miércoles, 17 de febrero de 2016

LA CRISIS QUE VINO PARA QUEDARSE.

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Definitivamente no es una crisis coyuntural, la crisis vigente hoy en el sistema capitalista, pero en realidad entonces que es? Un  ciclo recesivo largo, extenso en el tiempo sin fecha de terminación ¿ o ese ciclo recesivo es parte central de la crisis estructural del sistema mundo?. Si existe, una realidad cierta, vigente hoy, es la crisis del capital financiero especulativo – la primera era de la globalización neoliberal – es decir se “agotó” la forma como se produce la acumulación del capital por el camino de la especulación mundial, formas que sustituyeron históricamente a las del capital industrial en especial en su última fase, la de la industria automotriz y la vigencia de las grandes corporaciones. El proceso de la desregulación sistémica, - menos Estado más “dios” mercado”, constituye un ciclo “largo” de más de tres décadas, tiempo histórico, final donde explosiona la crisis de las hipotecas subprime o la crisis del capital financiero – que explotó en septiembre del 2008 – año en que se produce un “Cambio de Época Histórica” – no sólo por la crisis – Poli-crisis mundial hoy – que la tenemos presente, sino que se presentan un conjunto de hechos multidimensionales histórico-políticos que marcan un antes y después de la “gran crisis” de las hipotecas. Por ese conjunto de hechos que se producen sucesivamente en el escenario mundial, es que nos referimos al “Cambio de Época Histórica”.

El fin de la Unipolaridad mundial – Estados Unidos deja de ser el Estado corporativo global – (in)surge la Multipolaridad – un país, un Estado un voto – pero multipolaridad multidimensional – económica – economías BRICS, el Banco, como también la APEC o el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, o el propio MERCOSUR  – social - emerge una Nueva Sociedad Civil como escenario de escenarios de las clases y la lucha de clases – política –Nuevas potencias regionales descentralizadas – Unión Europea, Rusia, China, India, Brasil y Estados Unidos –. En el escenario mundial primero se fortalece el G-8 y después el G-7 – separan a Rusia y el bloqueo económico por su intervención directa en la guerra de Ucrania – más allá también lucha por ocupar un buen lugar en el escenario global, el G-20, así como el G-77 + China, pero este largo periodo recesivo, también nos trae dos “novedades”, porque el capital está en crisis, pero no se duerme y menos está derrotado, son dos nuevas formas, dos caminos “nuevos” de acumulación del capital: estos primeros años de la crisis, el capital centra toda su inversión corporativa global en el llamado Consenso de los Commodities –o la acumulación del capitalismo por desposesión – explotación, saqueo – de los recursos naturales – y nuevas formas – sin derechos sociales – de explotación de los llamados – esclavos asalariados del siglo XXI,  proceso mundial con fuerte resistencia de los pueblos en defensa de su riqueza patrimonial y segundo la acumulación mundial vía los Derechos y Servicios Públicos: Educación, Sanidad, Pensiones de los Jubilados, tarjetas de crédito, empresas de seguridad, deuda externa, economía militar, etc. ciclo económico en el cual nos ubicamos actualmente con fuerte imposición y violencia para subsistir pero también con resistencia social y cultural de los pueblos y nuevas formas de lucha política de los Movimientos Sociales anti- globalización en general, movimientos políticos post-neoliberales.


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LA CRISIS QUE VINO PARA QUEDARSE.
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Emir Sader.

La Jornada domingo 14 de febrero del 2016.

La crisis actual de la economía internacional, iniciada en 2008 en el centro del sistema capitalista, no tiene plazo para terminar. Genera desconcierto, agotamiento de argumentos y fórmulas, tasas de interés negativas y tasas de interés estratosféricas –nadie sabe ya cómo reaccionar, nada se resuelve. Es ya como si la crisis recesiva estuviera naturalizada.

Porque en verdad no se trata de una crisis coyuntural, aunque prolongada, en la que el mismo mercado, depurándose de los más frágiles, recomponga la economía para volver a un ciclo expansivo. Se trata de un ciclo recesivo largo, al que el capitalismo internacional ingresó cuando se agotó el ciclo expansivo largo de la segunda posguerra, alrededor de las décadas de 1970/1980, en el cual sigue.

Además de los ciclos cortos, caracterizados por Marx como típicos del proceso de acumulación de capital, el economista ruso Nicolás Kondratieff agrupó esos ciclos en conjuntos, algunos con tendencia expansiva, otros con recesiva, llamándolos de ciclos largos.

El ciclo largo de la segunda posguerra, hasta alrededor de los años 1970/1980 del siglo pasado, fue un ciclo largo expansivo, la edad de oro del capitalismo, según Eric Hobsbawm. Crecían virtuosamente todos los principales sectores de la economía mundial: EU, Alemania, Japón, América Latina (Argentina, México y Brasil, principalmente), el campo socialista. Fue un ciclo largo en el cual el sector hegemónico en la economía fue el de las grandes corporaciones industriales monopolistas internacionales, del que la industria automotriz fue el modelo más característico.

Cuando ese ciclo se agotó vino el debate sobre sus causas y cómo superarlas. Triunfó el diagnóstico neoliberal, con su propuesta de desregulación y libre comercio, menos Estado y más mercado, menos derechos y más mercantilización. Como resultado se desplazó el eje del proceso de acumulación hacia el capital financiero bajo su forma especulativa. Porque el capital busca realizarse donde tiene más ganancias, en plazos más cortos y con menor tributación.

El rol hegemónico del capital financiero explica que se trate de un ciclo largo recesivo porque la especulación no genera bienes ni empleos, sino vive de la compra y venta de papeles y del endeudamiento de gobiernos, empresas y personas.

La crisis recesiva pronunciada, iniciada en 2008, es apenas la expresión de esos factores. Desde que se inició el ciclo largo recesivo, cuando las economías centrales del capitalismo crecen, es a niveles incomparablemente más bajos que los del ciclo anterior. Las economías que están fuera de ese tono son las de China, India y países posneoliberales de América Latina, que aún así han pasado a sufrir los efectos de la recesión internacional generalizada.

Es una recesión estructural, característica de este ciclo histórico y del cual no hay plazos de salida. Al contrario de los otros ciclos largos, que agrupados tendían a durar más o menos 25 años. Este ya dura bastante más que eso, pero no se avizoran elementos de su superación. Una vez establecida la desregulación y la libre circulación de capitales, no hay forma de retornar a modalidades de regulación. Es como si el conjunto del sistema fuera arrastrado por la lógica de la especulación financiera, sin formas de contenerla.

En 2008, cuando irrumpió la profunda y prolongada recesión actual, Obama afirmó que habría que salvar a los bancos o el techo caería sobre la cabeza de todos. Los bancos fueron rescatados, están más fuertes que nunca, y son los países los que han quebrado –Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia.

Hay, por tanto, que convivir con ese ciclo recesivo largo, buscando, mediante mecanismos como los BRICS y su banco de desarrollo, formas de resistir a las fuertes tendencias recesivas producidas y reproducidas en el centro del sistema. Al tiempo en que en Europa comienzan a surgir fuerzas que se opongan a las políticas de austeridad, forma que asume el ciclo recesivo largo en ese continente. De la alianza entre los BRICS –incluyendo a los gobiernos progresistas de América Latina– y fuerzas nuevas de Europa puede surgir un horizonte político de superación del ciclo recesivo largo actual del capitalismo.

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