viernes, 29 de abril de 2011

Las relaciones Internacionales y la nueva etapa del capitalismo. No está en juego el sistema capitalista. El Nuevo Poder Global deChina.

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Estados Unidos mantiene el poder militar, que ostenta desde finalizada la segunda guerra mundial, en el mundo capitalista y a nivel global, después de la caída de la Unión Soviética. Esto le da un especial poder en materia política. Desde las últimas décadas mantiene un fuerte predominio en el área comunicacional, otro elemento relevante de poder. Es la primera economía mundial y mantiene un fuerte poder financiero que deriva de la presencia del dólar como moneda central de intercambio y de reserva, de la fuerza del centro financiero de Nueva York, que pese a la crisis de 2008 no ha sido sustituido por ningún otro centro y al hecho de que en situaciones críticas el mercado financiero centraliza sus demandas sobre títulos emitidos por el gobierno de EEUU.


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Las relaciones internacionales entre las potencias imperialistas, hoy en crisis y recesión, sin salida de solución en el corto plazo. Protegen el sistema capitalista y observan con mucha reserva el nuevo poder económico mundial de la República Popular China.
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Las relaciones Internacionales y la nueva etapa del capitalismo.


“No está en juego el capitalismo, la crisis Europea, el Nuevo Poder de China y la ausencia de “solución en el corto plazo”.


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Por Alberto Couriel.


LR21.com Miércoles 27 de abril del 2011.


Los acontecimientos internacionales, en un mundo globalizado, tienen un enorme peso en la evolución de los distintos países. Los avances tecnológicos son determinantes en las relaciones militares, políticas y económicas. La crisis financiera de 2008 en EEUU repercutió directamente en todo el mundo, por tratarse de la primera economía mundial, con hegemonía financiera, al disponer y decidir sobre el dólar, la moneda de intercambio y de reserva internacional. Los países de América Latina más dependientes de EEUU ­como México y América Central­ vieron afectadas sus relaciones comerciales y perdieron dinamismo económico.


América del Sur estuvo menos afectada, por el aumento de los precios internacionales de sus productos de exportación, derivado del fuerte dinamismo económico y comercial de China y de acciones especulativas en los mercados financieros con títulos vinculados a las principales commodities. Ello facilitó la entrada de capitales a la región, por la baja tasa de interés en el mercado financiero internacional, y de inversión extranjera directa, por la propia valorización de los recursos naturales. En esencia, los acontecimientos internacionales, especialmente en el mundo desarrollado, son relevantes para el resto del mundo. Por eso es indispensable entender las características de las relaciones de poder en el mundo internacional.


Estados Unidos mantiene el poder militar, que ostenta desde finalizada la segunda guerra mundial, en el mundo capitalista y a nivel global, después de la caída de la Unión Soviética. Esto le da un especial poder en materia política. Desde las últimas décadas mantiene un fuerte predominio en el área comunicacional, otro elemento relevante de poder. Es la primera economía mundial y mantiene un fuerte poder financiero que deriva de la presencia del dólar como moneda central de intercambio y de reserva, de la fuerza del centro financiero de Nueva York, que pese a la crisis de 2008 no ha sido sustituido por ningún otro centro y al hecho de que en situaciones críticas el mercado financiero centraliza sus demandas sobre títulos emitidos por el gobierno de EEUU.


En materia comercial es más clara la competencia; durante la década del 70 por los avances de Alemania y Japón y, en la actualidad, por los extraordinarios avances de China, que ya se ubica como la segunda economía mundial. Puede haber declinaciones en estas relaciones de poder, pero EEUU sigue siendo muy fuerte y manteniendo su capacidad de avance tecnológico y de innovación, que le da poder y es uno de los elementos centrales de la continuidad del régimen capitalista, tal como lo expresa el brasileño José Luis Fiori.


La Unión Europea es la que sufre con mayor nitidez pérdidas de poder en el plano militar, político y económico. No tiene objetivos ni prioridades estratégicas comunes, no tiene unidad en la política internacional, como se demostró en la invasión a Irak y tiene una moneda común jaqueada, en la medida en que existen políticas monetarias y cambiarias comunes, pero las más diversas políticas fiscales entre sus miembros componentes.


Hay un claro predominio de Alemania, con la característica de que mientras Kohl quería europeizar Alemania, Merkel aspira a germanizar Europa. Bajo el euro, con predominio de Alemania, se suponía que las crisis de los distintos países podrían ser atendidas por ésta. Pero se resolvió que los países se hagan cargo de sus propias crisis, distinto a lo que hace EEUU con las crisis de sus Estados. En la actualidad Europa sufre una profunda crisis financiera y económica que la enfrenta con profundos ajustes económicos liderados por el Banco Central de Europa con el asesoramiento del FMI.


Quienes estudiamos el accionar del FMI en América Latina conocemos que su objetivo prioritario es atender a los acreedores financieros de las deudas externas de los países de la región. Y posteriormente, enfrentar los procesos inflacionarios con recetas ortodoxas que no siempre se adecúan a las realidades específicas, y, por supuesto, a los desequilibrios de la balanza de pagos. Europa sufre de esta etapa de un capitalismo financiero predominante, donde los grandes bancos privados y fondos de inversión y de pensiones tienen mucha fuerza.


Los bancos privados cobraron muy fuertes rescates con la crisis del 2008, volvieron a obtener grandes ganancias y a pagar sueldos exorbitantes a sus ejecutivos. Los bancos alemanes son los principales acreedores de la deuda externa de Grecia. La apreciación del euro afecta la competitividad de algunos países ­aunque no de Alemania­ que no pueden devaluar e intentan mejorar con fuertes caídas salariales. No aparece muy claro como saldrán de su situación crítica países como Grecia, Irlanda, Portugal y tal vez mañana España e Italia.


Las crisis económicas tienen repercusiones políticas y no se descartan consecuencias sociales. Es la crisis del capitalismo financiero, que no necesariamente vislumbra una caída del régimen capitalista, pero que presenta enormes dificultades de salidas en el corto plazo. Los próximos 5 años van a ser muy difíciles para la Unión Europea y no aparecen medidas claras para enfrentar al propio capitalismo financiero, sino más bien para fortalecerlo y, por lo tanto, la continuidad de la propia crisis.


No está en juego el capitalismo, pero se mantendrán incertidumbres en la medida que lo financiero sea lo predominante en las relaciones económicas. El propio G-20 parecía, en una primera etapa, enfrentar al capitalismo financiero, pero en la actualidad bajo la égida del FMI, seguiremos sufriendo sus consecuencias negativas.


En materia comercial aparece China como nueva potencia, como la segunda economía mundial, el principal exportador de productos manufacturados y con predominio político en el ámbito regional. Con una política internacional cuidadosa de sus relaciones con EEUU y con una elevada reserva internacional en títulos emitidos por los gobiernos de EEUU.


Para América Latina las proyecciones económicas y comerciales de China son muy relevantes, en la medida que es el principal comprador de Brasil y de Chile, que el 10% de crecimiento de su economía asegura un aumento del 4% en la región. Pero también presenta las dificultades de que compran recursos naturales y venden productos manufacturados, generando una nueva versión de las antiguas relaciones Centro-Periferia que caracterizaron históricamente a América Latina. El BRICS (Brasil, China, India, Rusia y Sud África) pasará a tener relevancia en las futuras relaciones internacionales de poder.


Mientras tanto, las potencias occidentales (especialmente EEUU, Inglaterra y Francia) deciden bombardear Libia por razones humanitarias, asesinando a ciudadanos civiles indefensos. Los antiguos presidentes aliados se volvieron dictadores, que siempre fueron, y son atacados para defender los intereses petroleros de las grandes compañías de las grandes potencias, y enfrentar los peligros del islamismo, surgidos después de los atentados del 11 de setiembre de 2001.


Surgen incertidumbres sobre los futuros gobiernos donde existen revueltas árabes. No sabemos cuánto jugará lo religioso, si habrá democracia, como jugarán las luchas tribales, cuán importante será el rol que seguirán jugando las redes sociales, que aprovechan los avances tecnológicos de la información. Es factible que las relaciones de poder internacional sigan definiendo el futuro de dicha región.


* Senador por la 609-FA, economista.


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