domingo, 15 de julio de 2012

FRANCIA: Hollande reclamó un “esfuerzo justo”. El Presidente francés les dio su impronta a los festejos por el 14 de julio.

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El mandatario recordó que el déficit comercial de Francia alcanza los 70 mil millones de euros, por lo que instó a recuperar la capacidad del país para competir con otros. El presidente aludió a la herencia recibida del anterior gobierno conservador bajo la presidencia de Nicolas Sarkozy y destacó que la deuda de Francia alcanza al 90 por ciento de su riqueza, un nivel inaceptable y que obligará a recortes de gastos. “No excluyo ningún recurso de ingresos”, dijo. “Se trata de reestablecer las cuentas públicas”, agregó. El presidente manifestó que será necesario encontrar la manera de recortar 33 mil millones de euros en las cuentas de 2013 y enfatizó que se hará.
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El presidente francés durante los festejos de la fiesta nacional en París.

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FRANCIA: Hollande reclamó un “esfuerzo justo”.
El Presidente francés les dio su impronta a los festejos por el 14 de julio.
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El mandatario socialista calificó como inaceptable el plan de reestructuración de PSA Peugeot Citroën, que prevé ocho mil despidos, y recordó sus compromisos de la campaña de hacer que paguen más los que más tienen.

Página /12 Domingo 15 de julio del 2012.

El presidente francés, François Hollande, pidió ayer a sus compatriotas un “esfuerzo justo” para recuperar el lugar de su país en el mundo ante el reto de la crisis económica. Además, el mandatario socialista calificó como inaceptable el plan de reestructuración de PSA Peugeot Citroën, que prevé 8 mil despidos.
En su primer 14 de julio como presidente, François Hollande, imprimió su sello a una jornada simbólica en Francia y en una entrevista televisiva luego del desfile militar para conmemorar la revolución de 1789. Hollande manifestó una insistencia especial en que la lucha contra el desempleo será prioritaria durante sus cinco años de mandato, pero agregó que Francia tiene que aplicarse al mismo tiempo en recuperar la competitividad de su economía. “Hay que hacer un esfuerzo y tiene que ser justo”, explicó. Además, reiteró que no serán las clases medias las que soportarán únicamente el “esfuerzo justo” que pidió a los franceses y recordó sus compromisos de la campaña presidencial de hacer que paguen más los que más tienen. En este sentido apeló al deber de solidaridad que supone el impuesto sobre las fortunas, un recurso que calificó de deber de patriotismo, que vinculó al nuevo impuesto del 75 por ciento destinado a gravar las rentas superiores al millón de euros anuales.
El mandatario recordó que el déficit comercial de Francia alcanza los 70 mil millones de euros, por lo que instó a recuperar la capacidad del país para competir con otros. El presidente aludió a la herencia recibida del anterior gobierno conservador bajo la presidencia de Nicolas Sarkozy y destacó que la deuda de Francia alcanza al 90 por ciento de su riqueza, un nivel inaceptable y que obligará a recortes de gastos. “No excluyo ningún recurso de ingresos”, dijo. “Se trata de reestablecer las cuentas públicas”, agregó. El presidente manifestó que será necesario encontrar la manera de recortar 33 mil millones de euros en las cuentas de 2013 y enfatizó que se hará.
En materia europea, y consultado por su relación con la canciller federal alemana, Angela Merkel, rehusó la creación de expresiones como “Merkhollande”, para tratar de definir la existencia de un tándem director de la política de la Unión Europea y confirmó que ambos tienen ideas diferentes, aunque defendió que fue por su intervención personal en el Consejo Europeo celebrado en Bruselas que la Unión Europea (UE) se dotó de un plan de estímulo del crecimiento que completa las medidas de rigor impulsadas desde Berlín.
El discurso de Hollande se produjo en una semana en la que los franceses descubrieron el lado oscuro de la crisis económica, traducido en los 8 mil despidos anunciados por el fabricante de automóviles PSA Peugeot Citroën, el presidente no dudó en rechazar el plan presentado por la empresa. “Este plan era ya un rumor”, dijo. Incluso apuntó a que la dirección del grupo automovilístico había negado que tuviera intención de aplicar semejantes recortes de plantilla y vinculó el anuncio ahora, después de las elecciones, con una opción de no perjudicar los intereses electorales del presidente saliente. Sin embargo, aseguró que, tal como está presentado, el plan del fabricante es inaceptable. “Creo que ha habido una mentira”, disparó Hollande. El mandatario anticipó que se renegociará el plan y que se evitarán los despidos aunque no precisó detalles. “Fue un shock, un anuncio brutal para los trabajadores, las ciudades y las empresas que viven del sector automotor. Pero el Estado no dejará que suceda”, dijo el presidente. “Es muy fácil decir que el problema es el costo de las cargas laborales y continuar entregando dividendos a los accionistas”, afirmó. Asimismo, no excluyó una reforma laboral para bajar las cargas laborales a los empleadores. “Si debe haber una reforma, la haremos pero sobre elementos fiscales que sean justos”, subrayó.
El sector automotor es el primero en transmitir señales inquietantes. El anuncio de la mayor automotriz francesa de que cerrará una fábrica y suprimirá 8 mil empleos en dos años –la cifra se estiraría a 20 mil trabajadores más ligados a PSA– llevará al gobierno a presentar el 25 de julio un “plan de apoyo” para el sector, según confirmó Hollande.
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