domingo, 1 de mayo de 2011

Samir Amin anuncia que “el futuro de China lo decidirán sus contradicciones internas”.

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A propósito del panorama económico actual y a preguntas de FARO Samir Amin explicó que "China es el número uno de los países emergentes, aunque hay otros dos colosos que son India y Brasil, y otros de menor talla. Esos fueron los países que en la etapa anterior de la mundialización imperialista, anterior al capitalismo de monopolio generalizado (globalización), después de la II Guerra Mundial han obligado al imperialismo a ajustarse... Crearon las condiciones para poder, por algunas décadas, para beneficiarse de la nueva mundialización, pero eso no puede continuar porque están en conflicto de hecho con el imperialismo de la tríada (Estados Unidos, Europa Occidental y Japón), de hecho están en conflicto en varias áreas decisivas, para empezar el control de la tecnología: son países que pueden desarrollar tecnología sin importarla y sin pagar la tasa de los monopolios, que pueden controlar y usar recursos generales, mejor o peor que Europa Occidental ojo, similar o no similar que eso es otro problema, pero son países que pueden desarrollar un sistema financiero del sur, independiente o autónomo al menos, del norte. Y también a nivel militar.


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Samir Amin, economista egipcio, socialista y marxista, Presidente del Foro del Tercer Mundo. Conferencista Central en el Foro Social Mundial.
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Samir Amin anuncia que “el futuro de China lo decidirán sus contradicciones internas”.


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El economista egipcio y Presidente del Foro del Tercer Mundo, clausuró ayer la 28 Semana Galega de Filosofía, que le rindió un cálido homenaje.


Sábado 30 de abril del 2011.


SUSANA REGUEIRA - PONTEVEDRA El término de globalización no significa mucho: alude en realidad a una nueva etapa del imperialismo que solo hará ahondar en la crisis, provocando mayores desigualdades. El Islam político es en realidad un instrumento de la globalización y el modelo chino, la referencia que propone el número uno entre los países emergentes, entrará en contradicción a medio plazo y eso será en realidad lo que decida el futuro del dragón asiático. Son algunas de las claves del escenario internacional de las que habló esta semana en Pontevedra el economista egipcio y presidente del Foro del Tercer Mundo, Samir Amin, considerado una de las grandes figuras vivas del neomarxismo y que ayer clausuró la Semana Galega de Filosofía.


Cientos de congresistas (unos 400 inscritos, a mayores del público que decidió sumarse a la charla) se dieron cita ayer en el auditorio de Caixanova para cerrar un simposio dedicado a la mentira: en los medios, la tecnología, la política o la historia y que ha contado con 17 ponentes procedentes de diferentes universidades y centros de investigación. El encuentro rindió homenaje en su 28 edición a Samir Amin (una figura largamente esperada en el congreso) que dedicó la lección magistral de clausura a la trayectoria del capitalismo histórico.


"Filosofía e mentira" fue el lema de una edición cuyas conclusiones pasan porque el mundo está cambiando: los medios apuntalan la mentira "xerarquizando as informacións, dando primacía a unha s fontes sobre outras..."; los políticos tienen en el engaño una clave fundamental y la tecnología forma parte de los "instrumentos estructurales de dominación que someten a todos los pueblos", señaló Mercedes Moreno, integrante del Aula Castelao y encargada de leer las conclusiones de la Semana 2011.


El simposio tuvo críticas también para la ciencia médica, acusada de conspirar en un disparate global para derivar cientos de millones en recursos a investigaciones anecdóticas, descuidando la prevención y la vertiente social de la enfermedad.


A esta visión crítica contribuyeron ayer cuatro nuevos expertos: Samir Amin, el catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Santiago José Carlos Bermejo (con una de las ponencias más aplaudidas, dedicada a la mentira del "fin de la historia"), el magistrado del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco Luis Villares Naveira y el vicerrector de la Universidad de Vigo Xosé Henrique Costas.


A propósito del panorama económico actual y a preguntas de FARO Samir Amin explicó que "China es el número uno de los países emergentes, aunque hay otros dos colosos que son India y Brasil, y otros de menor talla. Esos fueron los países que en la etapa anterior de la mundialización imperialista, anterior al capitalismo de monopolio generalizado (globalización), después de la II Guerra Mundial han obligado al imperialismo a ajustarse... Crearon las condiciones para poder, por algunas décadas, para beneficiarse de la nueva mundialización, pero eso no puede continuar porque están en conflicto de hecho con el imperialismo de la tríada (Estados Unidos, Europa Occidental y Japón), de hecho están en conflicto en varias áreas decisivas, para empezar el control de la tecnología: son países que pueden desarrollar tecnología sin importarla y sin pagar la tasa de los monopolios, que pueden controlar y usar recursos generales, mejor o peor que Europa Occidental ojo, similar o no similar que eso es otro problema, pero son países que pueden desarrollar un sistema financiero del sur, independiente o autónomo al menos, del norte. Y también a nivel militar.


Pues China es el número uno a todo ese nivel". ¿Y por qué China es el número uno? Porque el avance producido por el maoísmo permitió crear las condiciones objetivas necesarias para ese "boom", que no existe al mismo grado en Brasil o la India, o si se producen no a tal grado: jornadas laborales imposibles, transferencia tecnológica... ¿Es China socialista? Samir Amin conviene en que no: "No es un país socialista, pero tampoco es una potencia imperialista del norte, y las contradicciones sociales internas son las que van a decidir finalmente sobre cual será la evolución futura de China: la batalla, no quiero decir por el socialismo sino en la dirección del socialismo, continúa todavía en China".


Si no puede hablarse de globalización ¿Qué caracteriza a este nuevo capitalismo que ha recibido ese nombre? En opinión de Samir Amin que "todo el sistema productivo está sometido a los monopolios, lo que no sucedía antes de 1970 o 1980, de modo que los fragmentos del capitalismo que parecen no ser monopolios están de facto sometidos, controlados. Por ejemplo los campesinos que producen son prisioneros de las compañías, los monopolios que crean fertilizantes, abonos, etc y son prisioneros de compañías de supermarketing, eso se sabe".

Monopolio generalizado.


Este sistema de monopolio generalizado produce "una renta de monopolio a favor de los monopolios, el ratio de beneficio para los monopolios es del 15% y el ratio de los sectores subordinados es del 5%, es una renta monopolística, por eso cuando Bruselas habla de concurrencia, competición etc, sólo son palabras, no es el sistema real sino propaganda, no es el capitalismo real. Y a nivel mundial la renta de los monopolios es imperialista, estos monopolios son de la tríada (Estados Unidos, Europa Occidental y Japón) y al nivel mundial reciben una renta sobre las materias primas, las industrias explotadas, tecnología etc.


Como consecuencia de este cambio de capitalismo de monopolio a capitalismo de monopolio generalizado hay consecuencias políticas mayores: la primera es que el imperialismo ahora es el imperialismo colectivo de la tríada, antes no había "el imperialismo", había potencias como Gran Bretaña, Alemania, Estados Unidos etc, ahora hay un colectivo imperialista y eso es un cambio político fundamental, hay que hablar en esos términos porque decir globalización es decir nada".


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