Hay más de 28 millones de mexicanos en Estados Unidos.

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"México, lindo y querido" que grande fue, pero hoy con duda podemos afirmar, que ofrece de positivo, de futuro la Democracia liberal, representativa, un gobierno en un país grande e histórico como México más de 110 millones de habitantes. Hoy 28 millones de mexicanos en Estados Unidos. La población de nuestro país o las poblaciones de cuantos otros países centroamericanos o sudamericanos. Siguen siendo las remesas, - a pesar de la crisis económico-financiera-especulativa estructural en que se debate el imperialismo norteamericano, la primera fuente de divisas. Y el TLC con Estados Unidos y Canadá, acaso no expresaban sus políticos, banqueros y empresarios que aportaba en su solución. Y su petróleo, su turismo - el más exitoso de América latina - que fue. Porque semejante migración, especialmente de millones de jóvenes. Un modelo de Estado y sistema político "inviable" corrupto y en peligro de ser capturado por la economía criminal: el narcotráfico, el lavado de dinero, la migración ilegal, los grupos de terror armados que han transformado a varias de sus ciudades en las más inseguras y peligrosas del mundo. La valiosa y extraordinaria juventud mexicana tiene en sus manos el poder de recuperar la Dignidad, la verdadera Democracia y la Historia de su Pueblo.

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Hay más de 28 millones de mexicanos en Estados Unidos.

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Portal. Lunes 3 de enero del 2011.

Agencia MVT

La investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de México, Norma Baca Tavira, informó que en el primer lustro de este siglo, la oficina de censos de Estados Unidos estimó una cifra cercana a 28 millones de personas de origen mexicano residentes en aquel país, lo cual habla de una amplia comunidad entre ambas naciones.

Expresó que las movilidades de población entre naciones se producen y reproducen en y entre contextos socioespaciales transformados por procesos como el de la globalización, que ha generado una expansión económica y un cambio tecnológico sin precedentes, facilitando e intensificando la conexión entre territorios y dejando a un lado el fenómeno de la desigualdad.

Refirió que la migración México-Estados Unidos es un fenómeno social centenario y masivo, lo que hace de este sistema migratorio un fenómeno particular, a la vez que un proceso muy complejo.

Añadió que con esta intensa movilidad de personas se activaron y consolidaron redes sociales, familiares y culturales, configurando un complejo sistema de intercambio y circulación de gente, dinero, servicios, intereses políticos, bienes e información entre los asentamientos de migrantes en el norte y las comunidades de origen en el sur.

Baca Tavira refirió que no obstante que las personas inmigrantes trabajan y viven, por lo común, en ambientes adversos y de conflicto y, pese al continuo desgaste, los migrantes a lo largo del tiempo y desde la distancia, han mantenido vínculos con sus comunidades de origen, por medio de la organización de clubes o asociaciones, y generan nuevas formas organizativas para la participación cívica y social transnacionales.

En este sentido, comentó que con o sin acuerdos institucionales, durante décadas, los migrantes han generado estrechos lazos con sus orígenes en el sur. “La interconexión de estos elementos la mantiene la compleja red social tejida por lazos personales, familiares y comunitarios que reproducen un cotidiano colectivo o comunitario transnacional”.

Abundó que las organizaciones de migrantes desarrollan un papel central en el fortalecimiento de vínculos con los pueblos de los que provienen originariamente sus miembros; a través de los clubes se canalizan las remesas colectivas y se estimula la inversión comunitaria en México.

Por último, manifestó que el nuevo enfoque del Estado mexicano hacia los migrantes y sus organizaciones fue la respuesta a varios estímulos; por un lado, las presiones del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional y del Banco Interamericano de Desarrollo, cuya agenda política mundial considera la gestión o gobernabilidad de la migración como una condición necesaria para controlar los crecientes flujos de emigrantes provenientes de países pobres.

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