domingo, 12 de julio de 2015

EL ASUNTO PENDIENTE DEL BRICS PROTAGONIZAN LA YUANIZACIÓN DE LA ECONOMÍA MUNDIAL.

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LA VII CUMBRE DE LOS BRICS EN LA CIUDAD DE UFÁ, RUSIA, significa, ni más ni menos, que el nacimiento de una nueva arquitectura financiera internacional, un gran desafío, acordado desde las estructuras del G-20, meses posteriores a la explosión de la “gran crisis estructural del capitalismo” o la “Gran Recesión” o la crisis financiera de las hipotecas subprime, es decir, salir de ese escenario global dominado hegemónicamente por el dólar y la economía norteamericana y sus organismos multilaterales, es realmente un de las grandes tareas y responsabilidades económico-financiero-comerciales, y esa tarea se puede comenzar, desde el “mundo de las economías emergentes” por el peso y significación que hoy tienen en el “mundo económico”, como es el caso, con el Banco de Desarrollo de los BRICS al frente de esa nueva estrategia. Pero, no sólo es el Banco, o la “yuanización” de la economía mundial, desde la “nueva moneda” como es el yuan chino, por el peso e importancia que tienen en el mundo de las finanzas, en paralelo hay que construir nuevas Instituciones mundiales, “nuevos organismos multilaterales” con objetivos y fines totalmente diferentes a los del “viejo” orden internacional de la Unipolaridad Mundial – que arrastró históricamente todas las “taras” del antiguo orden internacional de la Bipolaridad de la Guerra Fría,. Hay que romper con esta “vieja estructura” y los “nuevo” lo “diferente” debe  responder a estos objetivos estratégicos, es decir, esa “nueva arquitectura financiera mundial” en el Nuevo Orden Mundial del Multilateralismo en un Mundo Multipolar.

Se trata, en definitiva, que de la construcción de un “Nuevo Orden Mundial”, internacional distinto, diferente, al que el mundo transitó desde los 90’ del siglo pasado a esta parte. Asumiendo tareas y responsabilidades múltiples- contradictorias – al del “Mundo Unipolar”, en una economía libre, mercado único globalizado. La coyuntura mundial, nos presenta un mundo multipolar que responde a las “nuevas” estrategias globales del multilateralismo sistémico. Una tarea que parece ardua, complicada, pero que ya está en marcha frente al Nuevo Orden Mundial que se construye hoy desde Occidente – con una economía enferma, un sistema capitalista en poli-crisis global, el dólar, el euro y la guerra de las divisas – proceso complejo que no respondía a las contradicciones múltiples presentes en ese escenario mundial. Las economías BRICS, tiene un peso y responsabilidad absolutamente distinta – en el sistema mundo actual – y en sí este “Nuevo Orden Mundial” es hoy regional y descentralizado, realidad múltiple y contradictoria que exige forjar sus propias instituciones, que respondan al objetivo central, la nueva arquitectura financiera mundial, alternativa que funda y forja las instituciones que garanticen el funcionamiento de un “Nuevo Orden Mundial” – distinto al de occidente – que hoy tiene sello y firma “chino-ruso” -, la “columna vertebral” de las economías BRICS y el propio Multilateralismo como política mundial que en sí responde al “Cambio de Época Histórica”, producto de la propia poli-crisis mundial del sistema capitalista – la globalización de la crisis humanitaria – y la propia crisis de la civilización actual.

En definitiva, si el BRICS continúa sin colocar el yuan en la mayor parte de sus transacciones será imposible que más adelante, las iniciativas de financiamiento de infraestructura (AIIB, Fondo de la Ruta de la Seda y banco de desarrollo del BRICS) auspiciadas por China se conviertan en los cimientos de un sistema monetario multipolar, - base estructural – del “Nuevo Orden Mundial”, que tiene en la coyuntura actual como padrinos o hacedores directos los poderosos intereses corporativos chino-rusos (y el compromiso político de India, Irán y los nuevos países de economías emergentes como Tailandia, Singapur, y otros) frente a la guerra en Ucrania, el bloqueo económico contra Rusia – la intervención directa de la Unión Europea (el capital corporativo alemán básicamente – sumado a ello al guerra de las divisas en el mercado financiero mundial, la disputa por el control de los nuevos mercados emergentes, así como las “nuevas” funciones que tiene hoy el capital corporativo global, la economía de la guerra y  la guerra militar .- que en parte ha reemplazado al fracaso de la llamada “primavera democrática” ; mundo multipolar, escenario sistémico con aceleradas contradicciones múltiples, donde los gobiernos de las economías BRICS, definitivamente tienen una responsabilidad  absolutamente diferente, “distinta” a la que hoy responden frente a la crisis y bancarrota de Occidente.

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EL ASUNTO PENDIENTE DEL BRICS.
PROTAGONIZAN LA YUANIZACIÓN DE LA ECONOMÍA MUNDIAL.
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Ariel Noyola Rodríguez.
ALAI AMLATINA. Sábado 11 de julio del 2015.

ALAI AMLATINA, 10/07/2015.- Mucha tinta corre en la prensa internacional alrededor del BRICS. Es indudable que el bloque pentapartita ha incrementado en los últimos años su participación en la economía mundial, compitiendo de modo directo con Estados Unidos y la Unión Europea. Sin embargo, los detalles del nuevo banco de desarrollo y el Acuerdo de Reservas de Contingencia ponen de manifiesto que sus miembros se resisten a abandonar la órbita del dólar para de esta manera, destruir el cascarón de las instituciones de Bretton Woods.
En la ciudad rusa de Ufá, casi al pie de los montes Urales, se llevaron a cabo las cumbres del BRICS, conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), que integra a China, Kazajistán, Kirguistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán.
En materia de cooperación financiera, el BRICS anunció los detalles de su nuevo banco de desarrollo, así como de su Acuerdo de Reservas de Contingencia. Sin embargo, el modus operandi de ambas instituciones reveló que ninguna promueve el proceso de desdolarización global.[1] Es que los créditos del nuevo banco de desarrollo del BRICS se denominarán en dólares, lo mismo pasará con la liquidez provista por el Acuerdo de Reservas de Contingencia, que además necesitará del aval [2] del Fondo Monetario Internacional (FMI) para actuar como estabilizador de las balanzas de pagos del BRICS [3].
En cambio, China sí socava –en solitario– la dominación del dólar a través de la yuanización de la economía mundial. Bien sea estableciendo permutas de divisas (‘swap’) de carácter bilateral entre bancos centrales, bien sea instalando bancos de liquidación directa (‘clearing bank’), bien sea otorgando licencias para participar en el Programa Chino de Inversores Institucionales Extranjeros Calificados en Renminbi (RQFII, por sus siglas en inglés), la “moneda del pueblo” (‘renminbi’) se abre camino.
Sin embargo, cabe destacar que China impulsa el yuan únicamente a través de acuerdos bilaterales, desaprovechando así el extraordinario potencial de sus instituciones para el financiamiento de infraestructura, apoyadas de manera mayoritaria por las economías emergentes. Las operaciones de crédito del Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (AIIB, por sus siglas en inglés), el Fondo de la Ruta de la Seda (‘Silk Road Fund’) y el nuevo banco de desarrollo del BRICS, se llevarán a cabo todas ellas en dólares.

Por lo tanto, si bien es cierto que por la cantidad de recursos a disposición de las 3 instituciones (240,000 millones de dólares) China desafía el poderío del FMI y el Banco Mundial, a su vez sostiene sobre sus hombros el Imperio del dólar, la piedra angular del Sistema Monetario Internacional establecido en 1944.
En el seno del BRICS, el impulso del yuan es marginal. Hasta la fecha ningún miembro del BRICS ha mostrado disposición a participar en el RQFII. Tan sólo apenas la semana pasada, la República de Sudáfrica se convirtió en el primer integrante del BRICS en instalar un banco de liquidación directa (‘clearing bank’) para facilitar las operaciones en yuanes.

En el caso de la India, ni la proximidad geográfica ni la complementariedad geoeconómica con China animan a que el primer ministro, Narendra Modi, solicite un acuerdo ‘swap’ a las puertas del Banco Popular de China (PBOC, por sus siglas inglés) para proteger a su país de la volatilidad del dólar.

¿Por qué hay resistencia a apoyar el yuan? ¿Qué sucede con la cooperación en el bloque? De acuerdo con el FMI, el PIB combinado del BRICS alcanzó los 16.9 billones de dólares (a precios corrientes) en 2014, monto que representa más de la cuarta parte (27%) del PIB mundial. Aunque sus tasas de acumulación de capital se han visto disminuidas, el BRICS contribuyó con la mitad del crecimiento de la economía mundial durante la última década.
Sin embargo, esos registros históricos contrastan con los escasos volúmenes de comercio y de inversión entre los países del BRICS. Mientras que las exportaciones del BRICS (336,000 millones de dólares) constituyen 16% de las exportaciones globales, los intercambios de mercancías intra-bloque apenas representan 1.5% del total mundial.
Lo mismo sucede en el caso de las inversiones, a excepción de los proyectos multimillonarios lanzados por China, los flujos de capitales entre Brasil, Rusia, India y Sudáfrica son muy pequeños, equivalen a menos de 5% del total invertido por los 4 países, según la base de datos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés).
Frente a ese escenario, es necesario que el BRICS asuma el compromiso hacia 3 tareas fundamentales. En primer lugar, el BRICS debe acelerar la construcción de una ‘asociación económica integral ’[4] para profundizar la cooperación industrial, tecnológica, energética, financiera, etcétera.

En segundo lugar, la creación de un Área de Libre Comercio (FTA, por sus siglas en inglés) del BRICS sería un paso decisivo con vistas a aumentar los vínculos económicos entre los miembros del bloque pentapartita [5]. En ese sentido, China debería incrementar el monto de sus importaciones para disminuir los desequilibrios comerciales [6].
En tercer lugar, finalmente, es urgente abandonar la órbita del dólar. Bien sea creando una ‘canasta de divisas’, bien sea promoviendo el uso del yuan [7], el BRICS debe comenzar a desafiar la hegemonía de la divisa norteamericana [8].
En definitiva, si el BRICS continúa sin colocar el yuan en la mayor parte de sus transacciones será imposible que más adelante, las iniciativas de financiamiento de infraestructura (AIIB, Fondo de la Ruta de la Seda y banco de desarrollo del BRICS) auspiciadas por China se conviertan en los cimientos de un sistema monetario multipolar.
- Ariel Noyola Rodríguez es economista egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México.
[1] «BRICS and the Fiction of “De-Dollarization”», Michel Chossudovsky, Global Research, April 8, 2015.
[2] «Los beneficiarios del fondo BRICS deberán atenerse a los consejos del FMI», Sputnik Mundo, 9 de julio de 2015.
[3] «The US still decides the future of capitalism, not the G20, and not the Brics nations», Leo Panitch, The Guardian, August 27, 2014.
[4] «The Strategy for BRICS Economic Partnership», Offical website of Russia’s Presidency in BRICS, July 2015
[5] «‘BRICS Free Trade Zone’ being considered: Russia», The BRICS Post, July 6, 2015.
[6] «Xi pushes BRICS potential», Chen Heying, The Global Times, July 9, 2015.
[7] «Ufa could be the yuan moment», Jagannath Panda, The Hindu, July 7, 2015.
[8] «The Brics are building a challenge to western economic supremacy», Radhika Desai, The Guardian, April 2, 2013.


VII CUMBRE BRICS: EL NUEVO MUNDO EMERGENTE.

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Juan Manuel Karg.

ALAI.- 10/07/2015 sábado 11 de julio del 2015.

La ciudad de Ufá, en Rusia, fue anfitriona durante estos días de la VII Cumbre de Jefes de Estado de los BRICS, un importante evento en el calendario anual de relaciones internacionales. ¿Qué dejó este encuentro? ¿Por qué EEUU, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial le prestaron especial atención? ¿Qué pasos concretos podrán dar los BRICS bajo la presidencia pro tempore de Vladimir Putin?

Tras la caída del Muro de Berlín, EEUU profundizó su rol de “hegemón” internacional: ya sin la URSS a la vista se convirtió con claridad en la primera potencia en términos económicos y militares, reforzando asimismo su rol de articulador político a nivel internacional -principalmente respecto a la Unión Europea, a quien doblegó en iniciativa y subsumió en diversos planos-.

Sin embargo, en los últimos años un conjunto de países se posicionó con fuerza en las decisiones políticas globales, formando un nuevo acuerdo bajo la sigla BRICS -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica-. Este bloque se destacó, asimismo, por un veloz crecimiento en el plano económico, justo en momentos donde la crisis internacional surgida en 2008 sacudía con intensidad a EEUU y la UE. Durante este tiempo, los BRICS se vincularon rápidamente con América Latina: China, la principal “locomotora” del bloque, organizó el I Foro Ministerial CELAC-China en Beijing, en enero de este año, anunciando el desembolso de unos 250 mil millones de dólares en la región en los próximos diez años.

La VII Cumbre de Jefes de Estado de los BRICS que se realizó en Ufá, Rusia, fue importante por diversas cuestiones. En primer lugar, porque en dicho marco se concretó la primer reunión del Consejo de Gobierno del Banco de Desarrollo de los BRICS, lo que significó el puntapié inicial de este proyecto, aprobado en Brasilia durante junio de 2014. Además, porque los BRICS debatieron allí una estrategia de asociación económica directa entre sus miembros, lo que significará, entre otras cosas, la posibilidad de organizar un sistema de pagos en divisas nacionales -es decir, por fuera de la hegemonía del dólar en este tipo de transacciones-.

La reciente consumación del Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII), con China a la cabeza, también es una noticia que fue analizada y debatida en el cónclave: BRICS deberá evitar una posible superposición de tareas entre esta naciente instancia con el también novato Banco de Desarrollo del bloque que mencionábamos con anterioridad. El BAII, que nace con el objetivo de financiar proyectos de infraestructura en Asia, cuenta con 57 socios fundadores, y las notorias ausencias de EEUU -cabeza visible del Banco Mundial- y Japón -conductor del Banco Asiático de Desarrollo-. Por ello la declaración final de Ufá saluda la puesta en marcha del BAII, y lo insta a vincularse con el naciente Banco de Desarrollo del bloque.

Tomando en cuenta estas valoraciones, se podría afirmar dentro de los BRICS también hay cierto reparto de tareas: una función geoeconómica de China, ponderando su peso global en esa materia, y un rol geopolítico de Rusia, que ha quedado evidenciado, por ejemplo, en el avance de las negociaciones del G5+1 con Irán en torno al programa nuclear persa, y también en la articulación diplomática con América Latina en los organismos multilaterales, como la ONU. La presidencia pro témpore de Vladimir Putin en los BRICS también tiene relevancia en ese sentido: el líder ruso se presenta como un importante “global player” en el momento actual, fortaleciendo a un Kremlin que había perdido ese lugar a fines del Siglo XX. Por ello, el líder ruso garantizó que durante la reunión se trataran importantes temas de la actualidad política mundial, como la situación en Grecia y Ucrania. Así, y en un tiro por elevación a Washington, la declaración de Ufá condenó “las intervenciones militares unilaterales y sanciones económicas en violación del derecho internacional".

En conclusión: la VII Cumbre de los BRICS significó una revitalización del bloque en un marco internacional convulsionado y con un menor crecimiento económico a nivel global -algo que se verifica con claridad en Europa, por ejemplo, quien pretende firmar un nuevo TLC con los EEUU bajo la denominación TISA-. Por ello, la “agenda económica” de la reunión de Ufá tuvo una valoración especial en ese marco: significa, ni más ni menos, que el nacimiento de una nueva arquitectura financiera internacional, con el Banco de Desarrollo de los BRICS al frente de esa nueva estrategia. Se trata, en definitiva, que de la construcción de un orden internacional distinto, diferente, al que el mundo transitó desde los 90’ del siglo pasado a esta parte. Una tarea que parece ardua, complicada, pero que ya está en marcha.

Juan Manuel Karg. Politólogo UBA / Analista Internacional


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