jueves, 2 de septiembre de 2010

COMENTARIO AL LIBRO: GOBERNABILIDAD Y GOBERNANZA. Instituciones hacia el Siglo XXI.

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¿Es aquí donde se esboza la idea de la Gobernabilidad, como una propuesta teórica frente a la In-gobernabilidad real y actuante en ese periodo histórico?. Suponemos que las nuevas ideas en torno a conceptos universales como Gobierno, Poder, Democracia, Socialismo, Humanismo, Capitalismo, Imperialismo, etc., que ya fueron delineadas por muchos filósofos o sociólogos anteriormente, necesitaban de una revisión, ¿ pero desde qué punto de vista?. En el campo socialista se medita sobre los aportes de Marx, a los cuales se suman los de Lenin, Mao, como intelectuales, hombres de acción y estadistas, frente a otros meramente intelectuales como Lukacs, Gramsci, Lefrebve y otros más polémicos como Trotsky o Althusser, para nombrar algunos casos determinantes en el pensamiento izquierdista del periodo de crisis, anunciada ya a partir de los 60 o 70. En el campo de la derecha también se intensifica la lucha ideológica acrecentada por la guerra fría y sus consecuencias armamentistas, se cuestiona la existencia de un “socialismo real”, en consecuencia podríamos retrucar el problema preguntando si hay una “democracia real”.
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COMEMTARIO AL LIBRO:

GOBERNABILIDAD Y GOBERNANZA: INSTITUCIONES HACIA EL SIGLO XXI.


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Dr. Tito Cáceres Cuadros. *



Dr. Pablo Raúl Fernández Llerena en la presentación de su Libro.
Paraninfo Arequipa. Universidad Nacional San Agustín de Arequipa.

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Dr. Pablo Raúl Fernández Llerena.

Dr. en Sociología. Politólogo. MS.c. en Comunicación.

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Raúl Fernández Llerena se ubica entre los pocos estudiosos de nuestro medio, que es capaz de mantener un discurso coherente en torno a las Ciencias Sociales y Políticas y, desde sus formación ideológica, bastante conocida por su práctica sindicalista y consejería institucionalista; ha venido reflexionando sobre los problemas contemporáneos, especialmente a partir de las crisis sucesivas del capitalismo, que luego de la liquidación de bipolaridad del mundo, debido a la caída del socialismo, por razones que se vienen esbozando esquemáticamente, se ha convertido en el reino incierto de la unipolaridad, de la sociedad consumista de mercado y tecnológica, que ha desembocado en las discutidas globalización y posmodernidad.

El presente libro, lleva un título que ya define su contenido y propósito, de suerte que sólo nos queda comentar su influencia cercana y vislumbrar alguna proyección, tanto de su temática como de su repercusión en los ámbitos universitarios y políticos del país. Para iniciar sus ensayos, pues son varios lo que conforman el libro, el autor se ubica en el terreno de la historiografía dando cuenta de los principales sucesos de las últimas tres décadas, porque allí está el origen de las discusiones teóricas sobre las cuales se centra todo. No nos olvidemos que luego de la segunda guerra mundial, el nuevo ordenamiento del mundo, que dio origen a la bipolaridad, mediante creaciones un tanto artificiales como Occidente y Este, Mundo Libre y Mundo Totalitario, Democracias y Regímenes Dictatoriales, etc.; creados por los exegetas del mundo capitalista, amenazados por la expansión del pensamiento socialista, que al revés de los áulicos occidentalistas, desencadenó una serie de movimientos libertarios, especialmente en las esferas de los países sojuzgados, explotados y calificados eufemísticamente como “tercermundistas” u ofensivamente como “subdesarrollados”. Pero también dentro de estas democracias modélicas, sólo en la letra, se manifestaron movimientos libertarios, contra el autoritarismo, el conservadurismo y la dureza y violencia discriminatoria.
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Así las Revueltas estudiantiles de mayo del 68, en los países de mayor desarrollo industrial y capitalista, nos referimos a Estados Unidos, donde se inició como una protesta contra la guerra de Vietnam, agresión imperialista repudiada por la juventud y los librepensadores de todo el mundo, luego en Francia, que acusaba un desarrollo económico envidiable, pero anacrónicos sistemas universitarios y el desperdicio de los egresados, que convertían en desempleados que, poco a poco, por su proletarización se tornaron cada vez más radicales y cuestionadores del sistema. En cada país, Alemania, por ejemplo, donde se desenmascaró a los antiguos nazistas enquistados en el gobierno, en Italia, en Inglaterra donde el fin del imperio colonial de la India o el África, dio lugar a una juventud, contestaria, como la francesa, pero llena de “angry men” , en Italia, etc. con repercusiones “sui géneris” como en México, reprimida brutalmente “ad portas” de la olimpiadas, en Argentina y hasta en el Perú. Ni qué decir de las liberaciones del Congo, Angola, Argelia, etc., donde el influjo de la Revolución Cubana repercutió en la guerrillas y movimientos en toda Latinoamérica. O la Rebelión Negra en Estados Unidos con las mismas características, guerrillas urbanas, guerra racial contra la intolerancia. El surgimiento de íconos será la tónica de una creciente simbolización del pueblo que busca su redención. El “Che” Guevara ha pasado a la inmortalidad, pero debemos recordar a tantos mártires como Lumumba, Malcolm X, que se unen a carismáticos luchadores como Fidel Castro, Ho Chi Min que resucitan a Sandino, Farabundo Martí, Emiliano Zapata y muchos más en cada país.

¿Es aquí donde se esboza la idea de la Gobernabilidad, como una propuesta teórica frente a la In-gobernabilidad real y actuante en ese periodo histórico?. Suponemos que las nuevas ideas en torno a conceptos universales como Gobierno, Poder, Democracia, Socialismo, Humanismo, Capitalismo, Imperialismo, etc., que ya fueron delineadas por muchos filósofos o sociólogos anteriormente, necesitaban de una revisión, ¿ pero desde qué punto de vista?. En el campo socialista se medita sobre los aportes de Marx, a los cuales se suman los de Lenin, Mao, como intelectuales, hombres de acción y estadistas, frente a otros meramente intelectuales como Lukacs, Gramsci, Lefrebve y otros más polémicos como Trotsky o Althusser, para nombrar algunos casos determinantes en el pensamiento izquierdista del periodo de crisis, anunciada ya a partir de los 60 o 70. En el campo de la derecha también se intensifica la lucha ideológica acrecentada por la guerra fría y sus consecuencias armamentistas, se cuestiona la existencia de un “socialismo real”, en consecuencia podríamos retrucar el problema preguntando si hay una “democracia real”.

Como consecuencia de los hechos acaecidos en este periodo, surgen innumerables posturas que entre teóricas y especulativas tratan de explicar la realidad histórica. Los problemas que surgen en el campo socialista, derivan de las diferentes realidades tanto económicas en su desarrollo, como en lo cultural y las luchas para llegar a una modernidad que no se distancie de los ejes del materialismo, tanto dialéctico como histórico. La aparición de disidencias tiene que ver con algunos ortodoxos que no concuerdan con determinadas políticas de gobierno e internacionalización del socialismo, pero también por la penetración ideológica sutil del idealismo occidental, que no es mas que un paso para que a nivel superestructural se anhele una vuelta a la Base o Estructura anterior.
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En el campo del capitalismo, son las luchas de minorías ilustradas o de los iletrados en ebullición que reclaman por un cambio en las estructuras vigentes dentro de las democracias occidentales. Obreros, campesinos e intelectuales libran batallas continuas, ya sea separadamente o en conjunto. Una pregunta que necesita una respuesta mayormente analítica, que no es aún total, se plantea alrededor del por qué en occidente se sigue con el mismo sistema a pesar de todos los brotes de violencia, movimientos emancipatorios y proliferación de teóricos que van desde la ortodoxia hasta la heterodoxia más profesoral; y cuáles son las causas reales de la disgregación del campo socialista, que también tuvo movimientos obreros, juveniles y núcleos intelectuales en contra. ¿Es que un sistema es más inmune a las rebeliones internas y las asimila y el otro no?, o ¿es que no se cumplió con la eliminación de los rezagos de la superestructura anterior, no sólo coercitivamente sino mediante una educación integral?. No hay ninguna duda que la tentación del capitalismo y su exitismo en la vida con la consecución de riquezas y el individualismo burgués no se erradican fácilmente, de allí que muchos de los grandes revolucionarios jóvenes se transformen en reformista tibios en su madurez.

Pero volvamos al texto de Fernández Llerena y la gobernabilidad democrática, donde el autor analiza todas las secuencias de todas las crisis, económica, política, cultural, social, institucional, etc., dentro de los países “desarrollados” (capitalísticamente hablando), su cuestionamiento es hacia las capacidades expuestas para salir de manera oportuna, con fuerza política y la solución a los crecientes movimientos de la ciudadanía en general, comprendidos, por su puesto, agentes gremiales, sindicales y políticos en general.

De suerte que el libro, estructurado por capítulos como ensayos independientes que se articulan temáticamente, es un compendio de análisis metodológicos sobre la globalización, el neoliberalismo, la modernidad, de una manera didáctica, con ejemplos y diagramas en algunos casos, tanto a nivel general o universal, como específicamente en Latinoamérica y nuestro país, no tan ampliamente como quisiéramos en este último caso. De paso es una lectura documentada o sintetizada de las bases teóricas para la gobernabilidad democrática, en sus aspectos filosóficos, sociológicos, de derecho, así se da énfasis a los planteamientos de los dudosos “novismos” como los neoconservadores (si cabe la antinomia), neoliberales y neo-marxistas (si es que siguen siendo marxistas) para postular a la conceptualización polisémica de la gobernabilidad. Para ello se apoya en las opiniones de varios politólogos. Como todo libro de un profesor, que anhela, no sé si abierta o secretamente, que su texto se convierta en un manual, Fernández Llerena recurre a la reiteración de conceptos y definiciones a lo largo de todas sus páginas, estimo que no es una deficiencia estilística, sino el recurso magisterial, de verificar el Contacto, como dice Jakobson, o de centrarse en el lector como interlocutor al cual se lo somete a un reforzamiento escalonado que es algo más que un ejercicio intelectual.

Pero en suma, qué es la gobernabilidad y qué, la gobernanza, a las cuales se alude desde el título hasta el desarrollo de los capítulos. La primera es el “estado o grado de equilibrio dinámico entre demandas sociales y capacidad de respuesta gubernamental”. La Academia define como “Cualidad de gobernable”, semánticamente hablando la cualificación postula a una especie de esencia del acto de gobernar, que la filosofía precisa como “cualquier determinación de un objeto” y se diferencia de la “propiedad”, que indica a su vez la que “caracteriza o individualiza al objeto mismo” como “propia de él”. Abbagnano, recuerda que en Aristóteles, dentro de la “familia de conceptos”, se pueden distinguir los hábitos y disposiciones, la capacidad o incapacidad natural, las afecciones y sus consecuencias, todas aplicadas al campo social o político. Por su parte la Gobernanza , era entendida “Acción y efecto de gobernar o gobernarse”, como sinónimo de Gobierno; pero la Academia, atendiendo a la modernidad, precisa como “Arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero promoviendo un sano equilibrio entre el estado, la sociedad civil y el mercado de la economía”.

Son las acepciones clásicas las que han venido rigiendo el mundo, en sus diferentes sociedades, de allí que el Arte de Gobernar o el Buen Gobierno hayan tenido un papel fundamental en los diferentes periodos de la Historia, desde los grandes imperios asíaticos hasta los griegos, que culminaron en las eras alejandrina o romana para reaparecer con fuerza en las sociedad modernas a partir del Renacimiento. Desde Confucio o Mencio, hasta Aristóteles preparando al hijo de Filipo de Macedonia o el filósofo Séneca moldeando al joven Nerón dando él mismo ejemplo de la “gobernabilidad” en la primera etapa, como Cicerón también había hecho; la lista es larga e ilustrativa, ni qué decir de Maquiavelo escribiendo para un Principe”( que bien pudo César Borgia siguiendo los múltiples casos de Lorenzo de Medicis, Conrado Malatesta, etc.), que encarnarían el modelo ideal de gobernante en una época donde los intentos republicanos eran más que conspiraciones. La historia muestra este calco de intentos hasta la revoluciones burguesas y las caídas de los aristócratas.
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A partir de la imposición del capitalismo como sistema imperante, la idea de Poder o Gobierno se anonimizan, en el reino de la ganancia o la especulación financiera, los gobernantes se someten a los dictados de la corporaciones, trusts o monopolios y desde la mesas directivas de los representantes o dueños de inversiones o acciones se dictan imperativos para los gobiernos para que no afecten sus intereses y si algún gobernante se desvía (o fracasa como Kennedy) es eliminado y reemplazado inmediatamente. Hasta las guerras son manipuladas así, Chile, entre Allende y Pinochet fue un claro ejemplo, de los cientos de la historia actual, donde se llega al genocidio porque Estados Unidos y la CIA actuaron en defensa de sus “empresas”, no de los pueblos ni menos de los Derechos Humanos más elementales.

Fernández Llerena nos precisa la actualización de los conceptos clásicos, los principios derivados de cada definición, “Gobernabilidad, es el estado o grado de equilibrio dinámico entre demandas sociales y capacidad de respuesta gubernamental” y de allí se deducen, la Eficacia, Confianza, legitimidad y estabilidad. Sólo recupera la esencia de cualificación cuando se alude a Gobernabilidad Democrática: “Capacidad social de establecer y lograr con transparencia y responsabilidades claras, objetivos que responden a los intereses compatibilizados de la ciudadanía”. Por su parte, Gobernanza reaparece como “determinados modos y procedimientos de gestión y administración vigentes”, concepto que procede del mundo empresarial cuyo propósito es “obtener la máxima rentabilidad con el mínimo de coste”. Del sector privado pasa al público, postulando a la privatización de los servicios públicos y hacerlos “competitivos”. Así las políticas internas de la empresa privada se adueñan, se apoderan de la Gobernanza , con la idea de administración del Estado mismo, aún se adueñan de los servicios asistenciales, con la falsa prédica de lucha contra la pobreza, con el simple fin de apoderarse de los países del Tercer Mundo totalmente endeudados con la avidez de darles más créditos. Es el mundo del Libre Mercado.

De este somero análisis deducimos que en algunos esquemas lingüísticos, Coseriu por ejemplo, tomados de la filosofía misma, se especifica que la libertad y espontaneidad del hablante (el individuo en general) como capacidad, frente a la Norma restrictiva entra en conflicto, porque la imposición de lo social y genérico por convención misma entre uno y otro, cabe decir en nuestro caso entre gobernante y gobernado, genera un gran conflicto, pero el interés social se impone sobre el personal y se torna en Bienestar Social. Pues bien cuando el conflicto es mayor, genera la crisis, en este caso social, y se apela al Sistema para que lo resuelva. Es evidente, que ya antes de Marx se sabía que si el Sistema no era capaz de dar una solución real y equitativa para los más, (la Justicia Social), se cambiaban los Sistemas ineficientes para el bienestar de los más y los desposeídos, que son, fundamentalmente los motores de la producción y los agentes de medios y riquezas, y que al final no les beneficia.

Pero este no es el caso de Huntington, Crozier y Watanuki, nombrados por el Congreso Norteamericano, nada menos, para encontrar soluciones a las crisis del sistema, especialmente la del Estado. Cuando se habla que estamos ante una “Nueva Era” (como todos los periodos históricos, difícil de determinar fechas exactas), la ideas de la Comisión Tripartita, que provienen de sus análisis, se han extendido a muchos, casi todos, los países de este Mundo Unipolar, regido por la Economía de Mercado, marcado por la Globalización, en todas sus facetas, el Neoliberalismo y el controvertido pos-modernismo.

Este libro de Fernández Llerena se apoya en estas búsquedas y nos explica desde su óptica particular, analizando muchos casos de la política y la economía mundiales. De paso, propone al lector una guía histórica de muchos hechos, da cuenta de la terminología actualizada, especialmente, cuando nos habla de Instituciones como “plano simbólico de las organizaciones” al igual de de “planos institucionales”, sin dejar de mencionar que los vocablos Gobernabilidad y Gobernanza, que articulan el libro a través de sus variados capítulos, forman parte de un paralelo terminológico y conceptual que el autor termina por sugerir que en el fondo son antitéticos. Desde su perspectiva la Gobernabilidad Democrática es la vía de cambio, de las salidas “oportunas frente a la crisis y la recesión sistémica”, por lo tanto debe combatirse la Gobernanza que proviene de los empresarios y de los áulicos de la empresa privada, pues amenaza con apoderarse de los aparatos del estado y administrarlo para provecho de su egoísta beneficio y corrompe hasta los programas de ayuda a los pobres y discriminados, por el sistema imperante. Esta Comisión, ¿ no es un atisbo de humanidad surgido dentro del sistema, como una reflexión razonada de que si no hay correcciones, el propio sistema corre el peligro de una explosión interna, ahora que ha dejado de funcionar el único esfuerzo habido de socialismo para su transformación total?.

Aplicar todas estas búsquedas académicas a la política nacional, a los gobiernos locales, parece ser la conclusión a la que llega el autor y desde esta convicción el libro ha de generar adhesiones, no dudamos de ello, y también controversia, lo que es positivo, para que la aplicación de sus investigaciones a la práctica política sea sistemática, pensada y discutida, porque hay urgencia para combatir desde todos los frentes a la crisis general que nos golpea cada día con proyecciones negativas, y zaherir la indolencia de algunos sectores sociales que deben despertar y formular respuestas coherentes.

* Dr.Tito Cáceres Cuadros. Dr. en Literatura.
Director Universitario de Cultura. UNSA.
Arequipa 30 de Enero del 2009.

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