jueves, 22 de noviembre de 2012

Oligarquía vendepatria. Acerca del Fallo de La Haya Colombia Nicaragua.

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 Hay que acatar el fallo de la Corte de La Haya, sobre San Andrés. En sectores muy importantes de la retardataria élite dominante está haciendo carrera la idea de no reconocer el reciente fallo inapelable de la Corte Internacional de Justicia, sobre el viejo Litigio de Colombia con la república Sandinista de Nicaragua sobre el Archipiélago de San Andrés y la frontera marítima. Promueven un inútil nacionalismo. El Estado Colombiano es un miembro muy importante de la Sociedad de Naciones que ha suscrito todos los Pactos Internacionales que regulan la compleja organización política global. Los dirigentes del gobierno se ufanan de sus altos niveles de aceptación en el mundo y existe la idea del actual Presidente J.M. Santos de presentarse próximamente como Candidato a la Secretaría General de las Naciones Unidas. Con anterioridad varios ex Presidentes han sido los Secretarios de la OEA, principal organismo del Sistema Interamericano. Colombia hace parte del Consejo de Seguridad de la ONU, el organismo de mayor peso de dicha entidad. O es poca cosa. El Fallo de la Corte Internacional de Justicia ha sido objetivo. El Tratado Bárcenas-Esquerra, es espurio, lo impuso la ocupación imperialista norteamericana al gobierno títere de Nicaragua en 1928, para favorecer los intereses geopolíticos de la potencia del Norte en el mar Caribe, en plena expansión desde 1850. El único que lo enfrentó fue el general de Hombres Libres, Cesar Augusto Sandino. El pacto de 1928, obligó con balloneta, cañoneras y bala yanky, la firma de los nicaragüenses, renunciando a sus derechos oceánicos. Ignominia que mantuvo el dictador Somoza, una marioneta norteamericana derrotada por los Sandinistas en 1979. Con el triunfo de la Revolución Sandinista, el pueblo centroamericano, levantó la bandera de sus derechos internacionales y marítimos y acudió a los organismos internacionales, que ahora le dan la razón. La cancillería colombiana, latifundio de una vieja oligarquía, propiedad de reconocidas familias de hacendados vallunos y sabaneros, que han dado prioridad en su gestión a sus conveniencias privadas y no a los de la nación entera. Ellos poco saben de eso. Amasar fortuna es su oficio principal.
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Nicaragua celebra y Colombia rechaza el fallo de la Corte Internacional de La Haya, sobre el  diferendo limítrofe de San Andrés. 
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Oligarquía vendepatria.  Acerca del Fallo de La Haya Colombia Nicaragua.
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Jueves 22 de noviembre del 2012.

Alberto Pinzón Sánchez (especial para ARGENPRESS.info)

El fallo definitivo de la Corte Internacional de la Haya, sobre el diferendo limítrofe entre Colombia y Nicaragua, que le ha devuelto a Nicaragua una porción de mar territorial y plataforma submarina, seguramente y por ser un asunto complejo con muchos ángulos, tendrá para Colombia múltiples repercusiones jurídicas, económicas y desde luego políticas.

Una de ellas, es que sin querer queriéndolo, se ha modificado desde fuera el mapa internacional de Colombia, sus fronteras y de paso el artículo 101 de la Constitución de Colombia expedida en 1991 vigente, en donde se describe que “forman Parte de Colombia, además del territorio continental, el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa catalina, la isla de Malpelo y demás islas, Islotes, cayos, morros y bancos que le pertenecen, el subsuelo, el mar territorial, la zona contigua, la plataforma continental, la zona económica exclusiva, el espacio aéreo, el segmento de la órbita, geoestacionaria, el espectro electromagnético y el espacio donde actúa, de conformidad con el Derecho Internacional o con o con las leyes colombianas a falta de normas internacionales” (CPC).

Es decir que la actual Constitución de Colombia, ha sido modificada sustancialmente, en medio de un proceso de paz que se adelanta entre el Estado colombiano y las FARC -Ep, las que siempre ha considerado que esa Constitución del 91 debe ser modificada en favor de las demandas populares y para que se garantice como máxima Ley, la paz con justicia social y soberanía.

En respuesta a este fallo internacional, a esta Oligarquía vendepatria y militarista colombiana lo único que se ocurre es rasgarse las vestiduras y convocar a los figurones del partido Conservador: Belisario, Pastrana, Noemí, y, del partido Liberal: Santos, Uribe Vélez, Cesar Gaviria, Angelino, Juan Lozano, María Emma y la canciller Holguín. No para denunciar que sus dos partidos políticos, dirigentes por dos siglos de los destinos del país, como los responsables históricos de la paulatina desmembración que Colombia ha sufrido a lo largo de la historia patria; sino para llenarse de un nacionalismo trasnochado y reaccionario que los justifique políticamente ante los colombianos y les apoye su precaria gobernabilidad, incluso recurriendo a las armas como lo acaba de anunciar el señor de las sombras Uribe Vélez.

Un repaso breve a uno de los tantos aspectos tocados en este fallo, cual es la historia de los tratados limítrofes modernos de Colombia, demuestra el entreguismo de la gran Oligarquía colombiana a los intereses de los monopolios imperialistas, para entregarles territorios alejados y abandonados a su suerte, en donde nunca ha ejercido una verdadera Soberanía. Veamos:

1.- Panamá entregada a la voracidad del Imperialismo Yanky en 1904, por el gobierno conservador de José Manuel Marroquín, con la firma de los liberales derrotados después de la famosa guerra de los mil días, mediante un tratado firmado en el acorazado US Navy “Wisconsin”, al mando del el vicealmirante Silas Casey. Territorio por el cual el gobierno colombiano recibió posteriormente 20 millones de dólares.

2.- Con Ecuador: Todo el territorio al norte del río Amazonas, entregado durante el gobierno conservador de José Vicente Concha y su canciller Marco Fidel Suarez, mediante “el tratado Muñoz Vernaza- Suarez de Julio de 1916. Territorio reclamado por la “Texaco “

3- Con Perú: Toda la Amazonía cauchera de la casa anglo-peruana “Arana”, entregada durante el gobierno del conservador de Pedro Nel Ospina, por el Plenipotenciario liberal Fabio Lozano Torrijos en 1922. Límites ratificados después de la escaramuza de guerra colombo peruana de 1932, por el ultra conservador Roberto Urdaneta Arbeláez, mediante “el protocolo Urdaneta -Belaúnde” de 1934.

4- Con Venezuela: Durante la dictadura conservadora de Laureano Gómez, la entrega por parte del ya mencionado ultraconservador Roberto Urdaneta Arbeláez, a cambio de la extradición del guerrillero llanero Eliseo Velázquez, de todo el archipiélago denominado de los monjes ricos en yacimientos Petrolíferos.

5- Y en el caso que se acaba de fallar con Nicaragua, basados en un tratado firmado en 1928 (año de la masacre de las bananeras de Macondo) cuando Nicaragua estaba ocupada por los Estados Unidos y, en Colombia gobernaba el abogado conservador de varias empresas estadounidenses Miguel Abadía Méndez, junto con el plenipotenciario Manuel Esguerra (¿ les suena ese apellido?) se logró ratificar el conocido tratado Bárcenas- Esguerra que definió la soberanía sobre la remota y abandonada región del archipiélago de San Andrés y, que en el 2001 dio origen a la demanda de Nicaragua ante la Corte Internacional de la Haya, acabada de fallar.

En esta última etapa, la diplomacia colombiana estuvo representada por el general del ejército colombiano Londoño Paredes, el conservador amigo personal del ex presidente Pastrana y su canciller Guillermo Fernández de Soto y por la actual canciller Holguín; dando muestras de una incapacidad diplomática manifiesta, o de extrañas circunstancias que se desconocen, para llegar a acuerdos directos mutuamente benéficos con el gobierno nicaragüense. Hoy el fallo internacional de obligatorio cumplimiento corrige esta desidia e indolencia oligárquica.

Uno se puede preguntar: ¿Cómo piensa o pretende la Oligarquía militarista y vendepatria de Colombia, liderada por el guerrerista Uribe Vélez, desconocer un fallo internacional como el proferido? ¿Haciendo causa común en su nacionalismo provinciano y reaccionario, con el musculoso y agresivo ministro de defensa de Santos; para amenazar con las armas al pueblo nicaragüense con su ejército de 500.000 hombres entrampados en una guerra de desgaste guerrillero, y, sobre todo, en medio de un proceso de paz como el que se adelanta en la Habana?

Pobres Oligarcas militaristas y vendepatria; la historia en lugar de absolverlos, los desnuda en toda su mezquindad e incapacidad como clase gobernante. ¡Patéticos!
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