domingo, 11 de marzo de 2012

La liberación femenina y la lucha por el Socialismo Revolucionario.

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Día Internacional de la Mujer. Rendimos nuestro homenaje y admiración a extraordinarias e históricas mujeres que forjaron con su vida, lucha y ejemplo el camino hacia el reconocimiento de sus derechos ciudadanos en el "imaginario" por su emancipación social y política. Nuestro reconocimiento a las miles de mujeres que inician el Gran Movimiento Social “Sufragista” desde 1890 en Europa y “terminan” en Estados Unidos a mediados de la década del 1920. Cientos de Mujeres en todo el mundo entregaron su vida por forjar un Día Universal de reconocimiento, respeto y vigencia de sus Derechos fundamentales. En la coyuntura mundial, donde la globalización neoliberal ha arrasado con todos los derechos sociales principales del ser humano. Hoy cuando la brutalidad y salvajismo de los políticos, banqueros, tecnócratas y corporaciones transnacionales hacen tabla raza con los derechos constitucionales de todos los ciudadanos (as) en Europa – otrora Democracia Liberal, que aportó al mundo la más grande y extraordinaria experiencia social y política: el Modelo Social Europeo – millones de mujeres son víctimas de las políticas de exterminio en el Cuerno del África, en el África Subsahariana, en América Latina, Asia, donde el hambre, la miseria, la pobreza, la desnutrición de los niños, la nuevas formas de explotación, el saqueo y el pillaje de sus recursos naturales, donde es necesario y urgente avisar a los creadores y fundadores de la Democracia que los bancos eran más peligrosos que los ejércitos, si se les deja controlar el poder, porque están condenando a miles de millones de mujeres a condiciones infra-humanas y de sobrevivencia. Este es el escenario, local, nacional, continental, global donde con la fuerza, energía, valores, compromiso y responsabilidad emergen miles de mujeres clasistas, revolucionarias luchando por un Mundo Nuevo y Socialista.



Nuestro homenaje también a las miles de mujeres que hoy junto a millones de hombres luchan por conseguir un mundo libre de miseria, hambre, explotación, tiranía y dictaduras en el mundo Árabe. Nuestro homenaje a las nuevas generaciones de mujeres que luchan por el derecho al trabajo, a mejor educación, mejor asistencia en salud, por sus derechos fundamentales en un mundo totalmente “ciego y sordo” dominado por la codicia, un mundo sin valores; nuestro homenaje a la Mujer Juvenil – millones de mujeres jóvenes – que hoy en todo el mundo luchan por una nueva civilización humana – reconocimiento a Camila Vallejo, extraordinaria dirigente universitaria que lucha por la transformación de la Educación en Chile, frente a un gobierno de la derecha política, conservadora y opuesta a cualquier cambio a favor de su pueblo -. Y en fin nuestro homenaje central a todas las Mujeres del Mundo. En el Perú y Arequipa, Ustedes son nuestra razón de ser, ustedes son nuestra guía, nuestra esperanza en la lucha por un Perú Nuevo en Mundo Nuevo.


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Foto: Estados Unidos, Derechos laborales, Represión - Estado en quedó la fábrica Cotton Textile Factory de Nueva York en 1908, luego del incendio (realizado por la patronal) que provocó la muerte de 129 obreras que solicitaban una jornada laboral de diez horas, descanso dominical e igual salario por igual trabajo.
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La liberación femenina y la lucha por el Socialismo Revolucionario.


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Jueves 8 de marzo del 2012.


Homar Garcés (especial para ARGENPRESS.info)



Cuando nos referimos al “Día Internacional de la Mujer” muchas veces obviamos el carácter clasista, socialista y revolucionario que se le quiso imprimir a tal celebración por iniciativa de las mujeres socialistas (o comunistas) como Clara Zetkin. Como antecedentes hallamos que el 28 de febrero de 1909 se proclamó por primera vez el “Día de las mujeres socialistas” en Estados Unidos tras una proposición del Partido Socialista estadounidense.



Luego, en agosto de 1910, la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, con más de 100 mujeres procedentes de 17 países, reunida en Copenhague, proclamó el “Día Internacional de la Mujer Trabajadora”, propuesto por la socialista alemana Luise Zietz respaldada por Clara Zetkin, el cual serviría de referencia para todos los colectivos femeninos como una jornada de lucha por los derechos de las mujeres. La proposición se aprobó unánimemente. El objetivo, desde entonces, era promover la igualdad de derechos, incluyendo el sufragio para las mujeres. Pero no se limitaba nada más que a una igualdad en un mundo-sistema dominado por los hombres, lo que puso a prueba el carácter revolucionario de muchos que aún seguían pensando y actuando como sus pares burgueses.


Lenin entendió, desde mucho antes, que “no es posible incorporar las masas a la política sin incorporar a las mujeres. Porque, bajo el capitalismo, la mitad femenina del género humano esta doblemente oprimida. La obrera y la campesina son oprimidas por el capital, y además, incluso en las repúblicas burguesas más democráticas no tienen plenitud de derechos, ya que la ley les niega la igualdad con el hombre. Esto, en primer lugar, y en segundo lugar -lo que es más importante-, permanecen en la ‘esclavitud casera’, son ‘esclavas del hogar’, viven agobiadas por la labor más mezquina, más ingrata, más dura y más embrutecedora: la de la cocina y, en general, la de la economía doméstica familiar individual”.



Esto supuso cierta comprensión del estado de desigualdad y de explotación padecido desde siglos por las mujeres basado en las normas impuestas por la familia, la propiedad privada y el Estado, pero siguió siendo una concesión de parte de los hombres, a pesar que ya algunos espacios no serían en lo adelante una exclusividad de estos gracias al empeño de aquellas en situarse en pie de igualdad con sus semejantes masculinos, asumiendo conductas propiamente varoniles, sobre todo, en cargos ejecutivos o de gobierno, desvirtuando en algún grado la lucha de sus congéneres. De esta forma, la discriminación hacia la mujer tuvo que explicarse bajo otros parámetros, esta vez históricos y sociales, tal como lo hizo Federico Engels mediante su obra “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”. Esto obligó, a su vez, a los hombres revolucionarios (al igual que a las mujeres revolucionarios) interrogarse respecto a los vínculos existentes entre la lucha por la liberación de las mujeres y la lucha por el socialismo revolucionario, algo que no ha sido unánimemente respondido.



En la actualidad, la lucha por la liberación femenina se ha extendido hacia otros ámbitos, resultando ser al mismo tiempo pacifista, ecologista, antiimperialista, anticapitalista, antirracista, anticolonialista y defensora de su identidad cultural, tanto en sentido colectivo como individual, convirtiéndose, por consiguiente, en la lucha más integral que pudiera darse, puesto que no se limita nada más que a lo político o a lo económico, sino que los trasciende y transversaliza. De ahí que la liberación femenina tenga más aproximaciones ideológicas con el socialismo revolucionario que con el capitalismo depredador y explotador, cuestión que merecería una mayor extensión y profundización.-


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