente.

Lo único que pido a sus señorías, senadoras y senadores, es que no cometan la injusticia de condenarme por un delito que no cometí. No hay justicia más demoledora que la que condena a un inocente. La vida me enseño el sentido más profundo de la esperanza. Resistí a la cárcel y a la tortura. Me gustaría no tener que resistir ni al fraude ni a la más infame injusticia. Mi esperanza existe porque es también la esperanza democrática del pueblo brasileño, que me eligió en dos ocasiones Presidenta.

Quien debe decidir el futuro del país es nuestro pueblo. La democracia tiene que triunfar.  

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 Notas del traductor

[1] La traducción literal del lema sería: “ningún derecho a menos”.


[2] Una 'pauta-bomba' es el término que se emplea en Brasil para designar a aquellos proyectos de ley que generan gastos públicos y, por lo tanto, van en contra de las medidas de ajuste fiscal. A mediados del año 2015 la Cámara de los Diputados aprobaba una serie de ‘pautas-bomba’ que causaron un impacto negativo en las arcas públicas y dificultaron todavía más el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff. 

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