martes, 18 de febrero de 2014

LA MUERTE DE LA CIUDADANÍA.

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LA MUERTE DE LA CIUDADANÍA.- Diario Progresista.- 18-02-2014..- Comparto totalmente su planteamiento, pero sería importante si usted lo enfoca en un contexto de una crisis de carácter estructural, multidimensional del sistema capitalista. En ahí el gran problema, de la mediocridad de los políticos, en especial los de la Troika, absolutamente condicionados al pensamiento del "dios" mercado, los banqueros, financieros, especuladores, exportadores corporaciones los directa y únicos responsables de la crisis, y creadores de la llamada “bancocracia”, la democracia de los bancos - hoy en alianza, precisamente con los políticos corruptos, mentirosos, farsantes,  están destruyendo los derechos humanos, derechos fundamentales del ser humano - Ciudadanía, Educción, salud, servicios públicos, empleo, salarios, instituciones fundamentales de la democracia - de toda una generación. Incluso hoy se habla de poli-crisis estructural - realidad sangrante, hiriente y cruel para millones de seres humanos. Rajoy, Merkel, Hollande, Letta - aunque renunciante - y gremio político en general con sus políticas de austeridad - fracasadas absolutamente - están asesinando a toda una generación de la juventud europea. Simplemente mire el empleo en la Unión Europea - los 27 países - mire el desempleo en la juventud, miremos conjuntamente la demografía europea - cuántos países entre ellos España, Alemania, tiene una población "vieja". Observemos juntos los nuevos centros de pobreza absoluta, en la Ciudad Global, que se han convertido en verdadero problema para la sociedad. Más allá una mirada sobre la violencia e inseguridad ciudadana - todos riesgos en la sociedad global -. 

Aquí está básicamente la economía de la guerra y la economía criminal, hoy dos de los sectores más importantes, activos y dinámicos de una economía globalizada, con su modelo financiero-especulativo ( la era de la transnacionalización de los monopolios imperialistas) está llegando a su "final", el capitalismo salvaje como economía del desastre..
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En conclusión hoy domina el mundo la economía criminal globalizada, la economía de la guerra - con seguridad parte de los poderes facticos mundiales y "propiedad" del Club de Bilderberg - los Nuevos Amos del Mundo -. Es decir, hoy vivimos en mundo de la globalización neoliberal, la era de de la transnacionalización de los monopolios imperialistas, escenario mundializado del desempleo, se ha globalizado la insatisfacción de miles de millones de seres humanos cansado de pagar las consecuencias de una crisis de la cual ellos no son en lo mínimo sus autores, estamos en un mundo donde se ha globalizado la indiferencia de los políticos y las elites financieras, que no les interesa nada lo que realmente está sucediendo con millones de seres humanos que abandonan sus tierras y países ante el hambre, la pobreza, la miseria y prefieren morir en alta mar, cuando existen leyes represivas que “matan” cuando intentas entrar ilegalmente a un “punto determinado” de su aventura: La Ciudad Global. Se ha globalizado la desigualdad económico-social, realidad que destruye la vida de millones de seres humanos. Y en general se ha mundializado la insurgencia, cuando millones de ciudadanos – en especial la juventud – ocupando las calles y plazas públicas – el origen tradicional e histórico de la Sociedad Civil – Nuevos Ciudadanos que recuperan el Espacio Público que desde la década de los 90’ las políticas neoliberales nos expropiaron. Escenario global de una Democracia – herida gravemente por las políticas neoliberales –. Desde el poder local de la de la Nueva Sociedad Civil, debemos recuperar la Democracia forjando y construyendo una Democracia de Ciudadanos, Participativa, Intercultural y Moderna.
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La ciudadanía griega lucha en las calles en defensa de sus derechos constitucionales, sin embargo, las políticas de salvataje - a favor de los bancos con miles de millones de euros para reactivarlos - y las políticas de austeridad - retirar o disminuir (cortar) miles de miles de millones de euros desde el Estado en los servicios públicos, en los derechos fundamentales cono Educación, Salud, trabajo, etc. es un doble fracaso. Por eso luchan en defensa de sus Derechos Constitucionales, los Ciudadanos Europeos.
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La muerte de la ciudadanía.
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Juan Antonio Molina.

Diario Progresista martes 18 de febrero del 2014.

La política ha dejado de ser la hechura de la voluntad popular para convertirse en el instrumento complaciente de las élites económico-financieras denominadas mercados. No importa que las medidas tomadas sean las correctas o no, sean justas o no, produzcan tal o cual efecto, deseado o no; lo importante es que agraden a los mercados y si es así, aunque todo vaya mal, siempre estaremos en el buen camino.

Rajoy tras incumplir todos los puntos y las tildes del programa con el que se presentó a los comicios, afirma que no hay que engañar a los españoles. El mismo lenguaje se convierte en un revenant que nos manifiesta de forma torticera que lo imposible deja de serlo en el momento en que se convierte, como imposición de un pensamiento autoritario, en inevitable.

Los destrozos generados por las políticas neoliberales y los dueños de las finanzas pueden ser irreparables para el Estado democrático, singularmente en el caso español, donde el miedo y los instrumentos del miedo han separado a la sociedad de las condiciones reales de las cuales surge la identidad nacional, mediante la simple fantasmagoría de sumergir la realidad de España como país en un continuo proceso de reemplazo hasta llegar a la suplantación. Los políticos de la derecha, jaleados por vendedores de ideas neoliberales, están poniendo el Estado al servicio de sus amigos, de banqueros y especuladores. Esta reprivatización del Estado a favor de los poderes económicos organizados, supone desactivar el conocimiento racional de los hechos y el respeto a una cultura de participación ciudadana para utilizar, en beneficio de sus intereses, la democracia nominal, que sólo comparte un excedente accesorio de poder con el único objetivo de reforzar el poder antidemocrático de las élites. Con sus actuaciones, esos gobernantes han quebrantado una parte sustancial de la tradición democrática, aquella que siempre puso el Estado al servicio de los ciudadanos y no en manos sólo de los amos del capital.

El partido socialista, por su parte, se encuentra totalmente inmerso en la paradoja de su propio complejo de “partido de Gobierno” y el intento por comprender la “lógica” del sistema que le hace perseguir objetivos sociológicos inexistentes, como el centro político, abandonando a una sociedad civil que tiene la necesidad de reaccionar y participar en procesos políticos de redistribución de los recursos sociales. Esta crisis de posición y función que padece el PSOE produce que carezca de un discurso político claro, de ideas básicas en torno a cómo organizar la sociedad y enfrentarse a acontecimientos históricos muy adversos. Navegando a ciegas, como advierte Ignacio Ramonet, obsesionada por la urgencia, la izquierda parece desprovista de una hoja de ruta y carente de base teórica, a menos que llamemos “teorías” a esos catálogos de renunciamientos que son “La tercera vía”, de Anthony Giddens, ex consejero de Tony Blair, o “Le bon choix”, de Bodo Hombach, durante mucho tiempo inspirador de Gerhard Schöder.

Si la nación sólo es el beneficio de esas empresas que vertebran al país, el Estado, en los ámbitos sociales, ciudadanos y no represivos, se contempla por las élites como un artefacto costoso e inútil, improductivo, parasitario que ha ido creciendo como un quiste purulento. El único Estado sostenible es el que preserva el poder económico y financiero, un Estado mínimo que mantiene el orden plutocrático en el vértice obsceno de la desigualdad. Seremos trabajadores, consumidores, desempleados o excluidos pero no ciudadanos, porque como afirma Philip Pettit, la ciudadanía como fuente de poder, exige la igualdad civil de todos sus miembros.

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