lunes, 6 de mayo de 2013

FRANCIA en el centro de la tensión política. ESPAÑA: Sindicalistas " O cambiamos de política o cambiamos de gobierno". PORTUGAL se hunde con la políticas de austeridad.

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FRANCIA.- La manifestación coincide con el aniversario de la victoria socialista, pero tanto entre la izquierda más dura como en los medios más moderados el tiempo pasado ha acumulado decepciones, retrocesos, ambigüedades, incumplimiento de promesas y, sobre todo, una austeridad programática que fue de hecho el lema central de la manifestación: “Contra la austeridad y la finanza”. Ambas se han combinado en Europa en una mezcla difícil de tragar. “Todo nos ha desencantado durante este año: la política, los hombres que la conducen, la idea general que se desprende del mandato de Hollande y, por supuesto, las consecuencias”, dice Marthe, una joven de 27 años, sin trabajo y casi sin domicilio, que hace un año votó por los socialistas con la certeza de un cambio que jamás se plasmó.

ESPAÑA.- El líder sindical de Comisiones Obreras se ha dirigido a los más de seis millones de parados por los que es necesaria la manifestación y para mostrarles que no están solos. "Hoy hay 6.202.700 razones más que justifican la movilización sobre aquellos que imponen políticas injustas y suicidas". Asimismo, Toxo se ha mostrado indignado con la política llevada a cabo por el Ejecutivo de Rajoy al que se ha dirigido para decirle que ha "roto todos sus compromisos". Ha tachado de demoledor el dato de que haya que esperar hasta 2019 para que se empiece a crear empleo en España. "Esta política (la llevada a cabo por los recortes) profundiza la recesión en Europa, y en particular en nuestro país", ha señalado. Asimismo, recuerda que la Encuesta de Población Activa (EPA) ha dejado una cifra aún más demoledora y dolorosa, en referencia a los millones de personas que hay en España con todos sus miembros en paro.
PORTUGAL.- Pero el PS, al igual que los sindicatos y las fuerzas marxistas del Parlamento, se apresuró a rechazar las medidas y la invitación al diálogo con el argumento de que son “más de lo mismo”, recaen sobre trabajadores y pensionistas y no combaten la recesión y el desempleo, que se ha duplicado en tres años, hasta el 18 por ciento. El mayor sindicato luso, la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP, comunista), con unos 700.000 afiliados, calificó las nuevas medidas de “brutales” y anunció protestas y movilizaciones este mismo mes. También la más moderada Unión General de Trabajadores (UGT, socialista), con cerca de medio millón de seguidores, expresó su rechazo a negociar el nuevo e “inaceptable” paquete de austeridad. El marxista Bloque de Izquierda (BI) exigió, como los socialistas, la dimisión del gobierno, y sostuvo que Portugal no podrá pagar una deuda tan alta con medidas de austeridad que dificultan el crecimiento, la productividad y el consumo. En los próximos ocho años hay que pagar 125.000 millones de euros, “¿de dónde va a salir ese dinero?”, se preguntó João Semedo, coordinador del BI. Además, consideró las nuevas medidas una burla a la sentencia del Tribunal Constitucional, que el 5 de abril anuló otros recortes similares por valor de 1300 millón de euros.
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Los políticos gobernantes responsables del drama y tragedia de la Unión Europea. No son capaces de reconocer que la política de austeridad fracasó totalmente. Nos les interesa el drama social de millones de desocupados y menos la tragedia  de millones de pobres, hijos directos de la crisis.
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FRANCIA: El divorcio con la izquierda.
Hollande cumple un año en el Poder en Francia enfrentado con Mélenchon.
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La Plaza de la Bastilla se llenó con miles de personas que llevaban escobas, escobillones y cepillos en la mano para “barrer” el sistema actual. El líder del Frente de Izquierda es un duro adversario de la política de los socialistas.

Por Eduardo Febbro
Desde París Página /12 lunes 6 de mayo del 2013.
Hace un año, la Plaza de la Bastilla se había llenado de decenas de miles de personas que festejaron hasta que salió el sol la victoria presidencial del candidato socialista François Hollande, luego de derrotar al presidente saliente Nicolas Sarkozy. Un año más tarde, la Plaza de la Bastilla se volvió a llenar, pero esta vez con miles de personas que llevaban escobas, escobillones y cepillos en la mano para “barrer” el sistema actual. Convocada por el Frente de Izquierda de Jean-Luc Mélenchon, la manifestación marcó el divorcio oficial entre la izquierda de gobierno y la izquierda de la izquierda que, como lo proclamaba una banderola desplegada por un manifestante al pie de la Bastilla, protesta porque “Hollande agrava la fractura social”. Mélenchon es hoy un duro adversario de la política de los socialistas, más incluso que la misma derecha.
La manifestación coincide con el aniversario de la victoria socialista, pero tanto entre la izquierda más dura como en los medios más moderados el tiempo pasado ha acumulado decepciones, retrocesos, ambigüedades, incumplimiento de promesas y, sobre todo, una austeridad programática que fue de hecho el lema central de la manifestación: “Contra la austeridad y la finanza”. Ambas se han combinado en Europa en una mezcla difícil de tragar. “Todo nos ha desencantado durante este año: la política, los hombres que la conducen, la idea general que se desprende del mandato de Hollande y, por supuesto, las consecuencias”, dice Marthe, una joven de 27 años, sin trabajo y casi sin domicilio, que hace un año votó por los socialistas con la certeza de un cambio que jamás se plasmó. “Vida inmediata austera, horizonte austero, dirigentes aburridos: estamos en el pantano de la miseria y el aburrimiento”, proclama Jean Claude, otro joven manifestante. A pesar de su aspereza y su –a veces– excesiva teatralidad, para muchos manifestantes Mélenchon es el único que encarna “otra opción política, el cambio”. El cambio es lo que nunca llega. Sea porque Europa o Alemania no lo permiten, la transformación prometida se convirtió en una paciente y repetida pedagogía sobre la necesidad de la austeridad como metodología de salvación y, tal vez, para más tarde, de crecimiento y reparto. “Pero hace mucho tiempo que estamos en eso. Soportamos los años del mandato de Sarkozy con la misma línea general y la seguimos aguantando ahora desde hace un año bajo un gobierno socialdemócrata. Nos han robado el voto de una manera escandalosa”, protesta Pierre, un empleado del correo a punto de jubilarse.


El lema central de la manifestación de la Bastilla fue “contra la austeridad y la finanza”.. Cómo se miente al pueblo con tanta facilidad, para caer en manos de sus propios verdugos, los salvajes y fascistas neoliberales. El Señor Hollande muy rápido fue devorado por el poder de los bancos y por la Sra Merkel Canciller de Alemania, la verdadera "jefe"  responsable y "líder" de las políticas de austeridad que hoy impone la Troika europea.
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La Bastilla reunió a los decepcionados de la izquierda que habían votado por Hollande con cierta antipatía, pero con real esperanza. “Sacarse a Sarkozy de encima era una etapa necesaria, pero nunca pensamos que fuésemos a caer en este absurdo”, dice Amélie, una joven estudiante de Química. El sentimiento común era evidente: para la gran mayoría, más allá de los desencantos y las bromas de los carteles, el principal reproche que se le hace a Hollande consiste en que el dirigente socialista encarna un proyecto de sociedad que nada tiene que ver ni con lo que prometió ni con lo que, según el Frente de Izquierda, se imponía como política luego de tres presidencias conservadoras consecutivas. “La cuarta la ganó la izquierda y en vez de ser la del cambio, sobre todo después de la crisis, acabó siendo la presidencia del liberalismo disimulado bajo las sábanas de las buenas maneras. Seguimos en lo mismo: desempleo, despidos masivos, cierre de plantas y empresas, beneficios profundos como el abismo en que está la sociedad para las finanzas y los especuladores”, explicaban con rabia Eléonore y su marido, dos funcionarios de la educación nacional.
Otro miembro del cortejo gritaba medio solo entre la multitud: “Hollande ganó con las palabras, pero, ¿dónde han ido los actos que debían acompañarlos? Se quedaron en las cajas fuertes de los bancos...”. En ese contexto, Mélenchon se lleva todos los aplausos cuando dice ante los manifestantes: “No queremos que la finanza esté en el poder, no aceptamos la austeridad que lleva a nuestro pueblo, como a todos los pueblos de Europa, a un sufrimiento sin fin”. Los socialistas le responden a Mélenchon que si este primer año resultó difícil fue porque hubo que efectuar las correcciones necesarias, y que luego vendrá la hora de los frutos. Pero entre la gente de la izquierda más creativa y contestataria ya nadie les cree. “Ellos –dice Eléonore– no ganaron para corregir sino para cambiar: en suma, nos engañaron para quedarse con el poder y seguir con la misma política.” El Frente de Izquierda no variará su política. Al contrario: piensa acrecentar la presión sobre el gobierno para arrancarle, al menos circunstancialmente, alguna concesión social en un momento en que el gobierno se apresta a golpear la jubilación, el código de trabajo y los subsidios sociales.




La Unión General de Trabajadores UGT. y la Central de las Comisiones Obreras, CC.OO, con sus dirigentes  Càndido Méndez y Fernández Toxo , fueron radicales en su Mensaje del Primero de Mayo, contra el gobierno del Señor Rajoy. "O cambiamos de política i cambiamos de gobierno". La tozudez neoliberal es tan radical y violenta, que no cambiará la política, mejor sería cambiar de gobierno, pero es responsabilidad de los propios españoles.
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ESPAÑA: "O cambiamos de política o cambiamos de Gobierno".
Discurso en la Manifestación por el Día del Trabajador.
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El líder sindical de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, ha señalado que "hay 6.202.700 razones más que justifican la movilización sobre aquellos que imponen políticas injustas y suicidas". Asimismo, se ha mostrado indignado con la política llevada a cabo por el Ejecutivo de Rajoy al que se ha dirigido para decirle que ha "roto todos sus compromisos". En una "situación de emergencia" ha pedido un cambio de rumbo y recuerda que ellos, los sindicatos, están "dispuestos al compromiso".

Que viva la lucha de la clase obrera!". Con ese grito, Ignacio Fernández Toxo ha iniciado su discurso en el que apuntado al 1 de mayo, Día del Trabajador, como un día señalado e importante.

El líder sindical de Comisiones Obreras se ha dirigido a los más de seis millones de parados por los que es necesaria la manifestación y para mostrarles que no están solos. "Hoy hay 6.202.700 razones más que justifican la movilización sobre aquellos que imponen políticas injustas y suicidas". Asimismo, Toxo se ha mostrado indignado con la política llevada a cabo por el Ejecutivo de Rajoy al que se ha dirigido para decirle que ha "roto todos sus compromisos".
Ha tachado de demoledor el dato de que haya que esperar hasta 2019 para que se empiece a crear empleo en España. "Esta política (la llevada a cabo por los recortes) profundiza la recesión en Europa, y en particular en nuestro país", ha señalado. Asimismo, recuerda que la Encuesta de Población Activa (EPA) ha dejado una cifra aún más demoledora y dolorosa, en referencia a los millones de personas que hay en España con todos sus miembros en paro.
Toxo ha pedido al líder del Ejecutivo Mariano Rajoy a que convoque "a la sociedad, a las instituciones, a los partidos y a los sindicatos y empresarios", porque estamos en una "situación de emergencia nacional". Tacha de imposible la situación actual, y señala que "Europa necesita un Plan Marshal del siglo XXI". Por ello, ha pedido a Rajoy a que "convoque a la sociedad". Considera que "no cabe esperar" pues estamos ante una "situación de emergencia".
Para concluir, antes de dejar paso al líder de UGT, Cándido Méndez, Fernández Toxo ha apuntado que existen "muchas posibilidades de crear empleo". Habla, por ejemplo, de un plan de vivienda en régimen de alquiler o de un desarrollo de la Ley de Dependencia.
"Hoy, en una situación de emergencia, nosotros estamos dispuestos al compromiso, usted (Rajoy) tiene ahora que dar un paso adelante".


El 1º de Mayo Día Internacional del Trabajador, cientos de Plazas Públicas en  Ciudades Europeas, fue el centro de lucha, movilización y frontal protesta de los sindicalistas contra la política salvaje, nefasta y fascista de la austeridad, impuesta por los gobiernos conservadores y  seudo "socialistas".
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Día del Trabajador con protestas en toda Europa.

Los manifestantes en contra del ajuste se hicieron sentir en los países más castigados de la Zona-euro.
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En España, miles de personas inundaron sus calles en rechazo de las políticas neoliberales del gobierno de Rajoy. Hubo más de 80 protestas convocadas en las principales ciudades bajo el lema “No tienen límite. Lucha por tus derechos”. Grecia vivió su segundo paro general del año.

El Día del Trabajador se hizo sentir en los países más castigados de la Zona Euro. En España, miles de personas inundaron sus calles en rechazo de las políticas neoliberales del gobierno de Mariano Rajoy, que mantienen en recesión al país y elevaron el desempleo a niveles record. “Hemos salido a decir basta ya de esta forma de gobernar la economía, la policía y la sociedad”, dijo el líder de Comisiones Obreras (CC.OO.), Ignacio Fernández Toxo, en su discurso en la Plaza del Sol, al cierre de la multitudinaria manifestación de Madrid. “Hoy podemos mostrar nuestra voluntad de defendernos y resistir, que no es lo mismo que estar a la defensiva”, dijo, por su parte, Cándido Méndez, secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT), la otra gran central española.
Los sindicatos exigieron ayer nuevamente a Rajoy un gran pacto ante la emergencia nacional que supone la sangría de 6,2 millones de desocupados de España. Más de 40.000 personas se manifestaron en Madrid, 160.000 en Cataluña y 20.000 en Galicia, según cifras aportadas por los sindicatos respecto de las más de 80 protestas convocadas en las principales ciudades del país bajo el lema “No tienen límite. Lucha por tus derechos”, que se desarrollaron de forma pacífica.
“Estoy aquí porque hay gente que no puede, porque dejaron la vida y perdieron la ilusión y la esperanza, el trabajo, todo, no pueden perder nada más”, dijo Carmen, una trabajadora del sector sanitario que participó de la manifestación de Barcelona. “Hay muchos motivos para estar aquí, la privatización de la salud y la educación, la precariedad laboral. Pero no hay que exasperarse más, aunque más de uno se lo merezca no vamos a salir a matar a nadie”, manifestó Robert, quien dijo estar luchando por el futuro de su hija Libertad, de seis años.
“Lo más urgente es un cambio de gobierno, si hay elecciones mañana el PP no obtendría mayoría absoluta”, apuntó su esposa Noemí. “Muchas personas son despedidas de su trabajo, son desalojados, pero no están aquí porque su prioridad es intentar sobrevivir”, opinó José Luis Ceballos, ecuatoriano.
Las manifestaciones del 1º de mayo tuvieron lugar tras la aprobación de un nuevo ajuste por parte del Ejecutivo del Partido Popular (PP), que prevé recortar 3000 millones de euros más, después de que el desempleo escalara hasta alcanzar al 27,16 por ciento de la población activa.
A pesar del deterioro económico y social, Rajoy se reafirmó en su plan económico neoliberal acordado con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y pidió paciencia a los españoles para que sus medidas tengan efectos y España vuelva a crecer y crear empleo.
Grecia, mientras tanto, vivió su segundo paro general del año en protesta contra la nueva ronda de recortes aprobada el domingo pasado por el Parlamento, que fueron acordados previamente por el gobierno del conservador del premier Antonis Samaras y la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional). Este nuevo plan de ajuste, requisito para obtener el próximo tramo del rescate financiero, contempla, entre otras medidas, el despido de 15.000 empleados públicos hasta finales de 2014.
La medida fue convocada por los principales sindicatos aprovechando que la celebración del Día del Trabajador fue trasladada a la próxima semana por coincidir con la Pascua ortodoxa. La huelga se hizo sentir en la Administración Pública, los bancos, el transporte marítimo, ferrocarriles y la industria, dijo un vocero del principal sindicato griego, GSEE, quien calificó a la protesta como realmente buena en esos sectores.
A pesar de que el descontento de los franceses con François Hollande continúa en aumento, la división de las centrales sindicales galas, luego de las diferencias en torno de la reciente reforma laboral, apoyada por tres de los ocho sindicatos galos, empañó la conmemoración del Día del Trabajador, con una modesta convocatoria a nivel nacional. Antes de las más de 260 manifestaciones, la líder del ultraderechista Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, reivindicó en un acto en París su papel de liderazgo en franco desafío al presidente socialista. Como señal de estas divisiones, hubo tres manifestaciones diferentes en Francia, dos de ellas en París. La Confederación General del Trabajo (CGT), la Federación Sindical Unitaria (FSU) y Solidaires convocaron la más importante, de 160.000 personas en todo el país, según los organizadores, y 97.300 según el Ministerio del Interior.
Las tres principales centrales sindicales italianas celebraron unidas en Perusa (Umbria) el Día del Trabajador, con una multitudinaria manifestación que tuvo su eje en los reclamos contra el ajuste y el combate al desempleo. Susanna Camusso, líder de la CGIL, el sindicato más numeroso de Italia, dijo que “sin trabajo el país muere y este país no puede morir”. Y agregó que el objetivo verdadero es volver a poner al centro el trabajo y dar respuestas con una operación auténtica de redistribución del rédito y del trabajo. Italia está sacudida por un derrumbe ocupacional, tal como confirman los datos revelados anteayer por el Instituto Nacional de Estadística (Istat) que contabilizan un desempleo juvenil del 38,4 por ciento.

Una de las columnas más importantes de la protesta sindical continental de ayer desfila por las calles de Madrid.





Los sindicatos portugueses encabezan la protesta contra el ajuste.
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Fuerte rechazo al ajuste en Portugal
El Arco opositor y todos los Sindicatos se opusieron a las medidas anunciadas.
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Las grandes centrales y los partidos de izquierda, entre ellos el socialista que encabeza las encuestas sobre intención de voto, acusaron al Ejecutivo de insistir en una “receta” que ha sumido al país en una espiral de recesión

Página /12 domingo 5 de mayo del 2013.

El gobierno conservador de Portugal obtuvo ayer un cerrado rechazo de la oposición y los sindicatos al plan de austeridad anunciado el viernes al país, que nadie está dispuesto a consensuar, como pidió el primer ministro, Pedro Passos Coelho. Las grandes centrales y los partidos de izquierda, entre ellos el socialista (PS), que encabeza las encuestas sobre intención de voto, acusaron al Ejecutivo de insistir en una “receta” que ha sumido al país en una espiral de recesión y desempleo y hará imposible el pago de su deuda, que supone ya un 125 por ciento del PIB.
Pero Passos Coelho defendió ayer que sus medidas de austeridad, para ahorrar 4800 millones de euros en tres años con reducción de pensiones y de 30.000 funcionarios, jornada laboral más larga en la administración y un año más en la edad de jubilación, hasta los 66, son necesarias para que Portugal pueda permanecer en la Zona Euro.
El líder conservador recordó al PS la responsabilidad que tienen los partidos que pueden gobernar Portugal de cumplir los compromisos del país, sujeto al rescate financiero de 78.000 millones de euros que pidió hace dos años, poco antes de que los socialistas perdieran el poder en elecciones anticipadas. “O estamos y cumplimos o no estamos”, subrayó Passos Coelho en referencia a la permanencia de Portugal en la moneda común europea, y al advertir de que el coste social y económico de abandonarla “sería inmenso”.
Pero el PS, al igual que los sindicatos y las fuerzas marxistas del Parlamento, se apresuró a rechazar las medidas y la invitación al diálogo con el argumento de que son “más de lo mismo”, recaen sobre trabajadores y pensionistas y no combaten la recesión y el desempleo, que se ha duplicado en tres años, hasta el 18 por ciento. El mayor sindicato luso, la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP, comunista), con unos 700.000 afiliados, calificó las nuevas medidas de “brutales” y anunció protestas y movilizaciones este mismo mes.
También la más moderada Unión General de Trabajadores (UGT, socialista), con cerca de medio millón de seguidores, expresó su rechazo a negociar el nuevo e “inaceptable” paquete de austeridad. El marxista Bloque de Izquierda (BI) exigió, como los socialistas, la dimisión del gobierno, y sostuvo que Portugal no podrá pagar una deuda tan alta con medidas de austeridad que dificultan el crecimiento, la productividad y el consumo. En los próximos ocho años hay que pagar 125.000 millones de euros, “¿de dónde va a salir ese dinero?”, se preguntó João Semedo, coordinador del BI. Además, consideró las nuevas medidas una burla a la sentencia del Tribunal Constitucional, que el 5 de abril anuló otros recortes similares por valor de 1300 millón de euros.
El Sindicato de los Cuadros Técnicos del Estado (STE), cuyos afiliados están entre los más afectados por las medidas, se quejó de que el gobierno los “castiga de nuevo” sin tocar los beneficios de concesiones y proyectos públicos con grandes empresas privadas. Según el STE, los funcionarios, más de 600.000 en un país de 10,5 millones de habitantes, sufrirán en total recortes por cinco mil millones de euros, cerca de la mitad de todos los ahorros del sector público, desde que Passos Coelho llego al poder, hace dos años, y hasta que concluya su plan de austeridad, en 2017.
La función pública verá aumentar de 35 a 40 horas semanales el horario de trabajo, perderá complementos salariales y pasará por nuevos sistemas de selección y cualificación profesional para ahorrar costes. También los militares lanzaron duras críticas al Ejecutivo por el aumento de su edad de jubilación a 58 años, y un portavoz de la principal asociación de oficiales lamentó que se vaya hacia unas Fuerzas Armadas llenas de ancianos. La Federación de los Sindicatos de Transportes pidió audiencia urgente al premier para que aclare cómo van a trabajar los conductores profesionales hasta los 66 años, tras la decisión de ampliar un año la edad de jubilación, si sus permisos de conducción se extinguen a los 65.

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