jueves, 28 de febrero de 2013

CLAUDIO KATZ: "Hay una diferencia radical entre Néstor, Cristina y Chávez por el Socialismo del siglo XXI".

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Para entender bien al kirchnerismo tenemos que tener en cuenta tres cosas: la primera es que hubo una reconstrucción de la estructura estatal pero con asistencia a los empobrecidos, con avances democráticos y mejoras sociales. Es importante tener en cuenta estos componentes porque sino uni-lateralizamos el análisis. El kirchnerismo no reconstruyó el Estado a los palos, empobreciendo a la población, sino que lo hizo a través de importantes concesiones sociales y democráticas. No hay que perder de vista en ningún momento este elemento. El segundo aspecto que me parece importante es que lo hizo con un régimen político que retoma algunos elementos del primer peronismo como la reconstrucción fuerte de la autoridad presidencial, la utilización de un contexto económico favorable para otorgar ciertas mejoras sociales pero con una diferencia clave que es la relación con la clase obrera. Esa relación privilegiada que había con los trabajadores en los 50’, en una situación inédita en el mundo por los logros del proletariado argentino, no es el kirchnerismo actual que de alguna manera convalida la fractura de los trabajadores empobrecidos e integrados y ha buscado un distanciamiento fuerte con los sindicatos para congraciarse con los grupos capitalistas.

La intención de Cristina es avanzar hacia una construcción política propia. El tercer elemento sería que es un gobierno de centro-izquierda. Utilizo este término en el sentido de este alineamiento clásico de América Latina para señalar que tiene más semejanzas con Lula, Dilma, Tabaré o Mugica que con los gobiernos derechistas como Piñera o los gobiernos antiimperialistas radicales como Evo Morales o Chávez. También hay un elemento específico nacional que consiste en retomar la idea de la renovación cafierista en el sentido de construir un proyecto político que esté distanciado del peronismo tradicional, del aparato justicialista. Es el proyecto de la transversalidad que le ha permitido al kirchnerismo forjar un frente político con sectores progresistas que tradicionalmente no adherían al peronismo. En esto siempre ha habido idas y vueltas. En los momentos de mayor respiro político, tanto Néstor como Cristina, avanzaron en esta construcción de una estructura propia y en los momentos de crisis se han recostado nuevamente en los gobernadores, en los barones del Gran Buenos Aires y en el peronismo tradicional, pero claramente la intención de Cristina es avanzar hacia una construcción política propia que retome estos elementos de fusión del progresismo con el peronismo que inició Cafiero y después siguió Chacho Álvarez y que ahora retoma este gobierno.
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Dra. Cristina Fernández de Kirchner Presidenta reelecta de  Argentina. Su gobierno "progresista" se conduce hacia la construcción del capitalismo de estado o profundiza el proceso político hacia el "socialismo del siglo XXI".
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"Hay una diferencia radical entre Néstor, Cristina y Chávez por el Socialismo del siglo XXI".
Entrevista a Claudio Katz acerca de su “Anatomía del Kirchnerismo”
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Mario Hernández.

Rebelión jueves 28 de febrero del 2013.

Mario Hernandez (MH): Hoy voy a tener la oportunidad de estar dialogando sobre tu último trabajo, “Anatomía del kirchnerismo”. Recomiendo su lectura completa. Yo me voy a centrar en algunos aspectos que son los que personalmente más me han interesado.

Hacés referencia a 3 conceptos claves para comprender al kirchnerismo:
1) La reconstrucción del Estado capitalista
2) El régimen neopopulista
3) Un gobierno de centroizquierda

Respecto del primero de estos ejes señalás que el kirchnerismo ha buscado gestar un Estado capitalista serio, una suerte de recreación de la burguesía nacional. Mi pregunta sería ¿qué éxito ha tenido?

Cladio Katz (CK): Muy lejos de lo que ellos esperaban porque la expectativa del gobierno a reconstruir el Estado capitalista al servicio de los grupos económicos tradicionales era que iba a dar lugar a otro tipo de capitalismo, no al que llevó a la crisis del 2001 sino que iba a inaugurar una modalidad económica distinta. Diez años después vemos que la idea de un capitalismo serio, diferente al anarco-capitalismo liberal sigue siendo imaginaria dado que no existe ningún modelo en el mundo. El ideal alemán o el de los países asiáticos es el que está hoy en discusión y sobre todo podemos observar que los problemas tradicionales de la economía argentina, una vez concluida la etapa de recomposición del poder adquisitivo de la población, de agotamiento de la capacidad ociosa, vuelven a emerger los desequilibrios tradicionales, especialmente centrados hoy en día en dos puntos centrales: la inflación y el desequilibrio de las cuentas públicas.

El gobierno, como en el pasado, ha vuelto a utilizar los recursos del Estado para subvencionar a los grandes grupos nacionales con la expectativa que inviertan pero, en los hechos, han mantenido la norma de fugar capital, remarcar precios, utilizar el dinero de las subvenciones estatales para su propio patrimonio, por lo tanto, han recreado los problemas tradicionales del capitalismo argentino. En este punto no cabe ninguna duda que la expectativa inicial del gobierno no ha quedado satisfecha.

MH: Hay una afirmación fuerte en esa primera parte de tu trabajo donde señalás que los problemas actuales son consecuencia del propio modelo y no meros resabios de los años 90.

CK: La idea que todos los inconvenientes de la economía argentina provienen de un legado se podía sostener, quizá, en los primeros años, en los momentos iniciales del modelo, transcurrida una década resulta poco consistente atribuir, por ejemplo, la crisis ferroviaria al legado del menemismo cuando es evidente que en esa materia hubo más continuidades que rupturas.

Es el mismo argumento que se suele utilizar con la crisis internacional. Es un comodín que aparece como un elemento para justificar una u otra medida y no tomar en cuenta que los desequilibrios actuales provienen de las propias limitaciones de un modelo neo-desarrollista que pretende reconstruir la burguesía nacional, recomponer el proyecto industrializador, pero que no ha tenido ningún éxito en lograrlo.

El kirchnerismo no reconstruyó el Estado a los palos

MH: Me llamó la atención de este concepto acerca de la reconstrucción del Estado capitalista cuando señalás que de alguna manera el kirchnerismo retoma el proyecto de la renovación peronista que encabezó Antonio Cafiero en los ’80.

CK: Para entender bien al kirchnerismo tenemos que tener en cuenta tres cosas: la primera es que hubo una reconstrucción de la estructura estatal pero con asistencia a los empobrecidos, con avances democráticos y mejoras sociales. Es importante tener en cuenta estos componentes porque sino uni-lateralizamos el análisis. El kirchnerismo no reconstruyó el Estado a los palos, empobreciendo a la población, sino que lo hizo a través de importantes concesiones sociales y democráticas. No hay que perder de vista en ningún momento este elemento.

El segundo aspecto que me parece importante es que lo hizo con un régimen político que retoma algunos elementos del primer peronismo como la reconstrucción fuerte de la autoridad presidencial, la utilización de un contexto económico favorable para otorgar ciertas mejoras sociales pero con una diferencia clave que es la relación con la clase obrera.

Esa relación privilegiada que había con los trabajadores en los 50’, en una situación inédita en el mundo por los logros del proletariado argentino, no es el kirchnerismo actual que de alguna manera convalida la fractura de los trabajadores empobrecidos e integrados y ha buscado un distanciamiento fuerte con los sindicatos para congraciarse con los grupos capitalistas.



Dr. Claudio Katz: Existe un consenso de todas las clases dominantes del mundo para enfrentar la crisis con mayores atropellos a los trabajadores.
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La intención de Cristina es avanzar hacia una construcción política propia.

El tercer elemento sería que es un gobierno de centro-izquierda. Utilizo este término en el sentido de este alineamiento clásico de América Latina para señalar que tiene más semejanzas con Lula, Dilma, Tabaré o Mugica que con los gobiernos derechistas como Piñera o los gobiernos antiimperialistas radicales como Evo Morales o Chávez.

También hay un elemento específico nacional que consiste en retomar la idea de la renovación cafierista en el sentido de construir un proyecto político que esté distanciado del peronismo tradicional, del aparato justicialista. Es el proyecto de la transversalidad que le ha permitido al kirchnerismo forjar un frente político con sectores progresistas que tradicionalmente no adherían al peronismo.

En esto siempre ha habido idas y vueltas. En los momentos de mayor respiro político, tanto Néstor como Cristina, avanzaron en esta construcción de una estructura propia y en los momentos de crisis se han recostado nuevamente en los gobernadores, en los barones del Gran Buenos Aires y en el peronismo tradicional, pero claramente la intención de Cristina es avanzar hacia una construcción política propia que retome estos elementos de fusión del progresismo con el peronismo que inició Cafiero y después siguió Chacho Álvarez y que ahora retoma este gobierno.

MH: Otro tema que aclarás es el abismo que existe entre la expectativa anticapitalista del peronismo de izquierda en los ’70 y esta suerte de definición pro-capitalista que domina al kirchnerismo.

CK: El artículo tiene dos partes. Una de caracterizaciones que es la que estuvimos conversando hasta ahora y una segunda de polémicas con el peronismo, con la derecha, con la centroizquierda anti K y con la izquierda partidaria.

En la polémica con el progresismo K señalo esencialmente que hay una idea de muchos sectores que se han acercado al kirchnerismo con una expectativa de profundizar el modelo, con una ilusión de radicalizar esta estructura y muchos han intentado establecer antecedentes en procesos anteriores de intentos de convergencia del peronismo con la izquierda. Yo señalo que el kirchnerismo está muy lejos de eso, de un John W. Cooke, por ejemplo, de la JP, de Montoneros, de la idea de la Patria Socialista.

Hay una recuperación de valores, conmemorativa, lo cual no es poco importante, pero en lo sustancial hay un abismo entre Néstor, Cristina y Chávez, una diferencia radical en el tema del socialismo del siglo XXI.

Esta idea de asumir un proyecto pro-capitalista en forma abierta, capitalismo serio, de consumo, regulado, pero no buscar ningún tipo de estrategia, de horizonte no capitalista, es lo que diferencia estructuralmente este proyecto de lo que se intentó en los 70’.

Esto tiene consecuencias prácticas. No es una cuestión meramente ideológica. Al acompañar esta construcción capitalista, los progresistas que se han alineado con el proyecto, se subordinan en los momentos críticos y ahí aparecen las contradicciones porque si quiero profundizar el modelo no puedo votar la Ley de ART, no puedo aceptar la reapertura del canje que piden los fondos buitres, no puedo avalar el congelamiento de las jubilaciones, la devastación del subsuelo que imponen las compañías mineras, no me puedo oponer al paro del 20.11, aceptar las concesiones ferroviarias, etc. El problema del progresismo K es que en todos estos puntos críticos, agreguemos la Ley Antiterrorista, se someten al dictado presidencial.

En todos los temas centrales Binner se ubica a la derecha del gobierno

MH: También es muy dura tu crítica a la centroizquierda que se nuclea alrededor de la figura de Hermes Binner.

CK: Si, es muy categórica porque considero que Binner en todos los temas centrales se ubica a la derecha del gobierno.

Me parece que es importante advertir esto ahora antes que Binner se consolide como figura presidencial. El problema de Binner no es que recuerde a De la Rúa solo en el tono aburrido de su figura o conservador de sus discursos, sino que en cada punto conflictivo, canje de la deuda, reconciliación con la Iglesia, política de inversiones, movimientos sociales, cacerolazos, el 8N, cada vez que aparece un tema donde hay un conflicto entre la derecha y el gobierno, Binner tiende a situarse con la derecha. Me parece que esto es importante tenerlo en cuenta.

Ha tenido en general una posición de espaldarazo a los cacerolazos que no son una expresión reivindicativa de la clase media que solicita mejoras genuinas. Es una instrumentación de movilizaciones a favor de una agenda derechista o el conflicto con la gendarmería. Los gendarmes no son un sector de los trabajadores que demandan mejoras, son un instrumento de represión de las movilizaciones populares. En cada uno de estos temas el sector de Binner ha apuntalado los planteos de la derecha.

El problema radica ahí. Tomá dos ejemplos: hay un ideal del espectro de Binner que es el Frente Amplio uruguayo o el PT de Brasil y la idea sería que estos dos gobiernos serían más progresistas que el de Cristina. Yo creo que en ningún plano, ni de la economía ni de las conquistas democráticas ni de los logros sociales estos gobiernos serían una superación por izquierda de Cristina. Al contrario, tanto en Uruguay como en Brasil estos gobiernos han generado una gran desmovilización de la militancia y eso no existe en Argentina. No pueden ser nuestro ideal a desarrollar estratégicamente.

Después está el tema constitucional. Hay una batalla de este sector contra la re-reelección pero reivindicando la Constitución liberal del Pacto de Olivos que habilitó la reelección de Menem. En realidad a Argentina le vendría muy bien sumarse a los cambios constituyentes que se implementaron en América Latina y que podrían modificar elementos de la Constitución actual que son altamente regresivos como por ejemplo la provincialización del subsuelo.

Desde 2008 hubo un grave problema en todo el espectro de la centroizquierda anti K que fue ubicarse junto a la Sociedad Rural y ahora con los caceroleros, suponiendo que ese campo es más progresista que el gobierno actual y yo impugno por completo esta idea.



Los gobiernos reformistas de Sudamérica lograron contundentes victorias electorales, en conflicto con los poderosos y desmintiendo todos los pronósticos de desplome. Pueden avanzar hacia rupturas revolucionarias o consolidar el capitalismo de estado.

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No podemos olvidarnos nunca de lo que pasó con la Unión Democrática.

MH: También marcás otra diferencia con el Frente de la Izquierda y los trabajadores (FIT) y lo que fue la construcción de Izquierda Unida (IU) y el Frente del Pueblo (FREPU) en el pasado.

CK: Hay una diferencia entre el intento de forjar un polo de izquierda popular y la idea de mantener a la izquierda dentro del círculo de los conocidos, estrecho, limitado y clásico. Te diría que lo más demostrativo es la postura ante dos temas internacionales, porque cuando hay grandes acontecimientos en este terreno a veces se ve mejor adonde apunta una organizaciones de izquierda. El primer caso es Chávez. Todos los integrantes del FIT han objetado la candidatura de Chávez y apoyaron a Chirino que fue completamente irrelevante.

MH: Ridícula.

CK: Intrascendente para la vida política venezolana y en un tema que es clave para Argentina porque todos seguimos muy en detalle lo que pasa en el proceso bolivariano.

El otro caso es Syriza que se ha convertido en la gran posibilidad de transformación de Grecia, en el segmento que reúne a los sectores que intentan una política que no sea conservadora ni socialdemócrata, que rompa la asfixia que está soportando el pueblo griego. Los partidos que integran el FIT también rechazan a Syriza. Donde aparece una alternativa se ponen en contra. Esto da la pauta de un tipo de orientación que no es la que necesita la izquierda en Argentina.

MH: Paralelamente rescatás la existencia de una izquierda independiente o nueva izquierda. Me dio la impresión que tenés una expectativa sobre el desarrollo de este sector.

CK: Me parece que estamos en un momento donde toda la configuración de la izquierda argentina que se gestó en torno al 2001 está replanteando su política frente al kirchnerismo. Han pasado 10 años y noto que en los sectores de lo que se denomina la izquierda independiente comienzan a haber reflexiones bastante interesantes sobre como plantarse frente al gobierno. Hoy en día percibo mayor inteligencia de muchos de estos sectores en los puntos críticos: Ley de medios, renacionalización parcial de YPF, cuando aparece un punto donde hay una medida limitadamente progresista del gobierno y una reacción en contra de la derecha. Hay ceguera por parte de la izquierda tradicional y reacciones más inteligentes por parte de la izquierda independiente. Por ejemplo, la caracterización por parte de aquélla de la renacionalización parcial de YPF como una reprivatización me parece un desacierto mayúsculo. Incluso en la tradición troskista, teniendo en cuenta la actitud de Trotsky frente a Cárdenas en México ante un acontecimiento parecido.

Lo mismo ocurre con la Ley de Medios que tiene dos componentes. Por un lado, muy progresistas como la desinversión de los grandes grupos económicos mediáticos, elementos de democratización de la información y, al mismo tiempo, el propio gobierno que no la aplica cuando obstruye los proyectos de seis grupos privados que quiere alentar.

Siempre tenemos que tener en cuenta este doble carácter del proceso. Si solo vemos un costado conduce a un fuerte alejamiento con el sentir popular que imposibilita la construcción de un proyecto popular sobre todo en un país, y este es uno de los objetivos del trabajo que estamos comentando, que tiene la historia del peronismo, que tenemos que tener siempre presente a la hora de adoptar posturas políticas.

No podemos olvidarnos nunca de lo que pasó con la Unión Democrática. Eso no es algo que quedó atrás, es una experiencia que hay que saber asimilar y así como veo que el progresismo K está ciego frente al rechazo oficial a cualquier idea de Patria Socialista, gran parte de la izquierda partidaria se olvida de lo que pasó con la Unión Democrática.

MH: Me parece que pusiste un broche, más bien un mazazo.

CK: Esto último lo digo a partir de lo que ocurrió en el conflicto con el campo, con los agro-sojeros. Desde 2008 han tenido varios episodios de ese tipo y el vergonzoso acompañamiento de los caceroleros e incluso no por parte solo de la centroizquierda sino de la izquierda.

MH: También había pasado durante el conflicto con la gendarmería.

CK: Todo esto indica que la experiencia de la Unión Democrática no ha sido bien asimilada.

MH: Te agradezco y recomiendo la lectura de “Anatomía del kirchnerismo” que pueden encontrar en Argenpress.info, Rebelion.org y La Haine donde Claudio tiene un sitio con todos sus trabajos.

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Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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miércoles, 27 de febrero de 2013

ITALIA: Buscan armar una alianza que pueda gobernar. Laberinto a la Italiana.

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El laberinto Italiano. Las Elecciones Nacionales no resuelven absolutamente nada, por el contrario complejizan la situación de la grave crisis estructural que sacude Italia y pone en peligro la estabilidad política de Europa y pareciera ante el hartazgo político de los ciudadanos italianos, han preferido la “anti-política” encabezada por el comediante Grillo y el rechazo a la vieja generación de políticos corruptos y cómplices de la crisis sistémica. Ayer martes, desde muy temprano, todos los partidos políticos estuvieron encerrados discutiendo eventuales estrategias y, sobre todo, tratando de entender cómo salir de este desbarajuste que nadie se imaginaba. El primero en presentar una propuesta fue nada menos que Berlusconi, que ve que se le esfuman buena parte de sus proyectos luego de que desaparecieron sus esperanzas de ganar ampliamente en el Senado, como por lo demás había vaticinado el secretario del Pueblo de la Libertad (PDL), Angelino Alfano. Según Berlusconi “todos, con gran responsabilidad, deberíamos reflexionar: esta Italia no puede no ser gobernada”. Y diciendo esto manifestó estar dispuesto a un “gobernismo”, como lo han llamado, es decir a una coalición de salvataje del país nada menos que con el Partido Democrático (PD). Pero el PD enseguida hizo saber que no está dispuesto a una alianza con el PDL y que, en cambio, está preparando una propuesta que llevará al Parlamento, dirigida a todos pero particularmente al movimiento de Grillo. “Decimos no a un gobierno PD-PDL, es necesario un gobierno para el cambio. Buscaremos una mayoría en el Parlamento que nos permita hacer las reformas”, dijo una de las dirigentes del PD, Anna Finocchiaro. A lo que Nichi Vendola, el principal aliado del PD con Izquierda, Ecología y Libertad, agregó: “La respuesta más equivocada al voto sería la de un supergobierno PD-PDL. Pienso que se debe ir al encuentro del pedido de cambios que ha manifestado el voto. Grillo no es un fantasma para el cual hay que llamar a un exorcista, es nuestro interlocutor”.
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Pier Luigi Bersani, ganador de las elecciones, perro no puede hacer gobierno sólo con su Partido.
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ITALIA: Buscan armar una alianza que pueda gobernar.
“Bersani: somos los primeros, pero no hemos ganado” trata de armar una Alianza Política en medio de la confusión.

En Italia la Centro-Izquierda consiguió una mayoría de Diputados, pero debe negociar con Grillo.
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Bersani, el líder del PD, posiblemente llegue a ser el primer ministro, pero las condiciones de gobernabilidad van a ser tales que nadie puede garantizar cuánto durará y qué podrá hacer para reconstruir un país en crisis.

Por Elena Llorente.

Desde Roma. Página /12 miércoles 27 de febrero del 2013.
“Somos los primeros, pero no hemos ganado. Así, Pierluigi Bersani, el secretario del Partido Democrático y líder de la coalición de centroizquierda, describió el resultado de las elecciones parlamentarias que se hicieron este fin de semana en Italia. Una victoria “a lo Pirro”, dijeron algunos, recordando a este rey de la antigua Grecia que ganaba las batallas que emprendía, pero a veces a tan alto precio que podían hacerle perder la guerra.
Si la “guerra” era reconstruir una gran Italia, acabando con todo lo malo que dejaron casi diez años de gobiernos de Berlusconi, el panorama no se presenta fácil. Bersani posiblemente llegue ser el primer ministro de Italia, pero las condiciones de gobernabilidad van a ser tales que nadie puede garantizar cuánto durará y qué podrá hacer para reconstruir este maltratado país, que vive una de las peores crisis económicas de su historia reciente. Y según las últimas previsiones de la Unión Europea, la recesión durará todo el 2013, por lo cual las perspectivas no son para nada alentadoras.
Los números definitivos obtenidos ayer son elocuentes en cuanto a las dificultades que planteará esta “guerra”. Bersani y sus aliados de centroizquierda consiguieron en la Cámara de Diputados 345 escaños, contra 125 del centroderecha, liderado por Berlusconi, y 109 del partido del cómico Beppe Grillo, Movimiento Cinco Estrellas. El premier Mario Monti y sus aliados de centro consiguieron 45. La mayoría en la Cámara de Diputados es de 316 escaños, por lo cual en este ámbito, Bersani puede estar tranquilo porque la supera.
Pero en el Senado, la diferencia entre el centroizquierda (123 bancas) y el centroderecha (117) es mínima, mientras Grillo obtuvo 54 escaños y el centro, liderado por el premier Mario Monti, 18. El centroizquierda consiguió cuatro bancas de ese total gracias a la circunscripción de electores de América del Sur. En el Senado, ni Bersani ni ningún partido tienen la mayoría (que es de 158 votos), por lo cual teóricamente nadie podría hacer aprobar nuevas leyes sin acuerdos previos.
Ayer martes, desde muy temprano, todos los partidos políticos estuvieron encerrados discutiendo eventuales estrategias y, sobre todo, tratando de entender cómo salir de este desbarajuste que nadie se imaginaba. El primero en presentar una propuesta fue nada menos que Berlusconi, que ve que se le esfuman buena parte de sus proyectos luego de que desaparecieron sus esperanzas de ganar ampliamente en el Senado, como por lo demás había vaticinado el secretario del Pueblo de la Libertad (PDL), Angelino Alfano. Según Berlusconi “todos, con gran responsabilidad, deberíamos reflexionar: esta Italia no puede no ser gobernada”. Y diciendo esto manifestó estar dispuesto a un “gobernismo”, como lo han llamado, es decir a una coalición de salvataje del país nada menos que con el Partido Democrático (PD).
Pero el PD enseguida hizo saber que no está dispuesto a una alianza con el PDL y que, en cambio, está preparando una propuesta que llevará al Parlamento, dirigida a todos pero particularmente al movimiento de Grillo. “Decimos no a un gobierno PD-PDL, es necesario un gobierno para el cambio. Buscaremos una mayoría en el Parlamento que nos permita hacer las reformas”, dijo una de las dirigentes del PD, Anna Finocchiaro. A lo que Nichi Vendola, el principal aliado del PD con Izquierda, Ecología y Libertad, agregó: “La respuesta más equivocada al voto sería la de un supergobierno PD-PDL. Pienso que se debe ir al encuentro del pedido de cambios que ha manifestado el voto. Grillo no es un fantasma para el cual hay que llamar a un exorcista, es nuestro interlocutor”.
Y Bersani, por la tarde, en rueda de prensa reconoció que el resultado de estas elecciones “es sinónimo de cambio”, por lo cual el próximo gobierno deberá cambiar, “no sólo administrar”. Habrá que ver qué quieren los “grillinos”. “Ellos dicen que se vayan todos, que se vayan todos. Pero ahora están ellos en el Parlamento. Hay que ver qué cosas están dispuestos a hacer por este país, que es el país de ellos y de sus hijos”, enfatizó el secretario del PD.
Grillo, por su parte, el verdadero ganador de estas elecciones, con un partido creado hace sólo tres años, ha evitado a los periodistas, como es su costumbre. Pero al final de la mañana hizo una declaración: “Nosotros no estamos contra el mundo. Analizaremos reforma por reforma, ley por ley, y veremos qué hacer”, dijo. El fundador del Movimiento Cinco Estrellas, que no se presentó como candidato por tener antecedentes penales al haber matado a una persona en un accidente de tránsito, dijo que asistirá a las consultas con los partidos políticos que el presidente de la República, Giorgio Napolitano, debería comenzar en los próximos días para designar al posible primer ministro. El designado deberá formar un gabinete y presentarse ante las dos Cámaras para ser aprobado.
Los mercados financieros han manifestado ya su disconformidad con lo que está pasando en Italia. La Bolsa de Milán cerró ayer en negativo y los bonos del tesoro italiano, que se pusieron a la venta, tendrán que pagar un interés mucho más alto de lo previsto.
De hecho, el triunfo de Grillo representa el triunfo de la rabia, del desengaño, del “que se vayan todos”, del destruyamos los viejos esquemas. Pero es una actitud destructiva sobre todo. Ahora habrá que ver cuán dispuestos están los “grillinos” a construir y con qué medios.
Cómo será la desorientación también entre la gente que algunos diarios han lanzado en sus portales de Internet y blogs preguntas a los lectores: ¿Cómo salir del laberinto?, les preguntó por ejemplo el diario La Repubblica. Tal vez los comunes mortales tienen más y mejores ideas que los políticos.



Comediante Beppe Grillo, Líder del Partido de la anti-política "Cinco Estrellas" el gran ganador del proceso electoral con el 25% del electorado.

ELECCIONES EN ITALIA. LLEGÓ EL TSUNAMI.

¿“Gran ganador el cómico Beppe Grillo”?. Pueblo asqueado de la política tradicional, la crisis y las “recetas” de la Troika.
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Gorka Larrabeiti.
Rebelión martes 26 de febrero del 2013.

En las elecciones políticas de ayer no llegó la marea, sino un tsunami. Italia se despierta ingobernable: el centroizquierda (PD / Sinistra e Libertà) gana al fotofinish en la Cámara, pero Berlusconi tiene un escaño más en el Senado. El gran ganador de las elecciones es el Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo, que consigue más de ocho millones y medio de votantes, el 25,55%, y se convierte en el primer partido de Italia, cuando en 2008, una lista que aún no se llamaba Movimiento 5 Estrellas, sino todavía "Grillos parlantes", recogía tan solo 66.000 votos. Pero Berlusconi, perdiendo mucho menos consenso que la coalición de centroizquierda, resistiendo sólidamente al tsunami, gana también. El destino del país otra vez pasa por sus manos. Su populismo mediático sigue funcionando: sabe comprar votos, sabe convencer mucho más que un frío y extraño técnico como Monti, que pese a los altos apoyos recibidos ha obtenido un 8,3%. Más de siete millones de italianos siguen votando a "Silvio", y es curioso que la mayoría de ellos lo haga secretamente, como escondiendo un pecado, una obscenidad, que esperan que el Cavaliere les reembolse bajándoles los impuestos, promesa y absolución electoral.
¿Cómo se explica este éxito de Grillo? Por dos factores: la eficiencia del "Tsunami Tour", una durísima campaña electoral por plazas de toda Italia construida con excelente técnica retórica y mediática, y por la crisis, protagonista verdadero de este boom de votos. El voto se mueve hasta última hora. Uno de cada diez votantes elige en las últimas 24 horas, y Grillo inundó la capital de Roma la víspera. Una Italia empobrecida ha abrazado la rabia del lema "Todos a casa". El tsunami no distingue colores. De hecho, se irán ya a casa los siguientes pesos pesados de los últimos veinte años: Fini, postfascista escindido del PDL de Berlusconi, actual Presidente de la Cámara; el ex juez Di Pietro, protagonista del movimiento Manos Limpias en los años 90; Diliberto, secretario del Partido de los Comunistas italianos; Paolo Ferrero, secretario de Rifondazione Comunista; Ingroia, líder de la lista Revolución Civil.
Más consideraciones acerca de este marevoto a Grillo: se pensaba que iba a quitar votos a Berlusconi, en cambio le ha quitado más votos al Partido Democrático de Bersani, que fue el blanco preferido de los mítines de Grillo. Hoy Grillo se dice sorprendido por el resultado del Cavaliere. En la campaña, Grillo dedicaba a Berlusconi lindezas como estas: "está muerto", "ha fracasado", "es un holograma", "es míster Proper, el detergente de la lavadora", "el enano"... Hoy Grillo explica el éxito del Cavaliere diciendo que unos 20 millones de italianos (los que han votado a la coalición de centroizquierda o a la de centroderecha) han podido de algún modo vadear la crisis, apañándoselas de algún modo. Bastará, por tanto, los meses de caos que esperan a Italia para que muchos de estos votantes vayan a parar al Movimiento Cinco Estrellas. 


Silvio Berlusconi, sobrevive y con muy buena votación en el proceso electoral.
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Dando por descontado que a la casta política italiana le hacía falta una buena limpieza y que este tsunami dejará una oposición sanísima en un Parlamento que estaba muerto hacía tiempo, donde se gobernaba o con gobierno técnico o por decreto ley desde 2008, no se pueden no ver sombras en este movimiento. Primera: hoy por hoy Grillo ha hecho mucho más daño a la izquierda que a la derecha. Segunda: al Movimiento Cinco Estrellas, que dice "no ser ni de izquierdas ni de derechas, sino que está adelante", lo han votado gentes que vienen o de la izquierda o de la derecha. Esos conceptos políticos, se quiera o no, siguen ahí, y seguirán siempre. El primer punto del programa del Movimiento Cinco Estrellas es la renta de ciudadanía. Ahora: ¿alguien ha podido preguntar a Grillo quién considera que tiene derecho a ciudadanía? No. Antes o después, surgirán tensiones ideológicas en el seno de un movimiento cuya real argamasa es la personalidad del cómico que la fundó. Cuánto durará la cohesión del Movimiento Cinco Estrellas es una incógnita que aún no se puede descifrar, pues todavía ha de derribar muros el tsunami. Es indudable que el Movimiento Cinco Estrellas producirá cambios enormes, sobre todo, en el Partido Democrático, ese engendro que defiende a empresarios y trabajadores, laicos y opus dei y que siempre ha tratado, como decía ayer Carlo Freccero de ganar consenso confluyendo hacia el centro, tendrá que cambiar de estrategia. O apuesta por el puro centro y se deja de izquierdas, o se va hacia la izquierda y trata de recoger los escombros de la izquierda. Lo más probable es que haga lo primero, y que lo haga a través de un nuevo líder, que será el alcalde de Florencia, Matteo Renzi, que quedó segundo en las primarias del partido. El temor es: si el PD renuncia a lo poco que tenía de socialdemocracia, y Grillo ha derrumbado el castillo de arena de los viejos restos de los partidos de izquierda, ¿qué queda? Nada. Ha sido muy significativo en este sentido el voto que aconsejaba Sinistra Critica: que cada votante eligiera autónomamente porque ahora no cabía una decisión colectiva, y que se remitían a hoy, a después de las elecciones, para comenzar a construir una alternativa. Todo por hacer. Partiendo de cero.
Los faros que alumbraban la política italiana están apagados: ni el Vaticano ni los Estados Unidos pueden señalar el rumbo. Esta Italia no navega: es una onda anómala. Aquí comenzó en el año 2008 una rabia en los estudiantes que se fue erizando, alzando, compactando y hoy reunida en ese voto que Beppe Grillo ha sabido canalizar, estalla contra los altos muros de la política, hoy de arenisca. Dentro de poco habrá que nombrar un nuevo Presidente de la Cámara, y luego nada menos que un Presidente de la República. El tsunami hará que no se pueda hacer el clásico chanchullo que antes podían hacer entre Berlusconi y D'Alema. Tendrán que contar con los seguidores de Grillo. Le preguntaron anoche a Grillo si creía que Partido Democrático y Berlusconi formarían un gobierno de unidad. Respondió que, sí, que probablemente lo harían, pero que habría que volver a votar. Dicen que después de verano. Entre tanto, la crisis agravará aún más la situación de Italia. Inquietante panorama. 9:26 a.m. El índice MIB de la bolsa italiana pierde -4,38%. Sube la prima de riesgo a 340. Los mercados reaccionan al tsunami con una tempestad ya anunciada que tal vez lo fortalecerá y extenderá. 
Tiembla Europa. Italia hoy enseña que pierde la austeridad de la Troika, y que si el bipartidismo institucional no da respuesta inmediata a la crisis, surgen inmediatamente otras respuestas populistas. Por eso, o la izquierda responde ya al pueblo en crisis, o, como en Italia, el pueblo en crisis se la lleva por delante.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.



Mario Monti, ex-Primer Ministro, renunciante y el gran perdedor en las elecciones.
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Laberinto a la italiana

Martes, 26 de febrero de 2013. 
Ramiro Escobar.

Si las elecciones vaticanas van a ser terriblemente terrenales, las del Parlamento italiano (cuyo resultado sirve para designar al Primer Ministro), realizadas hasta ayer lunes 25, están resultando un asunto del diablo. Las coaliciones de centro izquierda y centro, que podrían salvar al país del incendio romano, no han alcanzado una mayoría suficiente.

Pier Luigi Bersani, el candidato de ‘Italia bien común’ (socialistas, ecologistas, izquierdistas moderados), ha logrado, con poco más del 30%, la mayoría en la Cámara de Diputados (630 miembros). Eso, según la enredada ley electoral italiana, le permite llevarse el 55% de esos parlamentarios. Pero el circo y los leones están en el Senado.

Gracias a una ley dada por el impresentable Silvio Berlusconi, la mayoría senatorial no se define por la votación global, sino por regiones (la lista más votada de cada región se lleva todos los senadores). Así, hasta el cierre de estas líneas, a pesar de que Bersani tiene más volumen de votos para esa cámara, el berlusconismo tendría más senadores.

El primero apunta a conseguir 104 senadores, mientras que el segundo 123. El frente ‘Con Monti por Italia’ del atildado tecnócrata Mario Monti, quien hasta hace poco era Primer Ministro de emergencia, apenas llegaría a 17 senadores y en Diputados arañó el 10%, con lo que la posibilidad de un gobierno medianamente llevadero se esfuma.

¿Quiénes quedan en el medio de la balanza italiana? Berlusconi, un dechado de vicios bastante comprobados, y Beppe Grillo del ‘Movimiento 5 estrellas’, una suerte de bufón operático y político, encumbrado con ayuda de internet (sus candidatos al Parlamento fueron elegidos por youtube), que ha sacado un apreciable 25% de los votos.

Si Italia no estuviera en la precaria situación en que se encuentra (que, además, puede hacer tambalear más a la Unión Europea), hasta una saludable dosis ‘antisistémica’ sería bienvenida. Pero Grillo, cuya virtud podría ser la de hablar claro contra la corrupción y los políticos perversos, tiene un problema serio: no cree casi en el tejido institucional.

Insinúa una ‘democracia directa’ (informática, por añadidura) que, como ha escrito el colega español Antonio Elorza, es demagógica. Bersani, si el resultado se confirma, tendrá que formar gobierno con él, o con Berlusconi, con lo que a la renuncia del Papa se sumaría una Italia sin caminos que conduzcan a la tranquilidad en Roma.
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