lunes, 9 de noviembre de 2009

CAIDA DEL MURO DE BERLIN. Cayó el Socialismo realmente existente. Hubo Socialismo en los 80' en la Unión de Republicas Socialistas Soviéticas. URSS.

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Hace dos décadas, el 9 de noviembre 1989, los alemanes de ambos lados de la dividida ciudad de Berlín, derrumbaban estrepitosamente el llamado, para unos, “Muro de Contención Antifacista” y para otros, “Muro de la Vergüenza”. Culminaban así, varias semanas de movilizaciones en contra del gobierno de la República Democrática Alemana (RDA) y el mundo asistía, sin imaginárselo aún, al simbólico nacimiento de una nueva era.
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CAIDA DEL MURO DE BERLIN. Cayó el Socialismo
realmente existente.
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Hubo Socialismo en los 80' en la

Republicas Socialistas de Europa Oriental y la. URSS.


Sábado 7 de noviembre de 2009.


Víctor Gálvez Borrell (Desde Guatemala. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Hace dos décadas, el 9 de noviembre 1989, los alemanes de ambos lados de la dividida ciudad de Berlín, derrumbaban estrepitosamente el llamado, para unos, “Muro de Contención Antifacista” y para otros, “Muro de la Vergüenza”. Culminaban así, varias semanas de movilizaciones en contra del gobierno de la República Democrática Alemana (RDA) y el mundo asistía, sin imaginárselo aún, al simbólico nacimiento de una nueva era. Para empezar, la del fin de la bipolaridad y del terror nuclear que la “Guerra Fría” sintetizara durante 40 años. ¿La “caída del muro” fue también el fin del socialismo? Sí y no. En 1989, cayeron sucesivamente varios regímenes políticos y económicos de lo que, eufemísticamente se había acuñado como “socialismo realmente existente”. Pero otros, como China, aceleraron ajustes económicos manteniendo el autoritarismo político, hasta hoy. No obstante, las ideas y principios de la “utopía socialista” se mantuvieron, atenuados en un principio por el cataclismo de 1989 para renovarse posteriormente.


¿Qué sucedió con el granítico régimen comunista? Nadie se imaginó en 1985, cuando M. Gorbachov asumió la conducción del Partido Comunista de la URSS (PCUS), que cuatro años más tarde, sería el principio del fin. Sin embargo, los problemas venían acumulándose desde la década de 1970. La economía crecía tan poco que casi se estancaba, al igual que la productividad del trabajo y el ingreso real per cápita. Sin cambios profundos, el sistema colapsaría por su ineficiencia e inflexibilidad económica y política, fundamentalmente porque en el caso de la URSS, ésta no podría soportar las exigencias de ser superpotencia militar, con una economía en decadencia (Hobsbawm, E. 2008). Las reformas se habían retrasado demasiado, pero cuando aparecieron a mediados de la década de 1980, su aplicación resultó devastadora. Cuando el reformador Gorbachov combinó perestroika o reestructuración económica y política, con glasnost o liberalización de la información, “el país se movió hacía una política electoral pluralista al mismo instante que se hundía en la anarquía económica. En 1989, nadie gobernaba o más bien, nadie obedecía en la URSS” (Ibid).


No obstante lo anterior, fue paradójicamente en la periferia del sistema: la Europa del Este, en donde se inició el colapso. Uno a uno, los antiguos gobiernos comunistas fueron abdicando, casi pacíficamente y Moscú renunció a intervenir militarmente, como lo había hecho antes en Hungría (1956) o en Checoslovaquia (1968). Así, para 1991, más de la mitad del “bloque socialista” -incluyendo la URSS- había desaparecido. No dejaba de sorprender la rapidez y escasa resistencia con la que disolvió el régimen comunista, lo que llevó a pensar que su implantación, quizás había sido más superficial y delimitada de lo que se había pensado y temido tanto en Occidente.


Por otra parte, al diluirse la confrontación Este-Oeste, la interpretación de los hechos, que había permanecido obscurecida por décadas de una feroz propaganda entre ambos bloques, fue más objetiva. Surgió así, una concepción muy crítica sobre lo que había sido el “socialismo realmente existente”. Éste apareció como un régimen más de dominación, que lejos de promover la eliminación del Estado, como lo preveía el socialismo, lo había consolidado, al igual que a una nueva clase social -la nomenklatura o burocracia del partido- que disfrutaba de todos los privilegios. Se hizo justicia a la crítica de León Trotsky -uno de los más honestos líderes de la revolución rusa de 1917 y asesinado en su exilio de México en 1940- cuando denunció la teoría de Stalin sobre la “construcción del socialismo en un sólo país” de 1924, como una estrategia que ocultaba intereses hegemónicos y nacionales, para consolidar un nuevo régimen de dominación, que poco tenía que ver con el socialismo. La década de 1920 fue de grandes discusiones internas entre la dirigencia bolchevique, sobre las orientaciones que asumiría la revolución rusa y los riesgos y peligros de su desviación y burocratización futura: la Revolución Traicionada. Discusiones que el estalinismo prontamente ahogaría, en función de un pensamiento oficial y único
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Las críticas a la desviación bolchevique inicial, al “socialismo realmente existente”, al engaño y fracaso de la URSS y del bloque socialista, han permitido también, separar la “utopía socialista”. Se trataría en efecto, de la confianza y posibilidad en un mundo mejor para todos y todas, que no sólo puede, sino que debe construirse. Y ello sería lo que aparentemente, nunca cayó con el Muro de Berlín o volvió a renacer. El crecimiento actual de la miseria, la exclusión, la desigualdad y la injusticia en el mundo; la esperanza de humanizar el mercado para atenuar el “capitalismo salvaje y las ganancia sin límites ni responsabilidad”; las expectativas de hacer avanzar una democracia participativa más real, mantendrían vigente la “utopía socialista”. Y sobre la utopía, hay que recordar, como escribió Eduardo Galeano que “Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar”.

Víctor Gálvez Borrell, sociólogo, ha sido consultor de organismos internacionales, investigador social y profesor en varias universidades de Guatemala
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1 comentario:

Pablo Raul Fernandez dijo...

COMENTA PABLO RAUL.

HUBO SOCIALISMO. QUE CAYO JUNTO AL MURO. ¿ EL SOCIALISMO REALMENTE EXISTENTE?.
Terminó la guerra fría con la caída del Muro de Berlín, pero para mí el Muro Político que separó el SOCIALISMO DE LA UNION DE REPUBLICAS SOCIALISTAS SOVIETICAS URSS. cayo en definitiva cuando paralelamente ingreso en CRISIS EL ESTADO DE BIENESTAR DE EUROPA OCCIDENTAL y el Modelo del Estado Keynesiano a fines de los 70´y comienzos de los 80´.El Paradigma Histórico de la Revolución Socialista se cayó "hecho pedazos" según los sabios teóricos del imperialismo.

Lo que realmente cayó a finales de los 80'con la caida del Muro de Berlín, fue simplemnete el ocaso final de una elite gobernante reaccionaria y una burguesía gansgteril que asaltó el Poder Político de la clase obrera desde los inicios de los 60'. Al final que significado tuvo la Perestroika y el Glasnov de Gorbachov, sino preparar las condiciones económico, sociales y políticas para el ingreso del neoliberalismo, presentado como redentor de un modelo que se desangraba victima de la corrupción y por el que la Nueva Sociedad Civil y los Movimientos Sociales locales, regionales y nacionales que le dieron el puntillazo final.

El 9 de noviembre de 1989, hace exactamente 20 años - dos décadas - que cayó, que terminó realmente en la República Democrática Alemana y en general en la URSS y todo el llamado "sistema Socialista". Hubo realmente socialismo a finales de la década de los 80'. Incluso nos preguntamos si La Perestroika o reestructuración económica y política y el glasnost o liberalización de la Información , las políticas centrales que implemento desde arriba, desde el poder cuando después de 1985 el Sr. Gorbachov como secretario general del "Partido Comunista de la URSS".

Cuando el Sr. N. Kruchev, asumió en los 60' la dirección del Partido Comunista e ingresó en una profunda y extensa lucha política con la China de Mao. Porque fue abandonada, casi al límite de su destrucción política, los Soljost o industrai y el Koljost o agricultura que constituyeron las Políticas de Estado Centrales de la construcción del Socialismo. El Estado considerado, como "estado de todo el pueblo", representaba realmente los intereses históricos de clase del proletariado soviético. O simplemente lo que se trajó abajo la "nueva sociedad civil emergente, policlasista" y los propios movimientos sociales regionales y nacionales, fue en realidad los "escombros políticos de un sistema que fue traicionado y asaltado por la burguesía desde los 60' y políticamente termina la "Guerra Fría" post Segunda Guerra Mundial, la lucha política entre Moscú y Washington o capitalismo y socialismo - burocratismo político en manos de una elite corrupta y gánsgteril.

Si fue positivo, al final porque sirvió para aprender una lección política, etica y moral, de como no se construye el Socialismo sin Libertades - opinión, organización, movilización, protesta, lucha, negociación, etc-
porque al mundo le sirvió para liberarse de una costra burocrática y gansgteril que en definitiva sirvió para sus nefastos intereses. La fotografia final de tipo político lo vemos en los añosm siguientes a la Caida del Muro y como esta fracción de clase de la burguesía transnacional se apoderaba del Poder y se entregaba a los brazos del nuevo amo: el neoliberalismo y su políticas nefastas y dramáticas contra los intereses del pueblo y de la clase obrera.
SALUDOS.
PABLO RAUL.
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