viernes, 25 de septiembre de 2015

LOS PROCESOS POLÍTICOS DE IZQUIERDA Y PROGRESISTAS EN NUESTRA AMERICA, SI ES POSIBLE.

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Políticamente si es posible, no sólo resistir la tempestad  anti-política actual, sino profundizar el proceso en su contenido político, sí recuperamos la CONFIANZA de la ciudadanía en el proceso político, ampliar su escenario hacia otros sectores de la población, de la Ciudadanía, que sí son parte importante del proceso, pero por razones de la crisis política fueron marginados, apartados, excluidos y finalmente encontrar, forjar el camino que nos lleven hacia un proceso de consolidación política democrática. Pero para hacer realidad esta alternativa social y propuesta política, nuestra mirada sociológica está centrada en el amplio y múltiple ámbito de La Sociología de las Ausencias (ingresemos a la estructura del sistema) – la democracia nos brinda, nos proporciona un mundo de riqueza política, hasta ahora no  usado, para hacer realidad el sueño de la Patria Grande en Nuestra América -. Respeto mucho la posición política de quienes auguran “el fin del ciclo político revolucionario en América latina” pero no lo comparto. Para que el proceso político anti-neoliberal continúe, se amplíe, cumpla con sus grandes objetivos sociales y políticos – la solución de los grandes problemas, reivindicaciones y derechos de los pueblos explotados, marginados, excluidos,- deben curarse políticamente dos grandes heridas abiertas en el proceso político continental. Ambos procesos por su carácter estructural, tienen un conjunto muy amplio de problemas que si son solucionables en el proceso, si trabajamos con la Política en la mano.

PRIMERO.- En definitiva es necesario, urgente entrar al oscuro mundo de la corrupción – la izquierda, los progresistas, los demócratas,  por nacimiento, por ideología, por política, no somos ni seremos corruptos – la corrupción es parte importante, es componente central, principal de la “política” neoliberal, la corrupción está metida en la médula del sistema, es parte importante de su propia estructura, porque el propio sistema capitalista es nocivo, salvaje, corrupto. La Política Pública de Estado, debe ser un compromiso político democrático, que tiene como columna vertebral del proceso la participación ciudadana, el Diálogo democrático, alturado, respetuoso, horizontal, es el pueblo movilizado, organizado, es el gran protagonista de la lucha frontal contra la corrupción – todos sabemos que es muy difícil, hasta imposible, que la corrupción entre por el lado del pueblo -. Hay que limpiar desde las raíces el proceso político – las prácticas visibles e invisibles de corrupción son muy difíciles de combatirlas, pero no imposibles. La Ciudadanía, organizada, movilizada, ampliando contextos, enriqueciendo con el Diálogo democrático el proceso político nacional, nos proporciona los mecanismos necesarios, las herramientas sociales y políticas para derrotar a la corrupción – hoy el caballito de batalla de la derecha en Latinoamérica, pero que los dirigentes, los partidos, la propia clase política en el gobierno, no ha tenido, ni tendrá la valor moral, la crítica revolucionaria para atacar frontalmente cualquier acto de corrupción, porque  a  muchos de ellos también los ensució y los destruyó; todo contagió al Partido, infectó el proceso y “regalamos” un escenario en crisis a la derecha, que hoy piensa y cree tener la razón y los argumentos para traerse abajo todo del proceso político.

SEGUNDO.- Es muy importante, como la Sociología de las Ausencias, nos conduce en su visión crítica en democracia, que el proceso político de la izquierda progresista, tiene otra gran herida que es urgente, curarla, superarla, es la crisis estructural – histórica, sistémica, – de la Política: crisis Política, crisis de los partidos políticos, crisis de la llamada “clase política”, crisis de representación y estructura de la representación; ausencia de credibilidad en la política, falta permanente de la práctica política de la “Rendición de Cuentas” en democracia, perdida absoluta de la Confianza social e institucional, ausencia y perdida de legitimidad  institucional desde la Opinión Pública. La crisis de la política, como crisis estructural – no es solo un mal destructivo en la izquierda – es una crisis que toca todos los ámbitos y procesos de la Política. En realidad es un  proceso ideológico y político que se ha profundizado con la propia crisis de la Modernidad, la crisis de las Instituciones post-Segunda Guerra Mundial, - olvidemos que las instituciones, que las ideologías, las políticas, aún mantienen una fuerte carga de influencia de los tiempos de la Guerra Fría de un Mundo Bipolar, y años después unos procesos consolidados en un mundo Unipolar y otros que ingresaron en crisis y las propias alternativas de solución aún están en proceso de construcción social y política.
 


 Dr. Salvador Allende, Socialista, Presidente de Chile, gobierno de la Unidad Popular, abrió un nuevo camino de esperanza en la lucha de los pueblos de Nuestra América. Entregó su vida ante la traición, ante la intervención de la CIA en el proceso político. Con su vida defendió la Revolución en Democracia. Se abriran las amplias avenidas del siglo XXI, por donde caminaran las grandes poblaciones de Nuestra América, para forjar y construir el Socialismo en la Patria Grande.
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TERCERO.- En el desarrollo del proceso político, entre todos los grandes logros y conquistas sociales que hoy son reconocidos – como la lucha contra la pobreza, el reconocimiento y ampliación de los derechos sociales, la vigencia  de los Derechos Humanos, el fortalecimiento de la Ciudadanía Política y la propia práctica de la Democracia, y siempre ampliando y recreando sus contextos – sin embargo, las movilizaciones, luchas y protestas sociales en Nuestra América en los dos últimos años, nos presentan un escenario distinto, diferente al que deberíamos estar construyendo social y políticamente: Porque los millones de ciudadanos que salieron de la pobreza? Los millones de jóvenes que alcanzaron producto de este proceso nuevos niveles de vida?. Porque la naciente y desarrollada “clase media” – producto del proceso de estabilidad y crecimiento económico y las grandes inversiones del Estado, hoy donde están políticamente? Y en definitiva, porque las poblaciones de los pueblos originarios hoy están enfrentados a los gobiernos – Chile, Ecuador, Argentina, Brasil, etc. – que pasó, porque hoy unos están “solos” en su lucha por sus derechos – aunque con el apoyo del pueblo – y otros en forma amplia y radical ocupando las calles y plazas públicas, junto a la derecha.

CUARTO.- Este trabajo social y político era y es responsabilidad social y política de los partidos políticos – pero encargarle semejante responsabilidad a un enfermo de cáncer y actualmente en sala de cuidados intensivos, fue un gran error político. La clase política, sus partidos – hay unas cuantas excepciones – y las representaciones parlamentarias, se “durmieron en sus laureles”, pensaron que ya son gobierno y “ganaron todo”, pero al final se dieron cuenta que no ganaron nada, al contrario estaban creando “un nuevo monstruo” social que les pediría cuentas políticas muy rápidamente. Miremos con serenidad el carácter violento de las movilizaciones, las protestas primero sociales de la juventud  y la clase media, en el 2014 - antes del mundial y los derechos que exigían al Estado - y en el 2015 las movilizaciones políticas de la derecha en Brasil, pidiendo la “cabeza” política de la Presidenta y los dirigentes del Partido de los Trabajadores - las movilizaciones hoy en Ecuador, - hoy los pueblos originarios en las calles contra un  Presidente que “perdió” su gran objetivo político de la llamada “revolución ciudadana” en Venezuela – la violencia de la derecha en las calles contra el proceso político bolivariano. En Chile, Maestros, estudiantes universitarios y secundarios, por años están comprometidos en una lucha por la gratuidad de la Educación.  En Uruguay en el último mes, la huelga de los Maestros, los “diez días que conmovieron y cuestionaron el sistema democrático uruguayo” una de las democracias más avanzadas y de mayor confianza política.  En Argentina – está presente la lucha de los pueblos originarios en defensa de sus tierras; Bolivia, qué dicen,  los movimientos sociales, hoy es la fortaleza social del proceso político del Socialismo Andino del Estado Plurinacional. Este proceso de “oposición” social y política es parte del proceso político de la izquierda democrática, se cometieron errores, hay que repararlos con urgencia, ampliando, revisando los escenarios presentes y futuros del de la Sociedad Civil, Real, emergente, popular, democrática – como escenario de escenarios de las clases y la lucha de clases. La calle, la plaza pública, es nuestro escenario, nuestro hogar, tenemos la obligación de abrir los inmensos jardines de la democracia directa, participativa, ciudadana y sustentable, que nos brinda la gran responsabilidad de recuperar la Confianza del Pueblo, para estar presente nuevamente con nuestros Amigos y Ciudadanos de la “nueva” clase media, con los jóvenes universitarios, con las poblaciones de los pueblos originarios, como hoy estamos con los Movimientos Sociales, que es y serán la columna vertebral del proceso, político democrático, de izquierda y revolucionario, porque un proceso, una revolución  no es calco o copia, es creación heroica de los pueblos. Otro Mundo Socialista, si mes posible.
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Pablo Raúl Fernández Llerena, Sociólogo, Politólogo. Master en Comunicación, Doctor en Sociología. Docente cesante - a mi solicitud - de la Universidad Nacional San Agustín. Ciudadano Mariateguista - pertenencia a una cultura, a una identidad cultural colectiva, de un pueblo, una Comunidad, una Nación; pertenencia por más de 5 décadas a una comunidad política, Socialista, Democrática, Participativa, Ciudadana y en pleno ejercicio de mis derechos Constitucionales. Ciudadano Peruano de Nuestra América, la Patria Grande. Ciudadano del Mundo. Por una Nueva Democracia Cívica y Republicana, por la forja y construcción de un Perú Nuevo en un Mundo Nuevo. Plenamente identificado, con los procesos políticos de Izquierda Democrática en Nuestra América.
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LOS PROCESOS POLÍTICOS DE IZQUIERDA Y PROGRESISTAS EN NUESTRA AMERICA, SI ES  POSIBLE.
Resistencia y triunfo curando de inmediato grandes heridas políticas.
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Dr. Pablo Raúl Fernández Llerena*.
Sociólogo. Politólogo.

“Para todos los que no tenemos creencias, la democracia es nuestra religión”.

“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay otros que luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay quienes luchan toda su vida, esos son imprescindibles”. B.B.

La ofensiva del capital corporativo global es contundente, con nuevos procesos de acumulación, las  burguesías enriquecidas y las elites político-financieras, con el decenio del crecimiento macro-económico están a la ofensiva, sobre todo en coyunturas como la actual donde este modelo ingresa a una etapa de parálisis interno, producto, que el principal comprador de las materias primas, China, ingresó en una fase muy crítica – devaluación del yuan, caída espectacular de la bolsa e inestabilidad financiera global – sumado a ello su “reorientación” interna de sus problemas estructurales – básicamente culturales – con las minorías nacionales – medio-ambiental – miles de conflictos sociales sobre contaminación y exigencias reivindicativas del campesinado – aún  el sector mayoritario de su población. El modelo extractivo tradicional exportador de materias primas “hace agua” en todo el continente, situación que genera graves problemas en la ciudadanía – población económicamente ocupada – con el aumento de la desocupación y los problemas propios e internos que origina en las tierras de las comunidades históricas y pueblos originarios – la intervención prepotente abusiva, vertical de las corporaciones – la gran inversión irresponsable - la devastación de miles de hectáreas – deforestación de parques amazónicos – así como la compra, alquiler o hipoteca de millones de hectáreas para la producción del etanol – producción de sorgo, maíz amarillo, caña de azúcar, soja, etc. -.

Pero es necesario e importante también manifestar que los gobiernos e izquierda progresistas, democráticos, en Nuestra América vienen atravesando serios problemas estructurales internos: corrupción generalizada, crisis Política (partidos Políticos, “clase política, representación, pérdida absoluta de confianza, crisis económica producto del agotamiento del modelo extractivo tradicional exportador de materias primas, fuerte y peligrosa inseguridad ciudadana, etc. – Por ejemplo la corrupción está devorando de distintas formas y prácticas las instituciones, ha secuestrado a “distinguidos dirigentes” de los partidos en el gobierno;  situación real que se concatena en forma destructiva con la crisis política de los partidos (atrapados por la corrupción) y la propia clase política (devota de la corrupción personal); en el mismo escenario local-nacional, en segundo lugar, no se ha tenido la suficiente visión  política y responsabilidad institucional, con respecto a los millones de ciudadanos(as) que salieron de la pobreza extrema, y la presente “clase media”, sectores sociales “nuevos” y “diferentes” en escenarios que deberían ofrecerles otras condiciones con respecto a sus derechos sociales: educación de calidad, mejores condiciones de atención y servicios de salud, mejorar el transporte, nuevos espacios de cultura, deporte y mejor protección del medio ambiente. No sé trabajo en este nuevo contexto social – cada vez – más ascendente y heterogéneo; trabajo político que debieron asumir los partidos políticos – pero en realidad en la coyuntura nacional, continental global que viven, en condiciones de emergencia, en cuidados intensivos en una sala de sobrevivencia, muchos de ellos enfermos de cáncer y sin solución -. La vía de los partidos fracasó, y de dejó un amplio y gigante escenario de los nuevos sectores sociales a la oposición, que sí tiene recursos y los utiliza mientras le sean útiles, la manipulación más cobarde y monstruosa contra los gobiernos izquierdistas y democráticos.

Hoy estos amplios sectores sociales – de millones en América Latina – son manipulados y movilizados frontalmente contra el gobierno. Y lo más terrible, es que el gobierno, sus partidos políticos y su propia “clase política” perdió totalmente la Confianza de la Ciudadanía, (perder la confianza del pueblo, es destruir la organización, la propuesta, la participación, la comunicación y “trabajar” en un negro escenario de desconfianza generalizada); la corrupción con prácticas visibles e invisibles es el veneno destructivo no solo de la política – como estructura – sino de la estructura de la sociedad en general. En esa perspectiva los Gobiernos de izquierda democrática – donde hay pocas excepciones sobre la corrupción – y en general en todo el ciclo político anti-neoliberal, su gran  tarea política y responsabilidad social es trabajar desde la sociedad civil – el Poder Local Popular – muy fuerte y poderoso hoy – esta es la “residencia” permanente de los Movimientos Sociales -, profundizar la movilización social, reorientar la participación ciudadana – forjando la unidad y cohesión desde las propias raíces sociales, donde los “nuevos” líderes comunitarios asumen el protagonismo social y popular – por ahí no entra la corrupción – como portadores de las necesidades y derechos de los pueblos. Plataforma de lucha Popular que debe ser concatenada – oxigenación política muy necesaria en coyunturas de asfixia – confrontación radical– con la anti-política - en forma diaria y permanente con la Agenda Nacional el Gobierno – (cuidado con la asfixia y ahogamiento del gobierno, ante un ataque frontal de los poderes facticos globales y las mafias locales anti-sistema) con la finalidad de mantener la frescura y actualización del trabajo político de la izquierda democrática en el gobierno.

En cambio la derecha político-financiera – elite financiera única favorecida por el modelo del crecimiento macro-económico, representa el 1% de la población, pero en cambio acumula más de 65% de la riqueza - y el conjunto de sus aliados de coyuntura – unidos ahora hasta con los enemigos de sus enemigos de clase – en principio no tienen problemas de “unidad”, porque ellos se unen por dinero, por finanzas, por los intereses mafiosos que les imponen  los poderes facticos mundiales o desde las corporaciones transnacionales  y los propios intereses de los nuevos procesos acumulativos mundiales del capital corporativo global. Estos sectores conservadores anti-nacionales en su desesperación por recuperar el Poder – que se les va de las manos – no importa el método que utilicen, no importa con quien se unan, lo que importa es recuperar el Poder – en momentos alucinantes de su oposición llegan al extremo de proponer formas “golpistas militaristas”; para ello se sienten fuertes, “nuevos”, poderosos, porque nos han  arrebatado algo que nos pertenece al pueblo, a la izquierda – las calles, la plaza pública, nuestro hogar histórico, allí nacimos, crecimos y allí debemos seguir viviendo -, como nos arrebataron , como nos expropiaron - nuestra apatía y supuesta confianza nos llevó a olvidar nuestro “hogar político” – y ahora una de las grandes responsabilidades sociales y compromisos políticos con el futuro de Nuestra América, es implementar una lucha implacable contra la corrupción – caiga quien caiga, hay que limpiar la política desde sus raíces -, ampliar los ámbitos y contextos de la participación ciudadana, con la finalidad que el pueblo organizado y movilizado, la participación ciudadana, sea el gran poder de decisión de las políticas públicas ( también significa la lucha contra la cultura del secreto) es decir, estamos construyendo socialmente un nuevo escenario local-nacional favorable al proceso democrático progresista.

Que la derecha proteste, se “organice”, se movilice, tiene todo el derecho – en democracia, aunque electoral, mediática y novelesca - - pero que lo haga en sus propios y lujosos locales políticos, con lujosas alfombras y cortinas, ese es su verdadero local donde ellos nacieron. La derecha por lo general NO tiene Programa Político, simplemente se moviliza y actúa en base a consignas, a frases aisladas – y con sentido de poder y tempestad momentánea -, al final ese es el escenario donde trabaja y desde donde debe recuperar el poder que se les va de las manos y para ello cuentan con aliados – vario pintos – de varios colores y sabores. En cambio para frenar en democracia este proceso de radicalización y enfrentamiento entre la política enferma y en “cuidados intensivos” con al anti-política, es deber y responsabilidad de los movimientos políticos de cara y unidad con los movimientos sociales – el pilar y columna vertebral del nuevo proceso político progresista y democrático – fortalecer las bases centrales de la unidad social y la cohesión política, renovar en forma permanente – revisar el Programa de Gobierno, actualizado con los grandes cambios que vamos promoviendo, en correspondencia a los cambios en el escenario global.

Para muchos gobiernos nacionalistas de izquierda progresista es urgente – tarea y responsabilidad política – recomponer la “unidad” con  las comunidades históricas y los pueblos originarios – nuestras reivindicaciones y derechos son  los mismos o parecidos – que sus derechos históricos, en la presente coyuntura de grandes definiciones políticas  no podemos darnos el lujo de ver a nuestros hermanos en la “orilla contraria – por la otra acera política reaccionaria, juntos debemos caminar por la misma acera del lado izquierdo, camino al Socialismo, la gran avenida política del siglo XXI. Hoy los utilizan,  manipulan, los tratan con “alegría y respeto” mientras consigan su gran objetivo político el Poder. Posteriormente, la situación cambia en segundos, porque si continúa reclamando sus derechos en las calles – derechos que son absolutamente opuestos a los de la gran burguesía golpista – entonces como lógica respuesta del poder, viene la represión y la criminalización con todo el peso político y el odio de clase desde el Poder. Finalmente nuestra mirada se centra en lo medular del proceso político anti-neoliberal, que cada proceso político hoy en América, es único, propio, autónomo, democrático, independiente y concatenado a  un Gran Proyecto Nacional – pero todos tienen el mismo gran objetivo político de clase, romper definitivamente  las ataduras neocoloniales del poder neoliberal – porque la revolución no es copia y menos calco, es creación heroica de los pueblos – si es posible, en el proceso de reconstrucción de Nuestra América la Patria Grande. Otro mundo Socialista, Democrático y de profundo respeto a nuestra Madre Tierra, Si es posible.

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*Pablo Raúl Fernández Llerena- Académico. Maestro Universitario. Trabaja en temas de Globalización; Gobernabilidad y Gobernanza; Movimientos Sociales. Es Bachiller en Sociología y Ciencias de la Educación. Sociólogo Profesional. (Politólogo). Master en Comunicación. Doctorado en Educación y Doctor en Sociología. Actual Decano del Colegio de Sociólogos del Perú. Consejo Regional Arequipa.

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