viernes, 6 de noviembre de 2015

LA CRISIS DEL PENSAMIENTO CRÍTICO LATINOAMERICANO.

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NUESTRA OPINIÓN DESDE LA SOCIOLOGÍA  DE LAS AUSENCIAS.- De acuerdo con planteamiento central del Dr. Emir Sader con relación a la crisis del pensamiento crítico latinoamericano, sin embargo, es necesario e importante formular mi Opinión Sociológica  desde los principios de La Sociología de las Ausencias – pensamiento crítico latinoamericano – del cual modestamente me considero como profesional y científico social, uno de sus integrantes y con mucho respeto asumo en la Teoría no una posición “seguidista”, sino una alternativa política de Izquierda Progresista y Democrática, pero teniendo como base y fundamento una gran “experiencia” en la práctica Sindical, en las Universidades Populares, en la Proyección Social Profesional y en la propia representación Gremial Profesional del Colegio de Sociólogos del Perú ( a nivel local y regional) así como en el ejercicio de la Docencia Universitaria por más de 45 años continuados. Sobre la base de estos fundamentos teórico-prácticos, permítase formular mi Respuesta al Dr. Sader, siempre con el debido respeto, sobre la base siguiente:

PRIMERO.- Muy fácilmente, hoy daría mi respuesta, considerando mis Opiniones formuladas en la presente semana con relación a los trabajos del Dr. Vargas Llosa, considerado bajo el título; “Vargas Llosa, una pluma política frustrada” – con relación a su artículo político en defensa del candidato de la derecha político-financiera argentina, el Sr. Macri; o también utilizando otro artículo de la presente semana “La Derecha Global: Lo que está en juego. El Poder” y como la derecha a nivel global en su campaña política – ante la ausencia o deficiencia de sus teorías políticas – fácilmente y utilización total del poder de los medios de comunicación, hace uso y abuso de la violencia – su alternativa el golpismo político – contra la democracia. O también utilizaríamos dos o más artículos formulados en el mes anterior sobre la “Unidad de la Izquierda Peruana”, sin embargo, los dejamos en su “buena ubicación y planteamiento político” en Democracia,

SEGUNDO.- En nuestro país y es característica central hoy a nivel latinoamericano, que el pensamiento crítico se encuentra en una etapa de estancamiento – a veces parecería retirada – ante la poderosa ofensiva de los medios de comunicación – sus opinologos y defensores de oficio de los poderosos grupos financiero-exportadores-empresariales en el poder y una corriente política que formulan “planteamientos” democráticos, basados hoy básicamente en las corrientes políticas de la inclusión social, el éxito de los emprendedores, de las “nuevas clases medias”, en la década del crecimiento macro-económico, la “significativa” baja de la pobreza relativa y extrema pobreza, según inundan los escenarios sociales, políticos y académicos con el uso y abuso de la Estadística. Sobre la base de este conjunto de informaciones, prácticamente nos desaparecen como corriente política, porque estaríamos totalmente fuera de contexto social y político, simplemente y con “justificación” deberíamos aceptar que somos anti-sistemas, anti-inversión corporativa, radicales defensores del medios ambiente y otro conjunto de acusaciones que los medios los validan con el poder que tienen de manipular la información. Pero la década de “éxitos empresariales, exportadores” está ingresando en una crisis imparable, no solo por la baja de los precios de los Commodities en el mercado mundial – sobre todo el mercado chino – sino además porque – es una nueva oportunidad perdida para las clases dominantes, no han tenido la capacidad de poder salir del viejo modelo extractivo exportador de materias primas – modelo heredado desde la colonia –realidad que nos pone ante una grave y terrible coyuntura: el escenario de la clases y la lucha de clases – tiende a polarizarse, por un lado los gobiernos de izquierda asumen su defensa democrática, utilizando el poder, y los gobiernos de derecha, simplemente su respuesta es la criminalización de las protestas sociales. Señores en este escenario de escenarios de las clases y la lucha de clases estamos presente nosotros los Mariateguistas con el pensamiento crítico, asumiendo la defensa de los “procesos políticos” – procesos que no son copia ni calco, son creación heroica de cada pueblo.

TERCERO.- Nuestro gran problema, es que el pensamiento crítico – producto de la crisis del modelo neoliberal – crisis estructural del sistema, conjunto de contextos de crisis de la política – del pensamiento político de la derecha en el poder – crisis que en parte nos “arrastra” – por la propia crisis también de la institucionalidad de la izquierda democrática (gremios, sindicatos, partidos políticos, etc.) situación real y objetiva, que “nos condena” a un aislamiento sobre todo generacional – los jóvenes no están interesados y gran parte de los adultos mayores aún se ubican en las “viejas” organizaciones de tipo caudillismo, caciques local-regional-nacional -, además los tiempos de la “década perdida” – 1980-1990 – y su proyección hacia el fin del milenio – escenario donde se produjo el rompimiento entre el intelectual – militante – y las organizaciones políticas; el intelectual se “refugió” generacionalmente en las ONGs y muchos “vendieron o alquilaron su pensamiento – para sobrevivir en tiempos muy difíciles de crisis final del populismo, el asistencialismo y el ingreso e imposición –autoritario y vertical - del neoliberalismo. Aún aislados, dispersos, los intelectuales del pensamiento crítico latinoamericano estamos presentes, en defensa de las grandes causas y derechos sociales y políticos de nuestros pueblos. Finalmente es importante expresar, somos pocos en número a la cantidad de teóricos y opinologos de la derecha, pero representamos calidad y alternativas con  nuestras propuestas en Democracia. Somos partidarios del Diálogo como herramienta democrática, en el tránsito obligado de la defensa de los derechos de nuestros Pueblos, como también confiamos – la Confianza – es nuestro principio central de comunicación y reconocimiento del Poder Local Popular – la nueva Sociedad Civil, emergente, popular, plural, democrática y autónoma – que hoy nace de la propias entrañas de una sociedad en crisis y sin camino de solución democrática, crisis de las propias contradicciones del sistema capitalista. Como ciudadanos políticos nuestro gran objetivo político estratégico es forjar en Nuestra América, la Patria Grande: Un Mundo Nuevo, si es posible, democrático, participativo y de plena defensa y respeto a Nuestra madre Naturaleza.


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Emir Sader. Sociólogo y Politólogo brasileño- (de Nuestra América, La Patria Grande). Representante y Líder del Pensamiento Crítico Latinoamericano.
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LA CRISIS DEL PENSAMIENTO CRÍTICO LATINOAMERICANO.

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Emir Sader*.

ALAI. Miércoles 4 de noviembre del 2015.

En el momento de auge de los enfrentamientos políticos y de las grandes luchas de ideas en América Latina, se siente con más fuerza la relativa ausencia de la intelectualidad crítica. En el momento en que los gobiernos progresistas sufren las más duras ofensivas de la derecha, buscando imponer procesos de restauración conservadora, valiéndose del monopolio de los medios de comunicación, el pensamiento crítico latinoamericano podría tener un rol importante, pero su ausencia relativa es otro factor que afecta la fuerza del campo de la izquierda.

La derecha se vale de ese monopolio y de sus pop stars. Vargas Llosa y Fernando Henrique Cardoso vuelven con fuerza al campo para apoyar a Mauricio Macri, a la derecha venezolana y a atacar a los gobiernos de Brasil. Ecuador, Bolivia. No les faltan espacios, aunque les falten ideas.

Al pensamiento crítico no le faltan ideas, tiene que pelear por espacios, pero falta mucho más participación, faltan entidades que convoquen a la intelectualidad crítica a que participe activamente en el enfrentamiento de los problemas teóricos y políticos con que se enfrentan los procesos progresistas en América Latina.

Frente a la pobreza de las propuestas de retorno a la centralidad del mercado, del Estado mínimo, de las políticas de retorno a la subordinación a Estados Unidos, a la apología de las empresas privadas, queda un amplio marco de argumentos y de propuestas a ser asumidos por la intelectualidad de izquierda. Para desenmascarar las nuevas fisonomías que asume la derecha, para valorar los avances de la década y media de gobiernos posneoliberales, para promover el rol de esos gobiernos latinoamericanos a contracorriente de la onda neoliberal que sigue barriendo el mundo y los derechos de los más vulnerables.

Esos gobiernos han hecho la crítica, en la práctica, de los dogmas del pensamiento único, de que “cualquier gobierno serio” debiera centrarse en los ajustes fiscales. De que no era posible crecer distribuyendo renta. De que las políticas sociales solo podrían existir como subproducto del crecimiento económico. De que el dinamismo depende de más mercado y menos Estado. De que no hay camino en el mundo que no sea el de la subordinación a los países del centro del capitalismo. De que el Sur es el retraso. 

En fin, todo lo que los gobiernos progresistas han desmentido rotundamente, son argumentos fuertes para que el pensamiento crítico se apoye en ellos y encare las dificultades presentes en la perspectiva de la profundización de esos procesos y no de su abandono. Esto lo hacen aquellos – de derecha y de ultra izquierda – que se refugian en el triste consuelo para ellos de un supuesto agotamiento del ciclo progresista. A ambas fuerzas les sobran motivaciones, más aún cuando han sido derrotadas por década y media. Pero les faltan razones, no pueden proyectar un futuro para el continente, que no sea la reiteración del pasado desastroso y superado o el discurso sin práctica.

Es el momento del pensamiento crítico, de dejar a un lado las prácticas burocráticas que neutralizan el potencial crítico del pensamiento latinoamericano, que mediocrizan las entidades tradicionales. Es hora de volver a protagonizar, en primera línea, la lucha antineoliberal, es hora de volver, sin miedo, a proponer ideas audaces, nuevas, emancipatorias, es hora de volver a engarzar la intelectualidad crítica con las nuevas generaciones, huérfanas de futuro.

La burocratización es una enfermedad fatal para el pensamiento crítico, sea en las estructuras académicas, sea en las prácticas institucionales de otras instancias. ¿Hasta cuándo la intelectualidad crítica dejará que los “intelectuales mediáticos” de la derecha ocupen prácticamente solos los espacios de los debates de ideas, que formen nuevas generaciones en los valores del egoísmo, de los prejuicios, del consumismo?

La burocratización conduce a la despolitización, que es el mejor servicio que se puede prestar a la derecha, sustrayendo espacios críticos a la lucha de ideas para volcarlos simplemente a la mantención de cargos y de sueldos. Son burócratas que, aunque nominalmente pretendan pertenecer al campo de la izquierda, lo que hacen es desmoralizar a la izquierda, con el uso abusivo de las palabras sin práctica o con una práctica sin ideales ni proyección política concreta.

Fue una tragedia para la izquierda la separación entre una práctica sin teoría – que a menudo se pierde en los meandros de la institucionalidad vigente – y una teoría sin trascendencia concreta – que se pierde en sí misma. 

Hoy es indispensable rescatar la articulación entre pensamiento crítico y lucha de superación del neoliberalismo, entre teoría y práctica, entre intelectualidad y compromiso político concreto. Si los viejos caminos se han desviado de esas vías, nuevos tienen que ser abiertos, los espacios públicos conquistados están ahí para ser ocupados.

“Los caminos que encontramos hechos / son desechos de viejos destinos. / No crucemos por esos caminos / Porque solo son caminos muertos” – como canta Pablo Milanés.

Seamos fieles a los precursores del pensamiento crítico latinoamericano, pero, sobre todo, fieles a los nuevos destinos que apenas hemos empezado a construir.

El que pierde la batalla de las ideas está condenado a la derrota política. No merecemos perder ni la una ni la otra.

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- Emir Sader, sociólogo y científico político brasileño, es coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad Estadual de Rio de Janeiro (Uerj).
  

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