miércoles, 4 de junio de 2014

LA CRISIS DEL ESTADO LIBERAL Y THOMAS PIKETTY (PARTE I - II. ).

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Una visión política sobre el “capitalismo del siglo XXI” de Thomas Piketty, Su libro publicado en marzo ya es "best seller" y su impacto ha sido comparado con el que tuvo Adam Smith, Marx y Keynes. El libro tiene unas 650 páginas, fue publicado en inglés el 10 de marzo, trepó al puesto número uno de la lista de best sellers de Amazon en Estados Unidos en abril y su impacto ha sido comparado con el que tuvo Adam Smith en el siglo XVIII, Karl Marx en el XIX y John Maynard Keynes en el XX. En el presente artículo de J. F. Coloane, “La crisis el Estado Liberal”, formula una visión política del trabajo de Pikety en relación a la crisis política, la crisis del Estado liberal y la crisis política en relación a separación, pérdida con el sistema económico del libre mercado global. Libro, elogiado por los premios Nobel de Economía, Paul Krugman y Joseph Stiglitz, encomiado por el influyente editor del diario Financial Times, Martin Wolf, y analizado en profundidad por el semanario The Economist. "Capital in the 21st Century", del economista francés Thomas Piketty, contiene un duro ataque al capitalismo y un rasgo que considera inherente a su funcionamiento: una creciente desigualdad que tarde o temprano será "intolerable". El mensaje recuerda (al igual que el título de la obra) las predicciones de Karl Marx sobre el inevitable antagonismo entre una minoría cada vez más rica y una mayoría cada vez más relegada. No en vano The Economist apodó a Piketty "el moderno Marx", pero entre las sorpresas de este supuesto heredero del autor de Das Kapital y el "Manifiesto Comunista" está el hecho de que fue recibido simultáneamente por la Casa Blanca y el Fondo Monetario Internacional para que explicara sus tesis. En su reseña para The New York Review Paul Krugman buscó sintetizar el interés que despierta el libro. "Presenta un nuevo modelo que integra el concepto de crecimiento económico con el de distribución de ingresos salariales y riqueza. Cambiará el modo en que pensamos sobre la sociedad y la economía", escribió Krugman.

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“El fundamento para la tesis principal del libro, de Thomas Piketty, sostenida con un voluminoso examen de datos de los últimos 300 años, es que la riqueza ha aumentado a mayor velocidad que el crecimiento económico en estos tres siglos y que eso ha impactado en la desigualdad que, de seguir así, será en este siglo XXI semejante a la que existía en el victoriano siglo XIX. La crítica más sólida que se ha hecho a esta tesis viene por izquierda y es que, lejos de exagerar el estado de cosas, Piketty subestima la real dimensión de la desigualdad”.
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LA CRISIS DEL ESTADO LIBERAL Y THOMAS PIKETTY (PARTE I).
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Juan Francisco Coloane (especial para ARGENPRESS.info)

Lunes 2 de junio del 2014.

En las últimas tres décadas, desde las bases del Estado liberal, principalmente aquellas que fortalecen la independencia de los poderes del estado y la justicia social, no ha sido posible sustentar políticamente el sistema económico impuesto en la década de 1980 y su instrumento central: ajuste estructural con acento en la privatización, la desregulación y apertura indiscriminada del mercado global.

Todo llevado a cabo además con cierto desenfreno, como si el mundo se fuera a acabar. Por esa ruta se llegó a liquidar los pactos sociales que generaron el llamado Estado de bienestar haciendo aumentar la desigualdad, uno de los objetos de análisis del popular libro de Thomas Piketty (TP) “El Capitalismo del Siglo 21”.

Desde John Maynard Keynes y posteriormente Joseph A. Schumpeter, que no aparecía un economista difundido con tanto entusiasmo por los medios. Su asunto es la desigualdad producida por la acumulación de capital como fenómeno histórico que se arrastra por varios siglos. No solo aborda el rasgo primordial de esa acumulación, sino que atisba la desigualdad política que pareciera ser irreversible, al menos se transforme el actual modelo económico. Tanto Keynes como Schumpeter tuvieron impacto en las políticas públicas, y en el caso de Piketty no debería ser diferente, en teoría.

Una conclusión es que el capitalismo se ha fatigado de la desigualdad que ha producido, gestando al mismo tiempo una crisis política que le cuesta administrar. El libro ha generado una corriente de detractores en la corriente más conservadora y no escasean desde la izquierda los que observan un filo aséptico en la ideología de su discurso. Todo eso está bien porque reabre el debate del futuro destino del capitalismo sin una institucionalidad política o de entidades fuera del circuito del capital, que lo pueda sustentar. En breve, la crisis del Estado liberal que siempre se escurre en el debate.

Esta formidable obra de historia económica que se populariza con la velocidad de un rayo es la oportunidad para afirmar aquel aspecto clave de un sistema económico que se quedó sin un sistema político que lo legitime y que no sea con formas coercitivas o autoritarias que nacen en la economía y se insertan en los mecanismos para gobernar bajo la apariencia de una democracia.

El marco de relaciones impuesto por el ajuste económico estructural de la década de 1980 ha sido concentrador de poder y de riqueza y al mismo tiempo ha levantado un temor a la pérdida del orden y la fragmentación de opciones políticas. Al ampliarse el rango de representatividad con el pluralismo político creado con la modernización, el modelo de una estructura de libre mercado desatado y rector de opciones políticas, en definitiva ha acabado por amenazar a la política en el sentido liberal. De allí la ola de conservadurismo que asola a Europa y otras zonas del globo.

El tema central del dilema del Estado liberal con el actual sistema económico, es su inclinación de concebir la democracia con altos grados de calidad en la representatividad. Entiéndase por calidad, la aceptación de altos grados de tolerancia al pluralismo, a la solidaridad y a la igualdad de derechos y obligaciones. El sistema político liberal ha evolucionado hasta un punto en que el sistema económico implantado en los años 80 e impuesto a espaldas del desarrollo de mayor libertad y solidaridad, se ve retrógrado y señala una involución del propio sistema capitalista.

De allí que surja la necesidad de gobernar a través de grandes consensos o pactos, no entre Estado y sociedad, sino entre competidores por el poder político para proteger la falta de sincronía entre sistema económico y sistema político. Es aquí donde yace el problema mayor que consiste en que el sistema económico impuesto socava las bases mismas del Estado liberal.

Es importante anotar que el trabajo del economista francés hacer recordar la tradición analítica de economistas indios como Kkrishna Bharadwaj, Sukhamoy Chacravarty, Amiya Kumar Bagchi, por mencionar algunos nombres en una sana tradición en India de revisar constantemente las perspectivas del capitalismo. La diferencia entre TP y los analistas Indios consiste en que éstos no solo abordan materias económicas desde la Economía Política, sino que lo hacen con la mirada puesta en la sustentabilidad política a partir de la naturaleza y la trasformación del Estado, como principal garante (político) de la mantención de un sistema.

Pero ojo, el caso de India es emblemático. A pesar de la vasta influencia del progresismo analítico por más de cinco décadas en las políticas de desarrollo en India, esta inmensa nación también ha caído en la ola conservadora. Al elegir recientemente a Narendra Modi como jefe de Estado, representando una coalición que invoca un nacionalismo hindú exacerbado y un reduccionismo sectario en la imposición de ciertos valores, indica que algo pasó en India en el desarrollo de las ideas progresistas que al asumir el control del estado tampoco han podido administrar las demandas sociales.

El desafío en el análisis de Thomas Piketty no está en cuestionar los supuestos errores de cálculo en la desigualdad histórica que le atribuyen, sino en posicionar la crisis del Estado liberal con todas sus letras sin la ambigüedad analítica que ha prevalecido hasta ahora. En general, la crisis política del Estado liberal se analiza a retazos y no en forma integral en concomitancia con la aplicación del llamado modelo neoliberal en los años 80, que de liberal tiene muy poco.

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“En su "Historia del siglo XX", el recientemente fallecido historiador Eric Hobsbawm aporta otro ángulo que lleva a la misma conclusión: “Una de las ironías del siglo XX fue que la Revolución de Octubre, que tenía como objeto la eliminación del capitalismo, terminó salvándolo al obligarlo a reformarse y planificar su economía con políticas redistributivas como el New Deal, escribía el historiador británico a principios de los 90. Con la caída del Muro de Berlín, el capitalismo volvió a sus viejas raíces del laissez faire, hoy rebautizadas como neoliberalismo”.
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LA CRISIS DEL ESTADO LIBERAL Y THOMAS PIKETTY. ( parte II).
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Juan Francisco Coloane (especial para ARGENPRESS.info)

Miércoles 4 de julio del 2014.

Al observar las características actuales de los sistemas políticos y los partidos políticos, nos encontramos con el dilema de fondo del Estado liberal en las actuales condiciones del sistema económico, que se encapsula a veces con el fenómeno más general de la globalización. Es la realidad de un sistema económico en búsqueda de un nuevo sistema político porque el actual ya no le sirve.

Los referéndums realizados en Francia y los Países Bajos en 2005 rechazando esa constitución única han sido indicadores emblemáticos de la crisis del Estado liberal en el corazón territorial del liberalismo. Diversas expresiones políticas en Europa como la dificultad de realizar referéndums para asentar la constitución única europea, así como la ola de conservadurismo y el fortalecimiento de la extrema derecha en las últimas elecciones en Gran Bretaña, Francia, Alemania y Dinamarca, ilustran la falta de sincronía entre sistema económico y sistema político.

En Estados Unidos el avance de la extrema derecha se ha hecho sentir en las dificultades que ha tenido Barack Obama para desarrollar su programa de reformas social demócratas, para muchos más inocuas que “en la medida de lo posible”. Todo da cuenta de un sistema político que se embotella y no está dando cuenta de la diversidad de posiciones que enfrenta el sistema económico.

El caso de Chile también es significativo porque siendo un alumno privilegiado de las medidas del ajuste estructural de los años 80 y con una trayectoria de 30 años de implementarlas, exhibe un sistema político de representatividad cuestionado e incapaz de abordar las reformas al modelo que los movimientos sociales exigieron en 2011 y 2012. En un círculo vicioso digno de una manual de Sociología de la frustración, en Chile la derecha y el conservadurismo durante casi la totalidad de los 25 años post dictadura, han gobernado a través de una social democracia condicionada por el peso del gran capital transnacional y sus inversiones.

El actual gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, apoyado por una nueva coalición de centro izquierda llamada Nueva Mayoría, sufre también los embates de esa ola ultraconservadora que surge justamente cuando el Estado liberal entra en etapas de mayor crisis. Sucedió en la década de 1970 y se prolongó hasta década siguiente que es cuando se aplica el ajuste económico que tenía como propósito, no solo el libre mercado desatado, sino la virtual destrucción de la política y su sustento mayor, que es la legitimidad del Estado como el único gran mediador.

Es en la ola conservadora donde se refugia el gran capital en la actual crisis del Estado liberal. Se sostiene sobre los sistemas rígidos de reproducción de liderazgo y que permanecen protegidos al cambio mostrando facetas de confrontación y división que se confunde con debate y democracia. La crisis revitaliza las doctrinas conservadoras que recurre a los remanentes de la guerra fría donde prevalece la cultura del control y la desconfianza para dominar, con el uso de redes que se superponen a las personas que eligen representantes. Más que redes, se trata de infiltrar las bases de la ciudadanía, en sus niveles más básicos de autonomía política para someterse al dictamen de los órganos del poder, entre ellos, los partidos políticos dominados por el gran capital. No hay mucho de misterio en esto y la tonada es monótona.

La estructura de los partidos políticos consolidada en la era pos segunda guerra mundial y orientada a defender el gran capital, ha conformado estancos rígidos de poder con partidos blindados absorbiendo todo el clima de la confrontación. Se benefician partidos cuyos objetivos consisten en acceder a cuotas de poder y mantenerse en un sistema corporativo del poder político, económico y militar, formando el sistema mayor que se expresa en el gobierno y el estado. Charles Wright Mills, lo describe magistralmente en un clásico, La Elite del Poder (The Power Elite.1956), apoyo sociológico indispensable y que al parecer desapareció de las lecturas regulares en el estudio de la política.

Los sistemas políticos y de partidos en este escenario de poder corporativo, ven reducidas las posibilidades de representatividad efectiva y real en el sentido de no poder expresar la diversidad de necesidades en una población cada vez más multifacética y con intereses más complejos. La ausencia de un sistema político más horizontal y participativo que lo sustente, es en el fondo la ventaja del actual sistema económico, porque con horizontalidad pierde eficacia y en donde la representatividad solo puede aplicarse con verticalidad.

Una matriz analítica más amplia se hace cada vez más necesaria y bien por Thomas Piketty, el economista que ha denunciado la desigualdad histórica como ninguno otro. Qué mejor oportunidad para introducir la crisis política del Estado liberal en el debate en una perspectiva más masiva. Para que los detentores del actual modelo que sofoca palpen la amenaza real y no solo en la abstracción del análisis o, en el peor de los casos, en un sistema político que ya no presta los servicios requeridos. No es solo la cooptación del sistema político, es más que eso. Es el fracaso del estado liberal frente a ese gigantesco mundo corporativo del gran capital cooptando las pocas garantías que ofrece de justicia social.

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