sábado, 7 de junio de 2014

CIUDADANÍA Y DEMOCRACIA. “La nueva Democracia de Ciudadanos”.

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“Una ciudadanía apática, excluyente, ególatra, que se cree poseedora de la verdad. Una ciudadanía que pone barreras a la mayoría de la población por tener medios económicos y haber sido la élite que ha podido acceder a las instituciones educativas y culturales. Una ciudadanía, que al igual que la antigua Grecia, pretende mantener su estatus gracias a la existencia de otras mayorías: VICTIMAS”. Reproduzco  el concepto que Usted presenta sobre esta élite excluyente, apática, ególatra, etc. ….. Son realmente Ciudadanos. No. Simplemente una élite (podrida, explotadora, que vive del trabajo de la clase trabajadora), buscan perpetuar sus viejas posiciones de dominación, exclusión y violencia. No es igual que la antigua Grecia, porque el Ágora griega es absolutamente diferente – que pague impuestos de acuerdo – parte de la Ciudadanía Censitaria actual – pero el Ciudadano griego, nace en el Ágora como el “nicho” histórico de la construcción del Ciudadano Ateniense, el recinto histórico donde se fragua y forja  la Democracia Directa. Todo concatenado en relación al surgimiento de Nuevas formas de Comunicación (Intercultural).

Respecto al concepto de “Sociedad Civil”, hoy la coyuntura mundial donde se hunde y destruye el capitalismo salvaje, el capitalismo del desastre, la economía de casino – la primera fase financiero-especulativa de la globalización neoliberal – y el mejor testimonio de la poli-crisis estructural, es hoy, como los bancos, bolsas, aseguradoras, cajas,  Wall Street, Corporaciones – todas en “santa alianza” dinamitan por dentro su propia creación, la economía de libre mercado, el neoliberalismo, como catecismo universal – en la “vieja Europa”, está presente el “Colapso político de Occidente”. Nuestra mirada desde los inicios del nuevo milenio, los escenarios de protestas, movilizaciones de desempleados, juventud sin derecho al futuro, migrantes, pobres extremos, millones de sindicalistas y Ciudadanos víctimas directas de las políticas de austeridad neoliberal de la troika europea. La calle, la plaza pública, hoy es el escenario de escenarios de las clases y lucha de clases – esa es la nueva Sociedad Civil, Real, popular, emergente, plural, autónoma y democrática. La Sociedad Civil – el poder local popular, el nuevo liderazgo comunitario, la nueva Ciudadanía (intercultural en proceso de reconocimiento en la calle, la plaza pública,  las urnas,  hoy) en  definitiva es un concepto que nos permite deslindar ideológica y políticamente con quienes no tienen argumentos, sólidos, dinámicos y democráticos. No tienen calidad y capacidad, eficiencia y eficacia, con la Doctrina de la Ciencia Política. Solamente, la coyuntura los ayuda y beneficia con el apoyo tácito y directo del poder “dictatorial” de los medios de comunicación.



Pablo Raúl. Sociólogo. Politólogo. Comunicador. Dr. en Sociología. Ciudadano Mariateguista. "Para todos los que no tenemos creencias, la Democracia es nuestra religión"
"Hay hombres que luchan un día y son buenos, hay otros que luchan un año y son mejores, hay quienes luchan muchos años y son muy buenos, pero hay los que luchan toda la vida esos son los imprescindibles".
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Finalmente, construir, fraguar, ciudadanía activa, es forjar la columna vertebral de la Democracia, Participativa, Ciudadana, Dialogante, Cívica, Intercultural, Republicana. La Ciudadanía Liberal -derechos civiles, sociales y políticos -. La Ciudadanía Cívica - Educación, valores, símbolos nacionales, soberanía y Constitución -. La Ciudadanía Intercultural - derechos diferenciados, usos, costumbres, derechos étnicos, culturales, derechos: patrimonio-territorio -. Ciudadanía Republicana - Educación y servicios de salud de calidad, dignidad, justicia, respeto por la ley, confianza en las instituciones nacionales, derechos que se propuso, se ofreció a los pueblos de A.L. (por ejemplo) desde la Independencia - hace 200 años - y no se cumplieron hasta hoy, precisamente por debilidad política, hegemonía de las élites tradicionales, descomposición moral (crisis e valores) o secuestro institucional (dictaduras) del sistema Democrático -. Ciudadanía activa -proceso dialéctico de reconocimiento, respeto y vigencia de los derechos humanos y sistematización de todos los derechos Ciudadanos vigentes. Pero hoy en el siglo XXI, la Ciudadanía es un proceso social y cultural, nunca terminado y siempre renovado. Soy Ciudadano Mariateguista, soy Ciudadano peruano, porque históricamente pertenezco a un Comunidad Política (Socialista) soy parte principal, pertenencia a una cultura, a una identidad, de un Pueblo, una Comunidad o una Nación. El Perú. (Un Perú Nuevo en un Mundo Nuevo).


Presidentes y Presidentas Latinoamericanos (Bolivia, Uruguay, Brasil, Argentina y Ecuador ). Políticos, Ciudadanos y Demócratas.  Protagonistas con sus Pueblos, Ciudadanos, protagonistas de una Nueva Democracia de Ciudadanos, Participativa, Dialogante, Cívica y Republicana, de profundo respeto hacia nuestra Madre Tierra. "La revolución, no es copia ni calco, es creación heroica de los pueblos".
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CIUDADANÍA Y DEMOCRACIA.

“La nueva Democracia de Ciudadanos”.

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Pedro Rodríguez Rojas.

Aporrea. Martes 3 de junio del 2014.

El término ciudadano es quizás hoy uno de los más utilizados en el mundo y fundamentalmente se define en su esencia político-jurídica, en el reconocimiento de los deberes y derechos individuales de los seres humanos. Desde la ciudadanía griega, pasando por la ciudadanía de la ilustración, de la revolución francesa, la de los derechos humanos a mediados del siglo XX, hasta llegar a las modernas sociedades civiles de carácter nacional e internacionales, conlleva a una concepción de carácter ético, sobre lo que en principio es difícil tener desacuerdos. Sin embargo; cuando este mismo proceso histórico de conformación de la ciudadanía es revisado desde el punto de vista socio histórico y en relación a las estructuras del poder, se abren espacios para las incertidumbres o las contradicciones. Cuando desde los griegos se habla de ciudadanos para diferenciarse de los pobres y los esclavos que ningún derecho tenían y si muchas obligaciones, vemos en la categoría ciudadano el ideal representativo de una élite. El ciudadano ha sido un concepto utilizado para contraponerse al de pueblo, fundamentalmente al del “pueblo llano” en el sentido marxista o el de los excluidos, oprimidos, víctimas, según Levinas, Dussel, Freire, entre otros.

Normalmente se refiere la ciudadanía o el poder ciudadano a la capacidad de intermediar y de ser representado en las estructuras jurídicas. Estructuras que no son neutras, que legitiman y legalizan el poder económico, social y cultural de unos sobre otros, que han sustentado la violencia de siglos de unos habitantes sobre otros, de unas naciones sobre otras. Al decir de Magendzo (2000): “Por lo que ha sido común conceptualizar ciudadanía sobre todo en términos de los derechos políticos, quedando al margen los derechos económicos, sociales y los derechos colectivos.” (P. 14)

Tampoco podemos conformarnos con la definición burda de que el ciudadano o sociedad civil es lo contrario a lo militar o a lo religioso. A nuestro modo de ver esto no define nada, ya que históricamente tanto militares como religiosos han tenido vida activa e influencia en los espacios de lo que llamamos civil.

Nos contraponemos a una concepción de lo ciudadano donde prive el aspecto individual ya que esta percepción encierra una concepción vinculada al liberalismo político y económico, desarrollada a partir del siglo XVIII y que contribuye al modo de ser capitalista: egoísta, competitivo, indiferente, en fin; inhumano. Donde el ciudadano se confunde con quien tiene derecho al voto, al que tiene capacidad de consumir económicamente, al que paga impuesto, los que no gobiernan, son gobernados. Una ciudadanía apática, excluyente, ególatra, que se cree poseedora de la verdad. Una ciudadanía que pone barreras a la mayoría de la población por tener medios económicos y haber sido la élite que ha podido acceder a las instituciones educativas y culturales. Una ciudadanía, que al igual que la antigua Grecia, pretende mantener su estatus gracias a la existencia de otras mayorías: VICTIMAS

Por esta razón partimos de la idea de que ciudadanos y estos organizados en sociedad civil deben ser todos, sin exclusión, pero esto no se resuelve en el tradicional sistema republicano de la división de los poderes, de los Estados laicos, del alejamiento de los militares a las estructuras de poder, ni con el voto individual sino con la transformación y destrucción de las actuales estructuras de poder económicos, política y culturales que imposibilitan la inclusión. De lo que se trata es de defender la liberación y no las libertades individuales o el liberalismo que la sustenta, que al final son libertades de unos para someter a otros. La liberación debe ser de todos y para todos sin exclusión.

Los especialistas en la materia coinciden en señalar que la sociedad civil se refiere a grupos de personas que sin fines de lucro, sin depender del Estado, no persiguiendo ocupar puestos gubernamentales, se organizan para lograr fines determinados. De esta manera queda claramente diferenciado el papel de la sociedad civil y de los partidos políticos, ya que estos últimos tienen claramente entre sus objetivos ocupar cuotas de poder. Muchas veces este concepto es utilizado para enmascarar a organizaciones políticas gubernamentales o de oposición que solo aspiran conservar o lograr el control del Estado. Tampoco la sociedad civil puede convertirse en la plataforma de los tradicionales y nuevos sectores económicos que han visto en este tipo de organización una forma más fácil de acceder al poder político. Ni la sociedad civil debe convertirse en grupos excluyentes que marginen a la mayoría de la población, a esos que tradicionalmente llamamos el pueblo.


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